Y la gracia de Dios era sobre
él. Lucas 2:40.
Incluso en su niñez, Jesús vio que la gente
no vivía de la manera señalada por la Biblia. Estudiaba la Biblia y seguía los
hábitos y las prácticas sencillas que la Palabra de Dios estipula; y cuando la
gente lo criticaba por ser tan humilde y simple, los remitía a la Palabra de
Dios. Sus hermanos le dijeron que se creía mejor que ellos, y lo regañaban por
situarse más arriba de los sacerdotes y los gobernantes del pueblo. Jesús sabía
que si él obedecía la Palabra de Dios, no encontraría solaz ni paz en el ámbito
del hogar.
A medida que crecía en conocimiento, supo
que graves errores iban aumentando entre su pueblo y que, a causa de que
seguían mandatos humanos en lugar de obedecer los de Dios, se estaban perdiendo
la sencillez, la verdad y la verdadera piedad en la tierra. Vio que la gente
participaba en formalismos y ceremonias en su adoración de Dios, mientras
descuidaba las verdades sagradas que daban valor a su servicio. Él sabía que
sus servicios desleales no podían producirles bien alguno, ni les traería paz
ni reposo. No podían saber lo que significa tener libertad de espíritu por no
servir a Dios en verdad.
Jesús no siempre observó estos servicios
inútiles en silencio, sino que a veces les advertía que iban por un camino
errado. Por ser tan pronto para distinguir entre lo falso y lo verdadero, sus
hermanos se sentían muy molestos con él porque, según ellos, lo que el
sacerdote enseñaba debía considerarse tan sagrado como un mandato de Dios. Pero
Jesús enseñó tanto por sus palabras y su ejemplo que los hombres y las mujeres
debieran adorar a Dios según él ha estipulado que lo adoren, y no seguir las
ceremonias prescritas por los maestros humanos...
Los sacerdotes y los fariseos también se
molestaban porque este niño no aceptaba sus inventos, máximas y tradiciones
humanas. Pensaban que mostraba falta de respeto por su religión y hacia los
rabinos, que habían ordenado estos servicios. Les dijo que obedecería toda
palabra que viniera de la boca de Dios, y que debían mostrarle por la Biblia en
qué erraba él. Les señaló el hecho de que ellos colocaban la palabra de seres
humanos por encima de la Palabra de Dios, y causaban que la gente faltara el
respeto a Dios, al obedecer estos mandamientos humanos – Youth’s Instructor, 5
de diciembre de 1895.
Tomado de Meditaciones Matutinas para
adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White
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