Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer (Éxodo
20:9).
Un
día como hoy, pero de 1931, se publicó en México la primera Ley Federal del
Trabajo.
Como
en muchos países, antes de que se legalizaran las relaciones laborales, hubo
grandes injusticias y luchas incansables que derivaron en diversas reglas para
regular las actividades de los trabajadores. Con el paso de los años la
perspectiva del mundo del trabajo ha cambiado. Por ejemplo, hoy tenemos una
dura crisis económica internacional que ha puesto en peligro el empleo de
millones de personas.
En
realidad, el trabajo es un don de Dios que surgió antes de la entrada del
pecado. Eso significa que no tiene ninguna connotación negativa ni es un
castigo de Dios para los seres humanos. La Biblia dice: “Dios el Señor tomó al
hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara”
(Génesis 2:15). No obstante, mucha gente considera que el trabajo es una especie
de maldición, una actividad que preferiría evitar. Incluso, en diversas
culturas se presenta la imagen de la persona de éxito como alguien que disfruta
de mucho dinero sin necesidad de trabajar.
Lo
cierto es que el trabajo es un mandamiento divino. ¿Puedes leer entre líneas
del cuarto mandamiento de la ley de Dios? ¡Sí! ¡Ahí está! En realidad, si Dios
te pide que descanses un día a la semana, en este caso el sábado, es porque
espera que trabajes los otros seis.
Por
lo tanto, el trabajo es parte de los preceptos divinos; y si es así, de ninguna
manera es motivo de desdichas, adversidades o malos momentos. Al contrario, el
trabajo es una verdadera bendición del cielo para formar tu carácter, de modo
que sea apto para la vida celestial.
En
los tiempos de los antiguos hebreos se consideraba muy importante que un joven
supiera trabajar. Las poblaciones israelitas no toleraban muchachos vagos,
haraganes ni ociosos. Todo el mundo tenía que estar trabajando. ¿Sabes? Creo
que hoy es muy importante cambiar de actitud en cuanto al trabajo. Por todos
lados se habla de desempleo, pero lo cierto es que hoy muchos quieren ganar
suficiente dinero a cambio de poco trabajo. La cuestión es que la actitud que
tienes hacia el trabajo influye mucho en la manera en que te desempeñas
laboralmente. Por eso es muy importante aprender a trabajar. Un joven
trabajador es de enorme valor en estos tiempos.
Decide
hoy cambiar de actitud hacia el trabajo y pide a Dios que te ayude a
disfrutarlo.
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