El mejor de ellos es más enmarañado que una zarza; el más recto, más
torcido que un espino. Pero ya viene el día de su confusión; ¡ya se acerca el
día de tu castigo anunciado por tus centinelas! (Miqueas 7:4).
Hay
una historia muy reveladora de lo que Dios quiere hacer con nosotros. La cuenta
Leo R. Van Dolson en Un llamado al reavivamiento. Un bebé llamado Freddie fue
entregado a una agencia de adopción, pero como había nacido sin brazos se lo
colocó en la lista de los difíciles de adoptar. Francés y Edwin Pearson
llegaron a la agencia en busca de un niño. La señora Pearson le echó una mirada
llena de orgullo a su marido, de porte atlético, y dijo que sería buen padre
para un varoncito.
Los
Pearson admitieron que no tenían mucho dinero, pero la esposa insistió,
diciendo:
-Tenemos
mucho amor… ¡Lo hemos ahorrado!
La
trabajadora social entrevistó concienzudamente a la pareja y, finalmente, les
dijo que había disponible un niño de trece meses. Los Pearson estaban
entusiasmados. Entonces sacó la fotografía de Freddie, y les dijo:
-Es
un chiquillo maravilloso, pero nació sin brazos.
Los
Pearson estudiaron detenidamente la fotografía.
-Podría
jugar fútbol -sugirió la señora Pearson.
-Los
brazos no son tan importantes. Se las podrá ingeniar sin ellos. Si le faltara
la cabeza sería otro asunto. Le podemos enseñar un montón de cosas -añadió el
señor Pearson.
-¿Les
parece que podrían acogerlo, entonces? -preguntó la representante de la
agencia.
-¿Podríamos?
¡Podríamos! -respondieron los Pearson-, ¡Lo necesitamos!
Así
fue como la feliz pareja acogió a Freddie en su hogar y sus corazones.
Dios
nos necesita. Seis mil años de degradación nos han desfigurado, estropeado y
deformado. ¡Pero Dios nos necesita todavía! Quiere recibirnos para sanarnos
completamente.
Dios
discute con nosotros como en los días de Miqueas: “Pueblo mío, ¿qué te he
hecho?
¡Dime
en qué te he ofendido!” (Miq. 6:3). La tragedia es que millones preferirán
quedar deformes y torcidos como el espino y la zarza, negándose a ir a Cristo
para que los adopte y los sane verdaderamente en el seno de su familia. Dios
quiere ayudarnos y salvarnos más de lo que nosotros jamás podremos comprender.
¿Ya escuchaste y aceptaste su llamado? Si no, apresúrate, porque el tiempo
apremia. No necesitas buena suerte, como Freddie, sino fe en Jesucristo.
Lecturas
Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías qué..?
Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario