¿De Nazaret puede salir algo
de bueno?
Juan 1:46.
Los primeros treinta años de la vida de
Cristo transcurrieron en la oscura aldea de Nazaret. La maldad de los
habitantes de esta aldea era proverbial; he aquí la pregunta de Natanael: “¿De
Nazaret puede salir algo de bueno?” Poco dicen los evangelistas en cuanto a la
vida temprana de Cristo. Exceptuando un breve relato de su ida a Jerusalén en
compañía de sus padres, tenemos solo la sencilla declaración: “Y el niño crecía
y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él”
(Lucas 2:40)...
Los niños y jóvenes están frecuentemente
colocados en un ambiente que no es favorable para la vida cristiana, y ceden
fácilmente a las tentaciones, alegando como excusa por su conducta pecaminosa,
que el ambiente es desfavorable para ellos...
Cristo recorrió el camino más desparejo que
hayan de transitar alguna vez los niños y los jóvenes. No le tocó en suerte una
vida de abundancia e indolencia. Sus padres eran pobres, y dependían de su
trabajo diario para ganar el sustento; la vida de Cristo fue, por lo tanto, una
vida de pobreza, abnegación y privaciones. Compartió con sus padres su vida de
laboriosidad diligente.
Nadie será jamás llamado a perfeccionar un
carácter cristiano bajo circunstancias más desfavorables que las que rodearon a
nuestro Salvador. El hecho de que Cristo viviera treinta años en Nazaret, lugar
del cual muchos consideraban una maravilla que saliese algo bueno, es un
reproche para los jóvenes que piensan que su carácter religioso debe
conformarse a las circunstancias. Si el ambiente de los jóvenes es desagradable
y positivamente malo, muchos hacen de esto una excusa para no perfeccionar un
carácter cristiano. El ejemplo de Cristo sería un reproche para la idea de que
sus seguidores han de depender del lugar, la fortuna o la prosperidad para
vivir vidas sin culpa. Cristo les enseñaría que su fidelidad haría honorable
cualquier puesto, por humilde que sea, al cual los haya llamado la providencia
de Dios...
Cristo soportó sin murmurar las pruebas y
las privaciones de los que se quejan muchos jóvenes. Y esta disciplina es la
experiencia que necesitan los jóvenes, la que dará firmeza a sus caracteres y
los hará como Cristo, fuertes en espíritu para resistir la tentación... Orando
diariamente a Dios, recibirán de él sabiduría y gracia para soportar el conflicto
y las severas realidades de la vida, y salir victoriosos – Youth’s Instructor,
1º de marzo de 1872; también se encuentra en Mensajes para los jóvenes, pp.
76-78.
Tomado de Meditaciones Matutinas para
adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White
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