Los que confían en el Señor son como el monte Sión, que jamás será
conmovido, que permanecerá para siempre. Salmo 125:1
“Vieja”
es aquella persona que ha perdido el placer por la vida. Las mujeres V avanzadas
en años, en cambio, son las que han acumulado, como si fueran tesoros,
alegrías, anécdotas y experiencia. Aunque algunos quizá no deseen convivir con
una persona vieja, sin embargo todos disfrutan de la conversación y la
presencia de una mujer avanzada en años que exhala un perfume de satisfacción
personal en todos sus actos.
Las
mujeres viejas huelen a amargura, se visten de luto y apagan la luz de su
existencia; se envuelven en mantos de oscuridad y desprecian la vida. No ríen,
no lloran, no se emocionan. La risa de los niños les molesta, la algarabía de
los jóvenes las irrita. Son las que caminan con la cabeza agachada, pues mirar
a los árboles, ver el sol y el cielo ya no tiene encanto para ellas.
Por
otro lado, las mujeres avanzadas en años tienen recuerdos para compartir, viven
con la ilusión de un nuevo amanecer, reconociendo que cada día representa un
enigma que resolver con emoción. Son las que conocen y abren el camino para las
más jóvenes, y siembran optimismo, e incluso picardía y gozo a cada paso.
Son
las que, aunque se aproximan al final del camino, se muestran satisfechas,
porque han transitado tomadas de la mano de Dios. Confían en él y esperan
seguir viviendo en la eternidad.
Con
la ayuda de Dios, algunas llegaremos a acumular muchos años. Pero nunca nos
haremos viejas. Seremos como el roble que, cuantos más años tiene, más fuerte
se hace y ofrece su sombra generosa, debajo de la cual descansa el peregrino de
la vida.
Nunca
perdamos el encanto juvenil, ni la capacidad de asombro de los niños.
Tener
años no significa enfermarnos; caminar lento no implica quedar paralizadas.
Si
no podemos correr, ¡caminemos, juguemos, riamos, emocionémonos, descubramos, a
nuestro propio ritmo!
Amiga,
trabaja con tus manos sin descuidar tu mente; sobre todo, ayuda al prójimo. Es
la mejor terapia para no envejecer. No pienses que el tiempo pasado fue mejor.
Descubre tu presente, que seguramente está lleno de sorpresas y emociones
nuevas, y vive esperando lo mejor del futuro.
Tomado de Meditaciones Matutinas para la
mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado
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