Mi propósito ha sido predicar el evangelio donde Cristo no sea
conocido, para no edificar sobre fundamento ajeno. Más bien, como está escrito:
“Los que nunca habían recibido noticia de él, lo verán; y entenderán los que no
habían oído hablar de él” (Romanos 15:20, 21).
La
decisión de cumplir la Gran Comisión ha impulsado a la iglesia a ir a todas
partes del mundo para predicar el evangelio. El apóstol Pablo predicó desde
Jerusalén, pasando por toda Asia Menor, hasta lliria (Montenegro) en Europa. En
nuestro tiempo, nuestra iglesia, heredera de la comisión evangélica, lucha para
alcanzar cada país, región, grupo étnico, cultural y social. Hace años la
División Sudamericana adoptó un lema que señala muy bien el espíritu que domina
a la Iglesia Mundial:
•
De país en país, hasta que hayamos alcanzado el último país.
•
De isla en isla, hasta que hayamos alcanzado la última isla.
•
De ciudad en ciudad, hasta que hayamos alcanzado la última ciudad.
•
De pueblo en pueblo, hasta que hayamos alcanzado el último pueblo.
•
De aldea en aldea, hasta que hayamos alcanzado la última aldea.
•
De casa en casa, hasta que hayamos alcanzado la última casa.
•
De persona a persona, hasta que hayamos alcanzado la última persona.
Esta
gran tarea incluye la responsabilidad de visitar a Danica Camacho, la bebé
nacida el martes 29 de octubre de 2011 que se convirtió en la habitante número
siete mil millones de nuestro poblado mundo. Nació en el Hospital Fabella, en
Manila, Filipinas. De acuerdo con la agencia AFP, los padres de la pequeña,
Camille y Florante, recibieron a altos funcionarios de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) en Filipinas, quienes le llevaron un pastel. Cabe aclarar
que la recién nacida es una de varios bebés que fueron declarados habitantes
número siete mil millones del planeta. La ONU estableció el 31 de octubre de
2011 como la fecha simbólica en que el mundo alcanzó esa cifra.
Los
adventistas tienen la responsabilidad de visitar a Danica Camacho para
explicarle lo que significa el evangelio eterno en el contexto de los grandes
acontecimientos de los últimos días. Hoy la tarea de predicar el evangelio a
los siete mil millones es una misión humanamente imposible, pero se completará
cuando seamos bautizados por el Espíritu Santo, como los apóstoles el día de
Pentecostés (lee Hech. 1:4-8).
Colócate
en la fila de los que recibirán ese bautismo. Es nuestra necesidad más urgente.
Prepárate
para participar en la culminación de la obra.
Lecturas
Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías qué..?
Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez
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