Lugar: Iowa, EE.UU.
Palabra de Dios: Proverbios
11:27, RVR
La
gente de un pueblo del este de Iowa se acostumbró a ver a un pavo salvaje en el
camino.
-Allí
está Chuck otra vez - decía alguien, sacudiendo la cabeza al ver las travesuras
del pavo.
Otros,
lo llamaban Jake.
No
importa cuál fuera su nombre, al pavo parecía encantarle perseguir autos. Se
paraba en el camino como si fuera su dueño, con las plumas alborotadas, y
esperaba a que pasaran los autos. No le importaba si era un auto pequeño o un
gran camión con acoplado. A Chuck (o Jake) le gustaba perseguirlos a todos.
Los
conductores locales comenzaron a vigilar al pavo.
-Hay
un pavo salvaje en el camino - advertían a los visitantes.
La
persecución que el pavo hacía de los autos duró más de un año; y los
conductores locales seguían el juego al pavo.
Un
día, un extraño llegó al pueblo. Como siempre, el pavo estaba parado en medio
del camino, persiguiendo a los autos. El conductor vio al pavo, tocó la bocina
y trató de frenar a tiempo. Al ruido de las ruedas que rechinaron le siguió un
golpe. La gente del pueblo enterró al pavo, observando que había muerto
haciendo lo que mejor hacía: persiguiendo a los autos.
La
moraleja de esta historia: ten cuidado con aquello que persigues.
La
Biblia recomienda: “El que procura el bien buscará favor; más al que busca el
mal, éste le vendrá”. En otras palabras, encontrarás lo que estás buscando;
como Chuck, el pavo que perseguía autos.
No
busques, entonces, las cosas que son malas para ti. Y no te quedes en los
lugares donde se supone que no estés. En lugar de eso, sé sabio acerca de
aquello que persigues. Busca a Dios y su justicia; busca una buena relación con
él. Relaciónate con personas que sean una influencia positiva. Persigue lo
bueno, ¡y eso es lo que encontrarás!
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En algún lugar del Mundo
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Robinson
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