Palabra de Dios: Hechos 17:11
¿Alguna vez te
engañaste con algo que parecía ser original, pero no lo era? Eso es lo que le
pasó a mi hermano, hace un par de años. Estaba haciendo compras en China,
cuando vio unos animalitos de peluche coleccionables, que valían menos de un
dólar cada uno.
Sabiendo que
esos animalitos eran coleccionables y podían costar bastante, compró varios y
se los llevó a su casa, pensando que había comprado una ganga.
Algunas
semanas más tarde, mi hermano llevó los animalitos de peluche a un vendedor de
esta colección.
-Me gustaría
saber cuánto valen estos animalitos -dijo, apoyando los peluches sobre el
mostrador.
Tan pronto
como el hombre los vio, frunció el ceño.
-Lamento
decirle esto -comentó-, pero estos animalitos son falsos; no valen nada.
El hombre le
explicó cómo se daba cuenta de que no eran los originales.
Algunos tenían
diferencias que se veían a simple vista; otros tenían fallas sutiles, como las
costuras diferentes o algún pequeño cambio en la etiqueta. Pero, sin importar
si las diferencias son grandes o pequeñas, algo falso sigue siendo falso.
La Biblia nos
advierte acerca de las falsas enseñanzas que nos alejan de la verdad. No
necesitan ser completamente obvias; pueden ser diferencias pequeñas, sutiles.
Pero, algo falso es siempre falso. Entonces, ¿cómo podemos saber cuándo algo es
falso?
La mejor
manera es conociendo la verdad; sabiendo qué dice la Biblia. Esa es la razón
por la que es tan importante hacer lo que hicieron los bereanos. Ellos eran un
grupo de personas que oyó predicar al apóstol Pablo. Pero, en lugar de creer de
inmediato en la palabra de Pablo, “todos los días examinaban las Escrituras
para ver si era verdad lo que se les anunciaba”.
Que nadie te
engañe. Explora la Biblia por ti mismo.
Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee
Robinson
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