domingo, 20 de octubre de 2013

DONES DEL ESPÍRITU


No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales. 1 Corintios 12:1.

Antes de dejar a sus discípulos, Cristo “sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo” (Juan 20:22). Otra vez dijo: “He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros” (Lucas 24:49). Sin embargo, este don no fue recibido en su plenitud hasta después de la ascensión. No fue recibido el derramamiento del Espíritu hasta que, mediante la fe y la oración, los discípulos se rindieron plenamente a su influencia…

“Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres” (Efesios 4:8)… Los dones ya son nuestros en Cristo, pero su posesión real depende de nuestra recepción del Espíritu de Dios.

Los talentos que Cristo confía a su iglesia representan especialmente las bendiciones y los dones impartidos por el Espíritu Santo… No se imparten todos los dones a cada creyente, pero se promete algún don del Espíritu a cada siervo del Maestro, según la necesidad que cada uno tenga para la obra del Señor.

En todos los arreglos de Dios, no hay nada más hermoso que su plan de dar una diversidad de dones a hombres y mujeres… Muchos apenas han recibido una capacitación religiosa e intelectual limitada, pero Dios tiene una tarea para ellos si trabajan con humildad y confían en él…

Se imparten dones diferentes a personas diferentes, para que los obreros sientan necesidad unos de otros. Dios concede estos dones, y son empleados en su servicio, no para glorificar al poseedor, no para elevar a los seres humanos, sino para exaltar al Redentor del mundo…

Puede parecer a algunos que el contraste entre sus dones y los dones de un colega es tan grande que no les permite unirse en un esfuerzo armonioso. Pero al recordar que han de alcanzarse mentes variadas, y que algunos rechazarán la verdad presentada por un obrero, pero abrirán su corazón a la misma verdad cuando es presentada de otra manera por otro, ojalá se dispongan a trabajar unidos. Que todos sus talentos, por diversos que sean, puedan estar bajo el control del mismo Espíritu. En cada palabra y acción se revelará bondad y amor; y según los obreros ocupan fielmente sus lugares señalados, la oración de Cristo por la unidad de sus seguidores será contestada, y el mundo sabrá que estos son sus discípulos — Signs of the Times, 15 de marzo de 1910.

Tomado de  Meditaciones Matutinas para adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

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