Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte,
ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
Apocalipsis 21:4.
En los
días más sombríos de su largo conflicto con el mal, fueron dadas a la iglesia
de Dios revelaciones del propósito eterno de Jehová. Se permitió a sus hijos
que mirasen más allá de las pruebas presentes hacia los triunfos futuros, al
tiempo en que, habiendo terminado la lucha, los redimidos entrarán en posesión
de la Tierra Prometida. Estas visiones de gloria futura, cuyas escenas fueron
dibujadas por la mano de Dios, deben ser apreciadas hoy por su iglesia, cuando
se está acercando rápidamente el fin de la controversia secular y se han de
cumplir en toda su plenitud las bendiciones prometidas…
Con frecuencia
la iglesia militante fue llamada a sufrir pruebas y aflicción; porque ella no
ha de triunfar sin pasar por un severo conflicto.” Pan de congoja y agua de
angustia” (Isaias 30:20), son la suerte común de todos. Pero nadie que ponga su
confianza en el Poderoso para libertar quedará completamente derrotado…
Revestida de
la armadura de la justicia de Cristo, la iglesia entrará en su conflicto final.
“Hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como ejércitos en
orden” (Cantares 6:10), ha de salir a todo el mundo, vencedora y para vencer. La
hora más sombría de la lucha que sostiene la iglesia con las potencias del mal,
es la que precede inmediatamente al día de su liberación final. Pero nadie que
confíe en Dios debe temer…
A nosotros,
que estamos a punto de ver su cumplimiento, ¡de cuánto significado, de cuán
vivo interés, son estos delineamientos de las cosas por venir; acontecimientos
por los cuales, desde que nuestros primeros padres dieron la espalda al Edén,
los hijos de Dios han estado velando y aguardando, anhelando y orando!…
Las naciones
de los salvos no conocerán otra ley que la del cielo. Todos constituirán una
familia feliz y unida, ataviada con las vestiduras de alabanza y
agradecimiento. Al presenciar la escena, las estrellas de la mañana cantarán
juntas, y los hijos de los hombres aclamarán de gozo, mientras Dios y Cristo se
unirán para proclamar: “No habrá más pecado ni muerte” - Review and Herald, 1 de julio de
1915; también se encuentra en Profetas y reyes, pp. 533-541.
Tomado de Meditaciones Matutinas para
adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White
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