sábado, 31 de agosto de 2013

UNA OBRA BIEN TERMINADA


Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. 
Juan 17:4.

Cuando Cristo expiró en la cruz y clamó en gran voz “Consumado es”, su obra había terminado. El camino había sido abierto; el velo había sido rasgado. La humanidad podía acercarse a Dios sin una ofrenda de sacrificio; sin el servicio de sacerdotes terrenales. Cristo mismo era un sacerdote según el orden de Melquisedec. El cielo era su hogar. Vino a este mundo a revelar al Padre. Respecto de su humillación y conflicto, su obra en lo concerniente a ello ya estaba hecha. Ascendió al cielo y se sentó para siempre a la diestra de Dios.

La vida de Cristo en esta tierra había sido de fatiga; una vida ocupada e intensa. Resucitó de los muertos y durante cuarenta días permaneció con sus discípulos, instruyéndolos en preparación para su partida de entre ellos. Estaba listo para irse. Había demostrado el hecho de que era un Salvador vivo; sus discípulos no necesitaban asociarlo más con la tumba de José. Podían pensar en él en términos de su glorificación entre los ejércitos celestiales...

Todo el cielo esperaba con ansiosa vehemencia el fin de la demora del Hijo de Dios en un mundo quemado y marcado con la maldición. La exaltación de Cristo habría de ser en proporción a su humillación y sufrimiento. Llegó a ser el Salvador, el Redentor, únicamente porque primero llegó a ser el Sacrificio...

Cristo vino a la tierra como un Dios disfrazado de humanidad. Ascendió al cielo como el Rey de los santos. Su ascensión fue digna de su carácter exaltado. Ascendió desde el Monte de los Olivos en una nube de ángeles, quienes lo escoltaron triunfalmente a la ciudad de Dios. Él no fue por su propio interés, sino como el Creador del pacto y el Redentor de sus hijos e hijas creyentes, que han llegado a creer por la fe en su nombre. Vino como uno poderoso en batalla, un conquistador, que llevó cautiva a la cautividad, entre aclamaciones de alabanza y cánticos celestiales...

¡Qué contraste entre la recepción de Cristo cuando regresó al cielo y su recepción en esta tierra! En el cielo solo había lealtad, no había penas ni sufrimiento con los cuales toparse constantemente...

Había llegado el momento para que el universo del cielo aceptara a su Rey – Signs of the Times, 16 de agosto de 1899.

Tomado de  Meditaciones Matutinas para adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

¿CUÁLES SON TUS MOTIVOS PARA VIVIR?


Olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece. Filipenses 3:13-14

Una vida sin motivos es algo sin sentido. Quien no descubra cuál es la misión de su vida, caminará perdido por los laberintos de la existencia humana.

Puede incluso sentir hastío de sí y no soportará los triunfos y éxitos de los demás.

Los propósitos son los que marcan la ruta, son los motores que se encienden cada mañana al despertar y nos impulsan a trabajar con ahínco; la fuerza de la existencia y el deseo de vivir se encuentran en ellos.

Cuando Dios colocó a Adán en el Edén, tenía propósitos bien definidos para él:

“Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara” (Genesis 2:15). Dios creó un entorno especial para Adán y le encomendó una tarea; esto pasó a constituir una parte de la razón de su existencia. Lo mismo ha hecho Dios con nosotras. Nos creó, y nos encomendó una misión. Nuestra tarea consiste en descubrir la razón de nuestra existencia. Cuando lo conseguimos, somos como el buen árbol que da frutos deliciosos y que cobija en sus ramas a las avecillas del campo y a su sombra al caminante cansado.

Los propósitos más buscados deberían ser aquellos que en todo tiempo y circunstancia glorifiquen a Dios. La búsqueda de conocimiento, de prosperidad material y de éxito profesional, son motivos santificados cuando los ponemos en las manos de Dios. Sin embargo, el egoísmo puede hacer que perdamos de vista el hecho de que todo lo que Dios nos provee como un bien, debe ser usado también en beneficio de otras personas. Si lo ignoramos, caeremos en la frialdad, y finalmente una sensación de vacío existencial podría hacer presa de nosotras.

Amiga, hoy es un buen día para que revises los propósitos de tu vida. Si descubres que no están en orden, vuelve a definirlos. Compra el colirio del Cielo para que puedas ver con claridad lo que tienes frente a ti. Toma fuerzas en la oración y en la lectura de la Palabra de Dios, y con paso firme y decidido avanza.

Di, como el apóstol: “Sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14).
  
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado

BIENAVENTURADOS LOS QUE PERSEVERAN

El mejor de ellos es más enmarañado que una zarza; el más recto, más torcido que un espino. Pero ya viene el día de su confusión; ¡ya se acerca el día de tu castigo anunciado por tus centinelas! (Miqueas 7:4).

Hay una historia muy reveladora de lo que Dios quiere hacer con nosotros. La cuenta Leo R. Van Dolson en Un llamado al reavivamiento. Un bebé llamado Freddie fue entregado a una agencia de adopción, pero como había nacido sin brazos se lo colocó en la lista de los difíciles de adoptar. Francés y Edwin Pearson llegaron a la agencia en busca de un niño. La señora Pearson le echó una mirada llena de orgullo a su marido, de porte atlético, y dijo que sería buen padre para un varoncito.

Los Pearson admitieron que no tenían mucho dinero, pero la esposa insistió, diciendo:

-Tenemos mucho amor… ¡Lo hemos ahorrado!

La trabajadora social entrevistó concienzudamente a la pareja y, finalmente, les dijo que había disponible un niño de trece meses. Los Pearson estaban entusiasmados. Entonces sacó la fotografía de Freddie, y les dijo:

-Es un chiquillo maravilloso, pero nació sin brazos.

Los Pearson estudiaron detenidamente la fotografía.

-Podría jugar fútbol -sugirió la señora Pearson.

-Los brazos no son tan importantes. Se las podrá ingeniar sin ellos. Si le faltara la cabeza sería otro asunto. Le podemos enseñar un montón de cosas -añadió el señor Pearson.


-¿Les parece que podrían acogerlo, entonces? -preguntó la representante de la agencia.

-¿Podríamos? ¡Podríamos! -respondieron los Pearson-, ¡Lo necesitamos!

Así fue como la feliz pareja acogió a Freddie en su hogar y sus corazones.

Dios nos necesita. Seis mil años de degradación nos han desfigurado, estropeado y deformado. ¡Pero Dios nos necesita todavía! Quiere recibirnos para sanarnos completamente.

Dios discute con nosotros como en los días de Miqueas: “Pueblo mío, ¿qué te he hecho?

¡Dime en qué te he ofendido!” (Miq. 6:3). La tragedia es que millones preferirán quedar deformes y torcidos como el espino y la zarza, negándose a ir a Cristo para que los adopte y los sane verdaderamente en el seno de su familia. Dios quiere ayudarnos y salvarnos más de lo que nosotros jamás podremos comprender. ¿Ya escuchaste y aceptaste su llamado? Si no, apresúrate, porque el tiempo apremia. No necesitas buena suerte, como Freddie, sino fe en Jesucristo.

 Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes

Por Félix Cortez

HÁBITAT DE OSOS


Lugar: California, EE.UU.

Palabra de Dios: Mateo 18:19, RVR

¡Crunch! ¡Pap! Josué y Jenny se sentaron de un salto en sus bolsas de dormir. Era plena noche, y estaban acampando en el Parque Nacional Sequoia. De pronto oyeron el ruido de vidrios rotos.

-¿Qué fue ese ruido? -susurró Jenny.

El papá se levantó a investigar. Abrió la puerta de la carpa, y alumbró con su linterna.

-¡Oh, no! -dijo-, ¡Osos! ¡Tres osos! Una mamá osa y dos crías.

Todos se quedaron muy quietos, con miedo de moverse. Entonces, la mamá dijo:

-Hagamos un poco de ruido. ¡Quizás eso los aleje!

Ella comenzó a gritar, y Josué y Jenny se le unieron, hasta que se quedaron sin voz. Pero, los osos seguían allí. De hecho, uno de los oseznos se había subido al asiento trasero del auto y había comenzado a comerse los duraznos que había allí.

¿Qué podían hacer? ¿Qué pasaría si los osos decidían explorar la carpa? Entonces, Jenny sugirió que oraran. “Querido Dios, por favor, aleja a los osos”, rogó al Señor.

-¡Increíble! -exclamó el papá un momento más tarde-. La mamá osa salió corriendo hacia el bosque. Jenny, vuelve a orar.

Jenny rápidamente oró nuevamente. “Querido Dios, gracias por alejar a la mamá osa. Ahora, por favor, aleja a los cachorros, también”.

Y, créanlo o no, los oseznos dejaron de lado los duraznos que habían estado devorando y corrieron detrás de su madre tan rápido como podían.

Jesús nos dice: “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”.

Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson

JOSAFAT, UN REY JUSTO


Tu oración: Padre, me siento muy feliz de pertenecer a tu pueblo

Versículo para hoy: «Confíen en el Señor, su Dios, y se sentirán seguros; confíen en sus profetas, y todo saldrá bien». 
2 Crónicas 20: 20.

JOSAFAT era un rey muy joven cuando comenzó a reinar, el sabía que amar a Dios significaba ayudar a su pueblo para que dejara de adorar a los ídolos. Poco a poco Josafat quito los templos dedicados a los dioses paganos, le pidió a los sacerdotes de Dios que enseñaran a la gente de su reino acerca del amor de Dios.

Durante muchos años no hubo guerras con otras ciudades.

Los reyes de otras naciones respetaban al rey Josafat y le enviaban regalos. Era una ayuda para su reino, de esta forma construían fortalezas y ciudades.

Todo el pueblo de Judá cantaba alabanzas a Dios por el amor que él les mostraba.

         LECTURAS DEVOCIONALES PARA PEQUEÑOS
AMIGOS DE JESÚS
Por: Cesia Alvarado Zemleduch

viernes, 30 de agosto de 2013

EL CALVARIO


Pero al fin vinieron dos testigos falsos, que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo. 
Mateo 26:60, 61.

Esta era la única acusación que podía presentarse contra Cristo. Pero estas palabras habían sido declaradas y aplicadas mal. Cristo había dicho: “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré... Mas él hablaba del templo de su cuerpo” (Juan 2:19-21).

Los sacerdotes y los gobernantes, con muchos otros, lo desafiaban con esta declaración falsa. Cuando pendía de la cruz, fue repetida en son de burla por los escribas y los fariseos y apoyada por la multitud. “Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo” (Mateo 27:40). Pero, aunque se las citaba mal, las palabras de Cristo se estaban cumpliendo. Se les daba publicidad, y se hacían más impresionantes por las proclamaciones de sus enemigos...

Los que con mofa dijeron: “Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios” (vers. 43), no pensaron que su testimonio repercutiría a través de los siglos. Pero aunque fueron dichas en son de burla, nunca hubo palabras tan ciertas. Llevaron a los hombres a buscar en las Escrituras por sí mismos. Hombres sabios oyeron, investigaron, reflexionaron y oraron. Hubo quienes no descansaron hasta que, por la comparación de un pasaje de la Escritura con otro, vieron el significado de la misión de Cristo. Vieron que Aquel cuya tierna misericordia abarca todo el mundo proveía perdón gratuito...

Nunca antes hubo un conocimiento tan general de Jesús como cuando fue colgado de la cruz. Fue levantado de la tierra para atraer a todos hacia sí. En el corazón de muchos de los que presenciaron la crucifixión y oyeron las palabras de Cristo resplandeció la luz de la verdad. Con Juan, proclamarían: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29)...

Esta escena ocurrió a la vista del cielo y de la tierra. Los ángeles contemplaron la burla inmisericorde y el odio manifestado contra Jesús por quienes debían haberlo reconocido como el Mesías...

Nuevamente se escuchó el clamor, como de uno en agonía mortal: “Consumado es” (Juan 19:30). “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró” (Lucas 23:46). Cristo, la Majestad del cielo, el Rey de gloria, estaba muerto – Review and Herald, 28 de diciembre de 1897; ver un texto similar en El Deseado de todas las gentes, pp. 653, 696, 697.

Tomado de  Meditaciones Matutinas para adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

¿LISTA PARA DAR EJEMPLO?


Deben enseñar lo bueno y aconsejar a las jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos, a ser sensatas y puras. Tito 2:3-5
Cuando era niña, vivía con mis padres en una pequeña propiedad que contaba con una gran diversidad de árboles frutales. El consejo de mi padre siempre era el mismo: “No corten una fruta hasta que esté madura”. Confieso que algunas veces ignoré esa indicación y tomé alguna fruta antes de tiempo; en esos casos el sabor por lo general era agrio, quizá un tanto amargo. Por el contrario, ¡qué delicia era saborear una fruta que había llegado a su plena madurez!

Hay una etapa de la vida que llamamos “madurez” y de la que muchas mujeres intentamos escapar. Quizá es porque tenemos un concepto falso de lo que es la madurez. Las que estamos próximas a llegar a esa etapa, no debemos esperar su llegada envueltas en miedos, amarguras e improductividad. Quizá pensemos y creamos que lo mejor de la vida es la juventud, que ya se ha ido, y que es poco o nada lo que podemos hacer y ser… pero no es así. Antes al contrario, amiga mía, la madurez nos coloca en una posición muy especial con respecto a las adolescentes y jovencitas que están comenzando a sufrir un proceso de maduración.

Una mujer madura debiera ser como una fruta cortada a tiempo: ¡Deliciosa!

Jamás debemos esperar ni vivir la madurez revestidas de amargura. Alcanzar la madurez física, espiritual y emocional, nos capacita para presentarnos ante las demás como “maestras del bien”, que tanta falta hacen en el mundo. Una sociedad que marcha sin dirección, sin conocer la diferencia entre el bien y el mal, sin distinguir la mano derecha de la izquierda, necesita gente madura que la guíe.

Querida mujer madura, este es nuestro campo de acción.

Aprovecha y comparte tus experiencias para aconsejar. Aprovecha tus errores para prevenir, tus aciertos para crear optimismo, tus fracasos para infundir nuevos ánimos. Por último, emplea tus años para transmitir salud. Ser como frutas maduras implica cordura, humildad, inteligencia, conocimiento, así como ejercer una influencia positiva ante nuestras hermanas que vienen detrás de nosotras en la maravillosa senda de la vida.

 Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado

LA BUENA SUERTE DE FREDDIE


El mejor de ellos es más enmarañado que una zarza; el más recto, más torcido que un espino. Pero ya viene el día de su confusión; ¡ya se acerca el día de tu castigo anunciado por tus centinelas! (Miqueas 7:4).

Hay una historia muy reveladora de lo que Dios quiere hacer con nosotros. La cuenta Leo R. Van Dolson en Un llamado al reavivamiento. Un bebé llamado Freddie fue entregado a una agencia de adopción, pero como había nacido sin brazos se lo colocó en la lista de los difíciles de adoptar. Francés y Edwin Pearson llegaron a la agencia en busca de un niño. La señora Pearson le echó una mirada llena de orgullo a su marido, de porte atlético, y dijo que sería buen padre para un varoncito.

Los Pearson admitieron que no tenían mucho dinero, pero la esposa insistió, diciendo:

-Tenemos mucho amor… ¡Lo hemos ahorrado!

La trabajadora social entrevistó concienzudamente a la pareja y, finalmente, les dijo que había disponible un niño de trece meses. Los Pearson estaban entusiasmados. Entonces sacó la fotografía de Freddie, y les dijo:

-Es un chiquillo maravilloso, pero nació sin brazos.

Los Pearson estudiaron detenidamente la fotografía.

-Podría jugar fútbol -sugirió la señora Pearson.

-Los brazos no son tan importantes. Se las podrá ingeniar sin ellos. Si le faltara la cabeza sería otro asunto. Le podemos enseñar un montón de cosas -añadió el señor Pearson.

-¿Les parece que podrían acogerlo, entonces? -preguntó la representante de la agencia.

-¿Podríamos? ¡Podríamos! -respondieron los Pearson-, ¡Lo necesitamos!

Así fue como la feliz pareja acogió a Freddie en su hogar y sus corazones.

Dios nos necesita. Seis mil años de degradación nos han desfigurado, estropeado y deformado. ¡Pero Dios nos necesita todavía! Quiere recibirnos para sanarnos completamente.

Dios discute con nosotros como en los días de Miqueas: “Pueblo mío, ¿qué te he hecho?

¡Dime en qué te he ofendido!” (Miq. 6:3). La tragedia es que millones preferirán quedar deformes y torcidos como el espino y la zarza, negándose a ir a Cristo para que los adopte y los sane verdaderamente en el seno de su familia. Dios quiere ayudarnos y salvarnos más de lo que nosotros jamás podremos comprender. ¿Ya escuchaste y aceptaste su llamado? Si no, apresúrate, porque el tiempo apremia. No necesitas buena suerte, como Freddie, sino fe en Jesucristo.

Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez

BODA REAL


Lugar: Japón

Palabra de Dios: Mateo 4:10, RVR

La fiesta de casamiento se llevó a cabo en abril de 2003. Todo era perfecto, hasta el más mínimo detalle: la comida, las bebidas, la decoración, la música… Todos estaban de acuerdo en que la fiesta era digna de la realeza. Y no era de asombrarse, ya que el novio no era otro sino el príncipe Satohito, del clan Arisugawa; o así pretendía él, por lo menos.

Ciento cincuenta y tres invitados asistieron a la fiesta, y cada uno llevó un gran regalo en dinero. Querían felicitar al príncipe y desearle bien. Los regalos sumaron 6,9 millones de yenes (cerca de 67.000 dólares).

Pero, algo no estaba bien. “¿Alguna vez oíste hablar de este príncipe?”

La gente hacía esta pregunta una y otra vez, hasta que alguien decidió investigar su linaje real. Para sorpresa de ellos, descubrieron que el clan Arisugawa había desaparecido en 1924. No tenía descendientes vivos, lo que significaba que el “Príncipe Satohito” era falso, un estafador que quería quedarse con dinero ajeno. Afortunadamente, lo atraparon a tiempo, antes de que él y sus cómplices huyeran.

¿Alguien pretendiendo ser un príncipe? Eso es lo que Satanás ha estado haciendo desde la caída de Adán y de Eva en el Jardín del Edén.

Él se llama a sí mismo príncipe de este mundo, gobernante sobre todos los que viven en la tierra. Hasta llevó a Jesús a una montaña alta, mostrándole toda la riqueza y el esplendor del mundo; y le dijo que le daría todo si se arrodillaba y lo adoraba.

¿Cómo respondió Jesús? “Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás”. Dios es el verdadero gobernante de este mundo. Satanás es un falsificador, un estafador que quiere atraparte. No cedas a sus engaños, sino “al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás”

Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del Mundo

Por Helen Lee Robinson

ELISEO, EL PROFETA DE LOS MILAGROS


Tu oración: Dios, gracias por el pastor de mi iglesia, bendícele en su ministerio y cuida de su familia.

Versículo para hoy: «Le había pedido que le contara todas las maravillas que Eliseo había realizado». 2 Reyes 8: 4.

CUANDO ELISEO estaba removiendo la tierra con su arado para sembrar, paso Elías y al verle lo invito a servir a Dios.

Eliseo dejo el arado y decidió servir a Dios.

En su ministerio, Eliseo ayudo a los pobladores de una ciudad con el agua que hacía que sus cosechas se secaran y les dio agua limpia. También ayudo a una viuda que tenía una deuda e hizo un milagro llenándole muchas vasijas con aceite para venderlo y pagar la deuda.

Además hizo un milagro con una pareja que no podía tener hijos, le pidió a Dios que les permitiera tener un bebe, y así sucedió.

Alimento a muchos hombres con unos pocos panes de cebada. También ayudo a un grupo de estudiantes de la escuela de los profetas que estaban cortando madera a hacer flotar un hacha que había caído al río.

Dios hizo muchos más milagros a través del profeta Eliseo. Hoy no tenemos profetas pero tenemos un pastor en la iglesia que nos guía.


         LECTURAS DEVOCIONALES PARA PEQUEÑOS
AMIGOS DE JESÚS

Por: Cesia Alvarado Zemleduch

jueves, 29 de agosto de 2013

GETSEMANÍ


Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. 
Marcos 14:32.

Al dejar a los discípulos, y pedirles que oraran por ellos mismos y por él, seleccionó a tres, Pedro, Santiago y Juan, y se adentró más en la soledad del huerto. Estos tres discípulos habían estado con él en su transfiguración; habían visto a los visitantes celestiales, Moisés y Elías, que conversaban con Jesús, y este deseaba que estuvieran con él también en esta ocasión...

Cristo expresó su deseo de simpatía humana, y entonces se retiró de ellos a un tiro de piedra. Cayó sobre su rostro y oró: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa –pero entonces añade–; pero no sea como yo quiero, sino como tú” (Mateo 26:38).

Al concluir la hora, Jesús, sintiendo la necesidad de simpatía humana, se levantó del suelo y fue tambaleándose hasta el lugar donde había dejado a sus tres discípulos... Anhelaba escuchar de estos palabras que le trajeran algún alivio en su sufrimiento. Pero quedó chasqueado. No le brindaron la ayuda que ansiaba. En vez de esto, “los halló durmiendo” (vers. 40).

Justo antes de dirigir sus pasos al huerto, Jesús había dicho a sus discípulos: “Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche”; y estos le habían asegurado con certeza que nunca abandonarían a su Señor; que irían a la cárcel con él, y si era necesario sufrirían y morirían con él. Y el pobre Pedro, en su autosuficiencia, había añadido: “Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré” (vers. 31, 33). Pero los discípulos confiaban en sus propias fuerzas; no miraban al poderoso Ayudador, como Cristo les había aconsejado que hicieran... Incluso el ferviente Pedro, que pocas horas antes había declarado que moriría con su Señor, estaba durmiendo...

Nuevamente el Hijo de Dios quedó presa de una agonía sobrehumana, y exhausto y casi desmayándose, fue tambaleándose de vuelta al lugar de su primera lucha... Apenas momentos antes, Cristo había derramado su alma en cantos de alabanza en acentos firmes, como uno consciente de su calidad de Hijo de Dios... Ahora su voz les llegó en el tranquilo aire nocturno, no en tonos de triunfo, sino llena de angustia humana. Poco antes había estado sereno en su majestad; había sido como un poderoso cedro. Ahora, era una caña rota...

Aunque el pecado era la terrible cosa que había abierto las compuertas del dolor sobre el mundo, él se convertiría en la propiciación por una raza que había decidido pecar – Signs of the Times, 2 de diciembre de 1897; ver un texto similar en El Deseado de todas las gentes, pp. 637-641.

Tomado de  Meditaciones Matutinas para adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

SIN DOLOR NO HAY CRECIMIENTO


Él los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de nuestro Señor Jesucristo. 
1 Corintios 1:8

Aunque no hemos sido creadas para sufrir, reconocemos que el dolor puede llegar a nuestras existencias como consecuencia del pecado. No obstante, es en la escuela del dolor donde aprendemos las mayores lecciones de la vida. Ocasionalmente, cuando las aflicciones llaman a la puerta, experimentamos sentimientos y emociones devastadores que incluso podrían hacernos dudar de la bondad de Dios, y de los buenos planes que tiene para cada uno de sus hijos y de sus hijas.

El Señor no es el autor del dolor. Muchas veces somos afligidas y pasamos por pruebas de fuego que a la larga harán de nosotras mejores personas y mejores cristianas. “Ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada” (Santiago 1:3-4).

El gran consuelo consiste en saber que si Dios está con nosotras, cuando lleguen las pruebas, saldremos de ellas grandemente bendecidas y fortalecidas. La prueba de la fe en Dios es superada y nuestra vida enriquecida. ¿Acaso habrá mayor bendición que esa? Toda la gracia del Cielo está a nuestra disposición y podemos exclamar como el apóstol: “Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren” (2 Corintios 1:3-4).

La intención de Satanás es motivarnos a que neguemos la eficacia del poder de Dios y de sus promesas cuando la aflicción llega. En esos momentos, podemos llegar a sumergimos en un mar de dudas y correr el peligro de que esas dudas nos ahoguen. Podemos llegar a ser víctimas de la conmiseración y buscar inspirar lástima como nuestro único y mejor consuelo.

Amiga, en caso de que te encuentres acorralada por un sinfín de problemas y aflicciones, y de que estés buscando una salida sin encontrarla, recuerda que Dios está a tu lado. Confía en él, suplica que te dé fortaleza con todo el poder de tus sentidos y de tu corazón y finalmente, espera en él. Él actuará a tu favor y serás una mujer no solamente delicada como el pétalo de una flor, sino también fuerte y de decisiones firmes en el nombre del Señor.


Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado


NO PIERDAS LA FE


Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida (Hebreos 10:39).

Viktor Frankl cuenta la historia de un prisionero que perdió la fe y la esperanza: “El prisionero que perdía la fe en el futuro estaba condenado. Con la quiebra de la confianza en el futuro faltaban las fuerzas del asidero espiritual; el prisionero se abandonaba y decaía, se convertía en sujeto del aniquilamiento físico y mental. Normalmente esto se producía de repente, en forma de crisis, cuyos síntomas resultaban familiares para el prisionero experimentado.

“Una vez fui testigo de la pérdida de la fe en el futuro y el peligro de darse por vencido.

F., el jefe de mi barracón, compositor y libretista famoso, me confió un día:

-Me gustaría contarle algo doctor. He tenido un extraño sueño. Una voz me invitaba a desear cualquier cosa, bastaba con preguntar lo que quería saber y mis preguntas serían respondidas de inmediato. ¿Sabe qué pregunté? Cuándo terminaría la guerra para mí. Ya sabe lo que quiero decir, doctor, ¡para mí! Conocer cuándo seríamos liberados de este campo y cuándo terminarían nuestros sufrimientos.

-¿Y cuándo tuvo usted ese sueño? -le pregunté.

-En febrero de 1945 -contestó.

Por entonces estábamos a principios de marzo.

-¿Qué respondió la voz en su sueño?

En voz baja, casi furtivamente, me susurró:

-El treinta de marzo.

Cuando F. me contó aquel sueño, todavía se encontraba rebosante de esperanza y convencido de la veracidad del oráculo de la voz. Sin embargo, a medida que se acercaba el día prometido, las noticias que recibíamos sobre la guerra menguaban las esperanzas de ser liberados en la fecha indicada. El 29 de marzo, de repente, F. cayó enfermo con una fiebre muy alta. El 30 de marzo, el día en que según su profecía terminaría la guerra y el sufrimiento para él, empezó a delirar y perdió la conciencia. El 31 de marzo falleció”.

Los cristianos han salido vencedores en situaciones que no ofrecían ninguna esperanza humana, porque la fe en Dios y sus promesas les daba valor para afrontar todos los dolores y sufrimientos. Cuán ciertas son las palabras del apóstol: “Nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida” (Heb. 10:39).

Si sufre por cualquier causa, cobra ánimo con estas palabras. El cristiano es más que vencedor porque su fe está firme en Dios. ¡No pierdas la confianza en Dios!

Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez

SOLO UN BRAZO IZQUIERDO


Lugar: Austria

Palabra de Dios: Salmo 42:11

Al concluir la última obra, la multitud rompió en aplausos. “¡Bravo! ¡Bravo!”, gritaban. Paul Wittgenstein, el joven pianista, se puso de pie e hizo una reverencia. Todos concordaban en que tenía por delante una brillante carrera musical. Pero, cuando comenzó la Primera Guerra Mundial, Paul fue llamado a unirse al ejército. “Ojalá esta guerra termine pronto”, pensaba a menudo. “Ojalá pudiera irme a casa, a tocar el piano”.

Y entonces, un día, algo trágico sucedió. Una bala enemiga le destrozó el brazo derecho a Paul. La herida era tan seria que el médico no tuvo otra opción que amputarle el brazo. El amor que Paul sentía por la música evitó que se desanimara. “No sé cómo voy a hacerlo, pero igual voy a ser un gran pianista”.

Al volver a su casa, Paul comenzó inmediatamente a trabajar en pro de su meta. Era muy difícil tratar de tocar una obra complicada con solamente una mano, pero perseveró, practicando entre seis y siete horas por día. Pronto, su música comenzó a sonar como si estuviera tocando con las dos manos. Eventualmente, sus esfuerzos dieron frutos, y pudo tocar otro concierto.

Una vez más, la multitud lo escuchó embelesada. Los dedos de Paul volaban por las teclas negras y blancas. A pesar de haber perdido un brazo en la guerra, Paul Wittgenstein cumplió su sueño de llegar a ser un gran pianista, tocando tan bien como cualquier pianista con dos manos. Tocó el piano durante más de cuarenta años, hasta que murió en 1961.

La Biblia dice: “¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar?

En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!” ¿Te sientes desanimado, a veces? No permitas que las circunstancias te arrastren. Pon tu esperanza en Dios y sigue tus sueños.


Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson

ABDIAS, UN HOMBRE FIEL A DIOS


Tu oración: Padre, te doy gracias por cuidar de mí en todo momento.

Versículo para hoy: «Este siervo tuyo, desde su juventud, siempre ha honrado al Señor». 
1 Reyes 18: 12.

ABDÍAS les dijo a los profetas de Dios: «Vengan, hay un lugar en la montaña donde podrán esconderse».  La reina Jezabel estaba destruyendo a todos los profetas del pueblo de Israel.

Abdías era un buen hombre que amaba y era fiel a Dios, trabajaba en el palacio del rey Acab, el rey sabía que Abdías era del pueblo de Dios por eso le permitía administrar su palacio porque nunca le iba a robar.

Abdías les pidió a los profetas que se dividieran en dos grupos, porque había dos cuevas, les dijo que no se preocuparan por nada, porque él les llevaría cada día comida y agua.

Les dijo estas hermosas palabras: «Ustedes sirven al Dios del cielo y el cuidara de ustedes», y así sucedió, Dios cuido a los profetas. El cuida a todos los que le aman.

         LECTURAS DEVOCIONALES PARA PEQUEÑOS
AMIGOS DE JESÚS
Por: Cesia Alvarado Zemleduch

miércoles, 28 de agosto de 2013

COLABORADORES CON CRISTO


De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. 
Juan 14:12.

La obra de Cristo estaba mayormente limitada a Judea. Pero aunque su ministerio personal no se extendió a otras tierras, personas de todas las naciones escucharon su enseñanza y llevaron el mensaje a todas partes del mundo. Muchos escucharon de Jesús por repeticiones de los milagros maravillosos que ejecutó. Y el conocimiento de su sufrimiento y muerte, que fueron presenciados por las grandes multitudes que habían acudido a la Pascua, sería esparcido desde Jerusalén a todas partes del mundo.

Utilizados como representantes de Cristo, los apóstoles dejarían una impresión marcada en todas las mentes. El hecho de que eran hombres humildes no disminuía su influencia, sino que la aumentaba. La mente de sus oidores sería conducida de ellos a la Majestad del cielo... Sus palabras de confianza aseguraban a todos que no obraban con su propio poder, sino que solo estaban continuando la misma obra impulsada por el Señor Jesús cuando estaba con ellos. Humillándose, declaraban que Aquel que los judíos habían crucificado era el Príncipe de vida, el Hijo del Dios viviente, y que en su nombre hacían las obras que él había hecho...

El universo entero está bajo el control del Príncipe de la vida... Él pagó el dinero del rescate por todo el mundo. Todos pueden ser salvos por él. Él nos llama a obedecer, creer, recibir y vivir. Si todos abandonaran el negro estandarte de la rebelión y se colocaran bajo su estandarte, reuniría una iglesia compuesta de toda la familia humana. A quienes creen en él, él los presentará ante Dios como sus súbditos leales. Él es nuestro Mediador, al igual que nuestro Redentor. Defenderá a sus seguidores escogidos contra el poder de Satanás y someterá a todos los enemigos de ellos...

Cristo deseaba que sus discípulos entendieran que él no los dejaría huérfanos... Estaba a punto de morir, pero deseaba que ellos advirtieran que él volvería a vivir. Y aunque estaría ausente después de su ascensión, por la fe podrían verlo y conocerlo, y él tendría el mismo interés y amor que les manifestó cuando estuvo con ellos.

Cristo aseguró a sus discípulos que después de su resurrección él se mostraría vivo a ellos... Entonces entenderían lo que no habían entendido en el pasado: que hay una unión completa entre Cristo y su Padre, una unión que siempre existirá – Review and Herald, 26 de octubre de 1897.

Tomado de  Meditaciones Matutinas para adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

EL MUNDO CAMBIA DE CONTINUO, ¿Y TÚ?


El que afirma que permanece en él, debe vivir como él vivió. 1 Juan 2:6

Es indudable que vivimos en una época de cambios vertiginosos. Los avances tecnológicos pueden quedar obsoletos de un día para otro. La manera de hacer las cosas, las corrientes de pensamiento, los valores, las conductas de los seres humanos, cambian tan rápida y radicalmente que apenas nos dará tiempo a salir de nuestro asombro. Sin embargo, no olvidemos que esto ya estaba predicho desde hace siglos: “Muchos andarán de un lado a otro en busca de cualquier conocimiento” (Daniel 12:4). Saber que tiene que suceder así, nos da confianza en Dios.

En este mundo cambiante, las hijas de Dios debemos entender claramente la actitud que debemos asumir. En primer lugar, no olvidemos que “la hierba se seca y la flor se cae, pero la palabra del Señor permanece para siempre” (1 Pedro 1:24-25). Apoyadas en dicha premisa, nuestro pie podrá avanzar seguro por la senda cambiante de la vida. Los principios de Dios son eternos e inmutables y nunca perderán su vigencia, sin importar el tiempo que nos toque vivir.

La presión social es a veces muy intensa, y nos exige cambios en nuestra forma de ser, de hablar, de vestir, de comer, y nos plantea nuevas formas de comportamiento que muchas veces nos ponen a dudar de los principios cristianos que rigen nuestra vida. Sin embargo, tampoco debemos permanecer inmutables frente a los cambios. Hemos de aprender a adaptarnos con sabiduría a las nuevas circunstancias de nuestra vida sin que eso implique abandonar lo que creemos.

Nuestros esposos, nuestros hijos y nosotras mismas nos movemos al compás de nuevas demandas y necesitaremos toda la fuerza del cielo con el fin de poder enfrentarlas. A nosotras nos corresponde rescatar los valores perdidos y presentarnos en nuestros hogares, frente a nuestros hijos y delante del mundo, con el poder del evangelio. Asimismo con el respaldo de una información actualizada. Entonces podremos conmover corazones.

Amiga, sé una mujer promotora de cambios. Perfecciona tu manera de amar, de pensar, de enseñar, de conducir, de guiar y orientar a otros. Sobre todo procura que los cambios que promuevas estén de acuerdo con la voluntad de Dios.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”

Por Erna Alvarado

¿PERFECTOS O SOLO PERDONADOS?


“El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Juan 10:10).

Una calcomanía en el parachoques del automóvil decía esto: “Los cristianos no son perfectos, solo son perdonados”. Cuando lo leí por primera vez, el pensamiento me dejó intrigado. ¿Es lo que realmente somos? ¿Perdonados, nada menos y nada más?

La “calcomanía teológica” hace dos aseveraciones y ambas son correctas. Sí, ningún ser humano, con la excepción de Jesús, es perfecto. También es cierto que Dios proporciona el perdón sin excepción a todos los que aceptan a Cristo como su Salvador personal; y esto no depende de que sean perfectos. Sin embargo, algo no parece correcto con respecto al mensaje de la calcomanía, especialmente si la leíste en el parachoques de un automóvil cuyo conductor se metió rudamente en tu carril y hace sonar la bocina desconsideradamente contra los otros conductores.

¿Es verdad que el perdón es lo único que identifica a una persona como cristiana o la única cosa que importa en la vida de un cristiano? Por desgracia, lo que esta calcomanía realmente comunica es que “ser perdonado es todo lo que importa en el cristianismo, lo que es genuinamente esencial”. Desde este punto de vista, lo único que importa es que antes de morir le digas a Jesús: “Perdóname, te entrego mi vida”, para escapar de la muerte eterna. Puedes leer un buen análisis al respecto en el libro The Divine Conspiracy [La conspiración divina], de Dallas Willard.

La Biblia dice, sin embargo, que Jesús no vino y murió únicamente para proporcionarnos perdón sino para darnos vida y dárnosla en abundancia (lee Juan 10:10). Cuando Jesús dijo esto se refería al presente, a la vida que vivimos en este mundo antes de que venga por segunda vez. Si esto es cierto, la diferencia entre un cristiano y uno que no lo es, va más allá del hecho de que uno es perdonado y el otro no. Debes percibir la diferencia en las “vidas” que ellos viven, ¿no es cierto?

Cuando Jesús nos perdona también nos da su Santo Espíritu para implantar los principios de su reino en nuestras vidas. Si permitimos que Dios haga esto en nosotros, seremos realmente dichosos. Cristo vino para hacernos fructíferos en los frutos del Espíritu Santo que se resumen en el principio del amor. Todo el que se entrega a Cristo es un árbol fructífero en el huerto de Dios. ¿Eres un árbol fructífero o estéril? La decisión está en tus manos.

Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez

EL MINISTERIO DE AESHA


Lugar: India

Palabra de Dios: 1 Timoteo 1:12

Aesha es una pequeña niña que creció en un orfanato misionero.

Allí, aprendió acerca de Jesús y lo aceptó como su Salvador. Pasaron muchos años, y pronto se estaba preparando para dejar el orfanato y casarse. Desafortunadamente, pasó algo que cambió drásticamente sus planes. Empezaron a salirle unas llagas en la mano, y el médico le diagnosticó lepra.

Aesha tuvo que ir a vivir a un refugio especial para leprosos.

Cuando llegó allí, vio a muchas mujeres tristes dando vueltas por allí, desesperanzadas y sintiéndose rechazadas. Todo parecía sucio, incluyendo sus habitantes. Se le llenaron los ojos de lágrimas al pensar que ella podía llegar a parecerse a esas mujeres.

Una persona del personal la saludó.

-Bienvenida -le dijo.

Luego, le preguntó si le gustaría ayudar a atender a esas mujeres.

Aesha accedió enseguida. Ahora, se sentía mucho mejor de estar allí.

Queriendo hacer lo mejor que podía para compartir el amor de Dios con las otras mujeres, comenzó una pequeña escuela donde les enseñaba a leer y escribir. Aesha también les enseñó cantos acerca de Dios, y muchas mujeres aprendieron de Jesús a través de su ministerio.

Las cosas comenzaron a cambiar. Los rostros, tristes, perdieron sus miradas de desesperanza. Las mujeres comenzaron a ocuparse de sus cosas y a hacer que el lugar estuviera más limpio y alegre.

Aunque Aesha lentamente comenzó a sentir los efectos físicos de su enfermedad, siempre tenía una sonrisa en el rostro. Fácilmente podría haberse entristecido y deprimido, pero su fe en Dios le dio una actitud positiva frente a la vida, y encontró gozo sirviendo a otros.

Al igual que el apóstol Pablo, Aesha podía decir: “Doy gracias al que me fortalece, Cristo Jesús nuestro Señor, pues me consideró digno de confianza al ponerme a su servicio”.


Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson