jueves, 1 de agosto de 2013

¿ERES CONSCIENTE DE LO QUE DESEAS?


Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha. Salmo 16:11

Alguien dijo: “Quien sabe a dónde va, y qué desea, llega más rápido y mejor”.

Por supuesto que esta aseveración la podríamos aplicar a todos los aspectos de nuestra vida.

Conocer lo que uno desea es sencillamente tener un proyecto de vida que incluya acciones concretas para el logro de metas y objetivos a largo, medio y corto plazo. Significa tener un plan de ruta de vida en el cual estarán incluidos personas, lugares, acciones y, por supuesto, lo más importante: Dios. Él le dará seguridad al caminante, y lo guiará por toda la ruta hasta llegar a la eternidad.

Nuestro mundo está lleno de gente sin metas ni objetivos en la vida. Son como vagabundos que caminan como errantes solitarios, y probablemente su andar es torpe y su existencia intrascendente. Pero ese no es el plan de Dios para nuestro paso por este mundo. La estancia terrenal es un ciclo que comienza el día de nuestro nacimiento y concluye con el sueño de la muerte. Desde la niñez hasta la senectud, pasando por la juventud y la edad adulta, la vida presenta sus propias demandas y desafíos que debemos enfrentar con la dotación de recursos físicos, mentales y emocionales que Dios nos ha dado a cada uno.

Amiga, no importa en qué etapa de la vida te encuentres, enfréntate a ella aceptando los retos con alegría y optimismo. Si tienes un trabajo bien remunerado, no trabajes únicamente por el dinero, hazlo por el placer que conlleva hacer lo que te gusta.

Si te relacionas con otras personas, acércate a ellas con sinceridad y procura aprender de ellas. No hay dos personas iguales. Apóyate en otros para lograr tus metas y asimismo provee para el desarrollo de los demás. Haz que tu mundo sea cada día mejor y sin duda también lo será para quienes te rodean.

No pases por alto la voz de Dios, que habla a tus sentidos y a tu corazón.

Cuando te sientas inspirada a realizar una tarea o algún proyecto, no te detengas, saca fuerza de tu interior y busca hacer la voluntad de Dios. “El Señor dice: ‘Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti’ ” (Salmo 32:8).

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado

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