Pero cuando vino el
cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo. Gálatas 4:4.
Cristo vino a este mundo para revelar al
Padre, para darle a la humanidad un conocimiento verdadero de Dios. Vino a
manifestar el amor de Dios. Sin un conocimiento de Dios, la humanidad estaría
eternamente perdida... Aquel que hizo el mundo debe impartir vida y poder.
La promesa hecha en el Edén de que la
simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente era la promesa del Hijo
de Dios, cuyo poder era el único medio para cumplir el designio de Dios e
impartir su conocimiento. Dios hizo la promesa a Abraham: “Serán benditas en ti
todas las familias de la tierra” (Gén. 12:3). A Abraham se le reveló el
propósito de Dios para la redención de la raza... Cristo declaró: “Abraham
vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó” (Juan
8:56).
Jacob declaró: “No será quitado el cetro de
Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y a él se
congregarán los pueblos” (Génesis 49:10). Dios habló a Moisés cara a cara, como
se habla con un amigo. La luz acerca del Salvador brilló sobre él. Le dijo al
pueblo: “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová
tu Dios; a él oiréis” (Deuteronomio 18:15).
Los sacrificios y las ofrendas contaron la
historia del Salvador venidero, quien habría de ofrecerse por los pecados del
mundo. Señalaban hacia un servicio mejor que el suyo, cuando Dios sería adorado
en espíritu y en verdad, y en la belleza de la santidad.
En el servicio judío se representaba la
expiación demandada por la Ley quebrantada. La víctima, un cordero sin mancha o
defecto, representaba al Redentor del mundo, quien es tan santo y eficiente que
puede quitar el pecado del mundo.
A David se le dio la promesa de que Cristo
reinaría para siempre, y que su reino no tendría fin. Los hebreos vivían con
expectación, anticipando al Mesías prometido. Muchos murieron en la fe, sin
haber recibido las promesas; pero habiéndolas visto de lejos, creyeron y
confesaron que eran extraños y peregrinos sobre la tierra – Youth’s Instructor,
13 de septiembre de 1900.
Tomado de Meditaciones Matutinas para
adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White
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