UN VIAJE POR “BOSTEZO ABISMAL”
Y si me voy y se lo preparo, vendré para
llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté. Ustedes ya conocen el
camino para ir adonde yo voy (Juan 14:3, 4).
Anticipamos
el extraordinario día en que los redimidos harán el viaje hacia la Nueva
Jerusalén. Hay quienes han dicho, en términos poéticos, que el viaje se hará a
través del “bostezo abismal”. Así se le llama al corredor de Orión, una
abertura vacía, Inmensurable, donde no hay nada, rodeada de luces a manera de marco
de pedrería. Esa, según se cree, es la puerta del cielo, y por allí entrará el
cortejo triunfal de Cristo con los redimidos que van hacia la nueva Jerusalén.
Poesía,
metáfora, sueños, esperanzas, es el lugar de origen de la idea del “bostezo
abismal”. Pero sea por donde sea la entrada, los redimidos pasarán por allí.
Eso recuerda lo que ocurrió un día de octubre, en un jardín de niños, en el
estado de Rhode Island, Estados Unidos. Una maestra encontró dos orugas de
mariposa monarca que se alimentaban de una planta de Asclepiadea o
algodoncillo. Las orugas se habían formado demasiado entrada la estación para
que se desarrollaran antes del invierno, e indudablemente estaban condenadas a
morir de frío.
La
maestra sacó suficientes hojas como para alimentar a las orugas durante varios
días, y las llevó a su aula, donde se alimentaron y estuvieron protegidas del
frío. Pronto se formaron sus crisálidas verdes y luminosas. En cada una se
desarrolló el proceso de transformación y al mes siguiente, tiempo después de
haber llegado el invierno, las dos mariposas monarca surgieron de sus
“estuches” y desplegaron sus hermosas alas.
Las
monarca emigran hacia el sur en el invierno, pero estas habían salido mucho
tiempo después del último vuelo. Las dos mariposas nunca sobrevivirían si se
las liberaba en el aire frío de noviembre, en el hemisferio norte. Pero la
maestra tuvo una idea. Preparó una jaula pequeña y puso dentro a las dos
mariposas. Llevó la cajita al aeropuerto, donde pidió un pasaje para las dos
mariposas. El empleado consultado, sin pestañear, hizo lo oportuno para que las
mariposas viajaran hacia el sur de forma diferente a cualquier otra monarca del
pasado, ya que fueron puestas en la cabina del piloto de un avión de United
Airlines. Cuando fueron liberadas, volaron en el aire cálido, como si fuera
parte del vuelo migratorio habitual de su especie hacia el sur.
Las
mariposas monarca no se dieron cuenta de su viaje, pero tú sí lo disfrutarás en
grande. ¡Prepárate para ese gran día!
Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
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Por Félix Cortez
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