EXTRATERRESTRES EN UN CONCIERTO
Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza:
instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos,
himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón (Colosenses
3:16).
En
la novela de Arthur C. Clarke, El fin de la infancia, la música era una de las
cosas relacionadas con los seres humanos que desconcertaron profundamente a los
superseñores, los cuales son seres extraterrestres profundamente estudiosos
que, llevados por la curiosidad, deciden asistir a un concierto para entender
mejor a la raza terrestre. Así, descienden a la superficie de la tierra y,
educadamente, escuchan un concierto y al final felicitan al compositor por su
“tremenda inventiva”. Todo aquello, sin embargo, les sigue pareciendo
terriblemente absurdo. Podemos imaginar a los superseñores cavilando en sus
naves intergalácticas sobre lo que han observado.
Es
evidente que la música es fundamental para la vida humana; sin embargo, “la
música carece de conceptos, no elabora proposiciones; carece de imágenes,
símbolos, el material de que está hecho el lenguaje. Le falta poder de
representación. No guarda una relación lógica con el mundo”.
Si
nos detenemos a pensar un poco, el fenómeno musical es desconcertante no solo
para los extraterrestres, sino también para nosotros. ¿Te has preguntado cómo
adquiere significado la música? ¿De qué manera comunica conceptos, actitudes y
experiencias?
Muchas
veces se afirma que hay música buena y hay música mala. Yo estoy de acuerdo con
esta afirmación. Sin embargo, acepto que el asunto es bastante complicado.
¿Cómo podemos entender, por ejemplo, el hecho de que las obras de J. S. Bach
son usadas indiferentemente tanto en la adoración cristiana como en los cultos
satánicos? A la luz de este hecho, ¿cómo entendemos el valor moral de la música
de Bach? En mi propia experiencia siempre he relacionado la música clásica con
el bien y los principios morales elevados, pero me desconcierta el hecho de que
los oficiales nazis de los campos de concentración escuchasen la música clásica
con regularidad y organizasen conciertos interpretados por los presos para su
regocijo personal. ¿Acaso la música clásica no tenía que haber ejercido sobre
ellos una influencia positiva?
Mañana
estudiaremos la forma en que la música influye en nosotros. Mientras tanto,
examina la música que escuchas y la influencia que ejerce sobre tí. ¿Te ayuda
para que te acerques a Dios o te hace el camino más difícil? Si Jesús escuchara
tu iPod durante una semana, ¿lo escucharía con gusto? Buena pregunta, ¿verdad?
Medita en ella.
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Por Félix Cortez
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