El agua de Vida
Palabra de Dios:
Apocalipsis 22:17
¿Sabes cuál es el río más largo del mundo? No es el río Mississippi; ¿aunque es el río más largo de los Estados Unidos, desde su comienzo en el estado de Minnesota, desembocando casi 3.800 kilómetros después, en el Golfo de México.
No, el río más largo del mundo está del otro lado del mundo, y tiene casi el doble de la extensión del río Mississippi. Estoy segura de que has oído hablar de él. Aquí te doy una pista: la mamá del niño Moisés lo puso en un canasto y lo hizo flotar en este río, para que escapara del decreto del Faraón de que todos los bebés hebreos varones debían morir.
Correcto, es el río Nilo. El Nilo tiene casi 6.700 kilómetros, desde el arroyo más lejano, y 5.500 kilómetros desde un lago grande. Fluye hacia el norte, y pasa por países como Uganda, Sudán y Egipto.
El río Nilo fue,
y sigue siendo, una importante fuente de agua para los egipcios. Cada año,
hasta hace poco, el río se inundaba, dejando el suelo húmedo y fértil. Los
cultivos crecían bien en este ambiente, y hasta hoy la tierra al lado del río
es verde y fructífera. Pero, al final de los canales de riego la tierra se
convierte en un desierto seco.
El cambio del verdor al desierto ilustra cuán esencial es el agua para la vida. Esa es la razón por la cual la invitación que Dios nos hace es tan significativa. Él nos dice: “Vengan y beban”. El libro de
Apocalipsis lo
expresa así: “El Espíritu y la novia dicen: ‘¡Ven!’; y el que escuche diga:
‘¡Ven!’ El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua
de la vida”.
Lecturas Devocionales para Menores
2013
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson
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