sábado, 22 de junio de 2013

¿ROBARA EL HOMBRE A DIOS?



Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malaquías 3:8.

 ¿Lo harían ustedes? La Biblia habla de esto como si fuera una imposibilidad que alguien se atreva a hacer tal cosa. “Vosotros me habéis robado”... El Señor vio cómo sería cuando el mundo fuese lleno de habitantes, y por lo tanto hizo un pacto con su pueblo para que le diesen sus diezmos y ofrendas, según el arreglo que él hizo. Esto es suyo. No pertenece a ninguno de ustedes. 
  Dios ha hecho este trato con ustedes, para que puedan mostrar que advierten su dependencia y responsabilidad ante Dios, al devolverle su porción. Si hacen esto, su bendición vendrá sobre ustedes. Todo lo que tenemos es del Señor, confiado a nosotros como sus mayordomos. Aquello que le devolvemos, él tiene que dárnoslo primero...Respiramos porque Dios se hace cargo de la máquina humana. Día tras día la mantiene en funcionamiento. Y él desea que pensemos en el sacrificio infinito que ha hecho por nosotros al sufrir con Uno igual a él: su Hijo unigénito. Él consintió en dejar que este viniera a un mundo marchitado y estropeado por la maldición del pecado, para erigirse como la cabeza de la humanidad, como unSalvador que llevó el pecado y lo perdonó...
  Cristo declaró que le había sido dado todo poder en el cielo y en la tierra... Toma su posición como la cabeza de la humanidad, cubre la humanidad con la divinidad...
  Ojalá que ninguno de nosotros falle en obtener el precioso beneficio de la vida eterna. No roben a Dios. Caminen honestamente ante él. Todo es suyo. Él ha confiado bienes a sus agentes para el avance de su obra en el mundo. Han de traer a su tesorería un diezmo fiel, y además han de traer dones y ofrendas según la causa las demande... Dios desea que advirtamos que el cielo ha sido acercado a la tierra. Decenas de decenas de miles, y miles y miles de ángeles ministran a los que serán herederos de la salvación...
  Dios nos considera con seriedad. Espera que ayudemos a plantar su bandera en lugares que nunca han escuchado la verdad... Vienen pedidos de ayuda de alrededor del mundo. No gasten dinero innecesariamente. Niéguense a sí mismos, tomen su cruz y sigan al Maestro. Nunca podrán darle más de lo que él les ha dado a ustedes. Él dio su vida por ustedes. ¿Qué le han dado a él? –General Conference Bulletin, 8 de abril de 1901. (Tomado de un discurso de Elena de White, el 6 de abril de 1901.)


Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
"Desde el Corazón"
Por: Elena G. de White

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