sábado, 28 de diciembre de 2013

¿JUEGO INOCENTE?

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En sus palabras no hay sinceridad;
en su interior solo hay corrupción.
Su garganta es un sepulcro abierto;
con su lengua profieren engaños.
(Salmo 5:9).

Después de los comentarios que te hecho en otras ocasiones, quizá te quede una inquietud: “¿Qué tiene de malo que yo lea el horóscopo por diversión? Ya sé que es un engaño. Además, también sé que solo Dios conoce mi futuro, así que no me dejaré engañar; quiero entretenerme un poco y nada más”. ¿Es la astrología un juego inocente? No, no lo es.

En El mayor desafío del cristianismo, David Marshall reproduce el testimonio de Charles Strohmer, astrólogo que se convirtió al cristianismo. Dice que hay dos tipos de astrólogos, los charlatanes y los profesionales. El primer tipo me hizo recordar a un compañero de preparatoria de mi esposa, que escribía los horóscopos en el periódico local. Strohmer dice que la fuerza de los astrólogos profesionales reside en las “revelaciones personales” que reciben de espíritus al leer las cartas astrales. Son secretos que solo el cliente conoce. Estas “revelaciones” son impresionantes, según Strohmer, tanto para el astrólogo como para el cliente. Una vez hecha la revelación, el cliente está listo para aceptar todo lo que el astrólogo prediga.

Satanás no conoce el futuro, pero conoce perfectamente nuestro pasado, nuestras circunstancias, nuestros deseos y nuestras posibilidades. Utiliza toda esta información para engañarnos. Ir al astrólogo es entrar en relación directa con Satanás, por eso Dios lo prohíbe expresamente en muchos pasajes de la Escritura (lee, por ejemplo, Deuteronómio 18:9-12). ¿Por qué muchas de estas predicciones personales se cumplen? Por una parte, porque la gente cree tan profundamente en su poder, que va y cumple la profecía. Por otra, no olvidemos que Satanás también escucha nuestras conversaciones, observa nuestra conducta y puede predecir, con muchas probabilidades de acertar, lo que va a suceder.

Así le sucedió a Saúl. El espíritu que habló en casa de la pitonisa de Endor no era Samuel, sino un espíritu del mal, y engañó completamente al monarca. Satanás fue astuto. Había adulado a Saúl para que quebrantara los mandamientos divinos, luego lo traicionó y destruyó totalmente su ánimo, su valor y su capacidad para pensar. Saúl murió al día siguiente cumpliendo la profecía satánica. Si hubiera buscado a Dios con arrepentimiento sincero, su destino habría sido diferente. Pero en medio de su desesperación, recurrió a una salida fácil y fue a caer en la boca del lobo.

Recuerda, la palabra del astrólogo es un sepulcro abierto. No caigas en la tentación de acercarte a esas prácticas ni siquiera por diversión. Mejor busca a Dios con sinceridad y él te guiará por sendas seguras.
  
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