lunes, 23 de diciembre de 2013

LA PRIMERA Y SEGUNDA VENIDA

Portada Desde el corazon
Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta,
y juntarán a sus escogidos,
de los cuatro vientos,
desde un extremo del cielo hasta el otro.
Mateo 24:31

Los líderes de la nación judía tenían las Escrituras del Antiguo Testamento, las cuales predecían claramente la forma de la primera venida de Cristo.

Por medio del profeta Isaías, Dios había descrito la apariencia y la misión de Cristo, al decir que sería “despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto” (Isaías 53:3)…

En su primera venida, anticipaban todos los eventos maravillosos que rodearán su segunda venida. Por lo tanto, cuando vino por vez primera, no estaban preparados para recibirlo…

Entre el primer y el segundo advenimiento de Cristo se percibirá un contraste extraordinario. Ningún lenguaje humano es capaz de describir las escenas relativas a la segunda venida del Hijo del Hombre en las nubes de los cielos.

Aparecerá con su propia gloria, y con la gloria de su Padre y la de sus santos ángeles. Vendrá cubierto en el manto de luz que ha vestido desde los días de la eternidad. Lo acompañarán los ángeles… Se escuchará el sonido de la trompeta que llama a los muertos que duermen en sus tumbas…

Mientras ellos [los líderes judíos] contemplan su gloria, ante su mente aparece el recuerdo del Hijo del Hombre revestido del atuendo de la humanidad.

Recuerdan cómo lo trataron, cómo lo rechazaron y se unieron al bando del gran apóstata. Las escenas de la vida de Cristo aparecen ante ellos en toda su claridad. Todo lo que hizo, todo lo que dijo, la humillación a la cual se sometió en su afán por salvarlos de la mancha del pecado, se alzará para condenarlos…

Ahora nos encontramos entre los peligros de los últimos días. Las escenas del conflicto se apresuran, y el día de días se nos viene encima. ¿Estamos preparados?…

El Hijo del Hombre conferirá a los justos la corona de vida eterna, y “le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos” (Apocalipsis 7:15-17) — Review and Herald, 5 de septiembre de 1899.

Meditaciones Matutinas para adultos
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

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