martes, 24 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD

Portada Menores
Lugar: Colorado, EE.UU.

Palabra de Dios: Mateo 6:3,4

Tara, de siete años, y sus cuatro hermanos y hermanas se reunieron en la sala. Por la mirada seria de sus padres, podían darse cuenta de que algo andaba mal.

-Lo lamentamos, chicos -comenzó la mamá-, pero me parece que este año no habrá regalos para Navidad.

Tara trató de no sentirse chasqueada, mientras su papá explicaba la situación.

-Con todos los gastos médicos que tuvimos por la cirugía de rodilla que tuve, y porque no pude trabajar durante casi todo el año, no tenemos suficiente dinero.

Llegó el día de Navidad, y ellos hicieron lo mejor posible por estar alegres. La mamá recordó a los niños que tenían muchas razones por las cuales estar agradecidos. Después de todo, todavía tenían una casa calentita en la cual vivir, y tenían comida. En algún momento de la mañana, sonó el timbre.

-Yo abro -dijo Tara, corriendo hacia la puerta.

Pero, cuando la abrió, no había nadie allí; solo una caja grande en el porche.

-¡Mamá, papá, vengan! -llamó Tara- Alguien dejó una caja envuelta con papel navideño. ¿Podemos abrirla?

Todos se reunieron en la sala y abrieron la caja. Adentro, había juguetes, ropa y comida para toda la familia. Aparentemente, alguien se había enterado de la situación que vivían y había decidido ayudar.

Tara nunca olvidó el día de navidad de 1980 y el gozo que alguien les regaló. La familia nunca pudo descubrir quién dejó esa caja frente a su casa esa mañana, pero estoy segura de que el dador anónimo también se sintió bendecido. Cierta vez, dijo Jesús: “…cuando des a los necesitados, que no se entere tu mano izquierda de lo que hace la derecha, para que tu limosna sea en secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará”.

Lectura Devocional para Menores
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson

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