Miren cómo espera el
agricultor a que la tierra dé su precioso fruto y con qué paciencia aguarda las
temporadas de lluvia. Así también ustedes, manténganse firmes y aguarden con
paciencia la venida del Señor, que ya se acerca.
Santiago 5:7-8
Llegar al Reino de los cielos es uno de los
anhelos más legítimos del cristiano.
Sabemos que cuando esto suceda, nuestra
accidentada permanencia en este planeta habrá terminado. Sin embargo, la espera
de la venida del Reino de Dios debe ser una “espera activa”. El Señor nos insta
con estas palabras: “Tú, espera en el Señor, y vive según su voluntad, que él
te exaltará para que heredes la tierra” Una de las condiciones para heredar la
vida eterna es que hagamos la voluntad de Dios. Únicamente podremos disfrutar y
gozar nuestra permanencia en el cielo, cuando aquí en la tierra hayamos
aprendido a vivir según la voluntad del Señor.
Otra condición que debemos cumplir es buscar
intencionalmente a Dios. De esa manera será aquí donde comencemos una relación
de compañerismo y amistad con él, y que perdure por los años sin fin en la
eternidad. La Palabra de Dios dice: “Bueno es el Señor con quienes en él
confían, con todos los que lo buscan” (Lamentaciones 3:25).
Recordemos que nuestra estancia en la tierra
es pasajera. Tan solo somos peregrinos que marchamos al hogar eterno. “Somos
ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor
Jesucristo” (Filipenses 3:20). Este traslado maravilloso desde un mundo lleno de
pecado a la patria celestial será una de las últimas cosas que nos conecte con
este planeta. Nuestros siguientes viajes los realizaremos por el vasto e
infinito universo, mientras disfrutamos de la compañía de Dios y de los santos
ángeles.
Hermana y amiga, pronto estaremos en nuestro
verdadero hogar. Cobremos ánimo y renovemos nuestra esperanza día a día. Es
hora de preparar el equipaje del corazón, de la mente y del espíritu para ese
día glorioso. “Él murió por nosotros para que, en la vida o en la muerte,
vivamos junto con él. Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo
vienen haciendo” (1 Tesalónica 5:10-11). Hoy es un buen día para que anuncies el
mensaje de Salvación a todos los que encuentres a tu paso. (Salmo 37:34).
LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER
ALIENTO PARA CADA DÍA
Por Erna Alvarado
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