jueves, 3 de octubre de 2013

POR QUÉ PERSIGUIERON A GALILEO


Entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor (Mateo 20:26).

Tú sabes que hay una conspiración contra la verdad. Desde Caín, que persiguió a Abel, el odio contra la verdad ha sido continuo y con frecuencia quienes creen en ella son perseguidos.

La leyenda dice que Galileo Galilei fue perseguido porque defendía la teoría copernicana de que la Tierra gira alrededor del Sol. Se ordenó a Galileo que se presentara ante la Inquisición en Roma y, sí no iba voluntariamente, se lo llevaría encadenado a las prisiones de ese alto tribunal. Galileo, que ya tenía setenta años, fue interrogado largamente y amenazado con la tortura. Al no tener defensa, adoptó la única opción razonable que le quedaba y el 22 de junio de 1633 recitó, de rodillas, la abjuración prescrita en la gran sala del convento dominicano de Santa María Sopra Minera: “Con el deseo de disipar de la mente de Vuestras Eminencias y de todo verdadero cristiano esta vehemente sospecha arrojada sobre mí, con corazón sincero y fe verdadera, abjuro, condeno y rechazo los errores y herejías mencionados, y en general, toda herejía y secta contraria a la Santa Iglesia”.

Pero en realidad fue el mismo Galileo el que más hizo para que lo persiguieran. La misión de su vida, según sus propias palabras, era “lograr alguna fama”. Orador y panfletista inflamado, cuando estudiaba en la Universidad de Pisa lo llamaban “El pendenciero”. Publicó un poema satírico burlándose de los profesores que asistían al aula vestidos con la toga.

Se atribuyó en Venecia la invención del telescopio y fue ingrato e injusto con Kepler. Cuando Einstein se refirió a este hecho dijo: “Esto, ¡ay¡ es vanidad. Se la encuentra en muchos científicos”.

La Iglesia Católica lo toleraba. El Vaticano elogió la investigación de Galileo con el telescopio y lo honró con un día de ceremonias en el Colegio Romano. El papa era su amigo y el cardenal Bellarmino aceptó que, si la teoría copernicana era correcta, “tendríamos que proceder con gran circunspección para explicar los pasajes de la Escritura que parecen enseñar lo contrario”.

Pero Galileo estaba desbocado. Se burlaba de los jesuitas y de toda autoridad que no concordaba con él. Se puede decir que por su falta de humildad, prudencia y sabiduría, encendió los fuegos de la persecución en su contra.

Galileo carecía de humildad. Presenta tú la verdad con humildad y no despiertes por tu imprudencia la animosidad de los demás contra ti o contra la verdad que buscas defender.

 MEDITACIONES MATINALES JÓVENES 2013
¿SABÍAS QUE…?
Por: Félix H. Cortez

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