Lugar: República Centro Africana
Palabra de Dios: Éxodo 20:12
Felipe estaba jugando afuera, bajo la sombra
de un árbol grande, cuando oyó la voz de su papá.
-Felipe, acuéstate y arrástrate hacia mí lo
más rápido que puedas.
El chico no sabía por qué su papá le estaba
diciendo que hiciera algo tan extraño, pero inmediatamente detuvo lo que estaba
haciendo e hizo lo que su padre le dijo. Tirándose al suelo, comenzó a
arrastrarse lo más rápido que podía. Cuando estaba más o menos a mitad del camino,
su papá lo llamó nuevamente.
-Está bien, Felipe. Puedes pararte y correr
el resto del camino.
Saltando sobre sus pies, Felipe corrió hasta
su padre.
-¿Qué pasó? -preguntó-. ¿Está todo bien?
-Mira hacia atrás -le contestó el papá-.
Mira el árbol bajo el cual jugabas.
Los ojos de Felipe se agrandaron mucho
cuando se dio cuenta del peligro del que acababa de escapar: una enorme
serpiente, de casi cinco metros de largo, colgaba de la rama que estaba justo
arriba de donde él estaba momentos antes.
-Me alegra que me obedecieras
inmediatamente, hijo -señaló su papá.
Todavía asustado, Felipe asintió con la
cabeza. Si se hubiera quedado debajo del árbol, quién sabe lo que habría
ocurrido. Su obediencia inmediata le salvó la vida.
Cuando tus padres te dicen que hagas algo,
¿prestas atención?
Si hubieses estado en el lugar de Felipe,
¿te habrías tirado al piso y arrastrado tan rápido como podías? El quinto
Mandamiento dice:
“Honra a tu padre y a tu madre, para que
disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios”.
Sí, es una buena idea hacer caso a los
padres. Después de todo, ellos te aman y quieren lo que es mejor para ti.
LECTURAS DEVOCIONALES PARA
MENORES
EN ALGÚN LUGAR DEL MUNDO
Por: Helen Lee Robinson
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