domingo, 15 de diciembre de 2013

JEREMÍAS, EL HÉROE PODEROSO

Portada Pequeños

Tu oración: Padre, aunque soy pequeño deseo que me uses para compartir tu amor con otros.

Versículo para hoy: «Llámame y te responderé». 
Jeremías 33: 3.
DIOS le dijo a Jeremías que tenía que enseñarle a la gente sobre su amor. Aunque al principio Jeremías dudaba, porque era muy joven y no sabía expresarse muy bien, acepto, sabía que Dios lo iba a guiar. Dios le dijo: «Yo te conozco desde antes que nacieras Jeremías. Confía en mí».

El profeta Jeremías llevo a cabo la tarea que Dios le había dado. A Jeremías le gustaba hablar de Dios, iba a otras ciudades y países para hablar del amor de Dios y lo especial que es el día sábado para adorar a Dios.

Había reyes, sacerdotes y personas del pueblo que no querían que Jeremías predicara. Lo encarcelaron y se burlaban, pero Dios le había hecho la promesa que siempre estaría con él. Nunca dejo de compartir con otros el gran amor de Dios.

Aunque eres pequeño, Dios puede usarte como al profeta Jeremías para que compartas su amor con otros.
                                            
Lecturas devocionales para Pequeños
Amigos de Jesús
Por Cesia Alvarado Zemleduch

sábado, 14 de diciembre de 2013

EL DEBER PRESENTE

Portada Desde el corazon
En lo que requiere diligencia,
no perezosos; fervientes en espíritu,
sirviendo al Señor.
Romanos 12:11.

El deber actual de cada hijo verdadero de Dios es esperar pacientemente, velar atentamente, trabajar fielmente, hasta la venida del Señor, de modo que estemos preparados para el solemne evento. Las características del verdadero seguidor de Cristo, el hombre y la mujer perfectos en Cristo Jesús, se manifestará en trabajar, velar y esperar al Señor. No se darán enteramente a la contemplación y la meditación ni estarán tan absortos en ajetreos que descuiden el ejercicio de la piedad personal; pero en el cristiano simétrico, la devoción personal se mezclará con el trabajo ferviente, y los seguidores de Cristo no serán perezosos, sino que serán “fervientes en espíritu, sirviendo al Señor”.

Deben mantenerse las lámparas recortadas y prendidas, para que envíen brillantes rayos de luz en medio de las tinieblas morales del mundo…

El Señor viene pronto, y por esta precisa razón necesitamos nuestras escuelas no para ser educados según el sistema del mundo, sino para que nuestras instituciones de aprendizaje puedan parecerse más a las escuelas de los profetas: lugares donde podamos aprender la voluntad de Dios y alcanzar las ramas más elevadas de la ciencia, para entender mejor a Dios y sus obras, y el carácter de Jesucristo, a quien él ha enviado… El pueblo de Dios debe ganar más destrezas y experiencia; porque habrá más tareas para todos, y especialmente para los que están en posiciones de confianza. Al acercarnos al fin, Satanás se animará a hacer un esfuerzo desesperado para vencer a todos los que disputen su reclamo de autoridad suprema sobre la tierra, y el pueblo de Dios debe prepararse para la lucha. Dios requiere el ejercicio completo de toda habilidad. Ha dado a hombres y mujeres que hagan todo lo que les sea posible hacer según sus facultades naturales y cultivadas… Los seguidores de Cristo no pueden abandonar sus puestos sin traicionar un deber sagrado, sin poner en peligro la salvación de sus propias almas y las ajenas. Usted debe ser leal al trabajo que se le ha confiado, y dejar de buscar algo nuevo y extraño.

Cuando Cristo les explicó a los discípulos la gran obra que habría de hacerse, y les prometió el don del Espíritu Santo, estuvieron ansiosos por saber si entonces verían el cumplimiento de la esperanza por tanto tiempo ansiada.

Preguntaron: “¿Restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” El Señor reprendió su curiosidad y les dijo: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad” (Hechos 1:6, 7) – General Conference Bulletin, 4 trimestre de 1896, p. 764.

Meditaciones Matutinas para adultos
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

VERDADERAMENTE LIBRES

Portada Mujeres
Cristo nos libertó para que vivamos en libertad.
Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud.
Gálatas 5:1

La libertad es uno de los dones más preciados que disfrutamos los seres humanos. Todos anhelamos ser libres y, al perseguir ese deseo, no desafiamos ni contrariamos a Dios, pues fue él quien nos creó para ser libres. No es su deseo que seamos esclavas de nada ni de nadie.

Las cadenas y las prisiones son inventos humanos para coartar la libertad de los demás. La Santa Biblia nos presenta una gran declaración: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor” (Lucas 4:18-19).

A pesar de eso, cada día son miles las mujeres que renuncian a su libertad y se encadenan de forma voluntaria. Muchas mujeres que pregonan ser libres son en realidad esclavas de sus tendencias. Muchas otras, por estar confundidas, viven sin sujeción a las normas divinas; una cadena difícil de romper.

La libertad no consiste en hacer lo que una desea; más bien, es el derecho que Dios nos concede para tomar decisiones asertivas y atinadas en diferentes aspectos de la vida. La única norma que necesitamos acatar a fin de gozar de libertad plena, es la que expresó el apóstol Pablo cuando dijo en su Carta a los corintios:

“Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17).

El libre albedrío nos garantiza nuestra libertad, mientras que el Espíritu de Dios nos guía a emplear asertivamente dicho don. Somos libres cuando invitamos al Espíritu Santo a tomar posesión del medio que Dios nos ha dado para gobernar.

Podemos actuar con libertad plena, conscientes de que su presencia pondrá nuestra vida en resguardo.

Amiga, no tengas miedo a vivir ni a actuar. No aniquiles tus deseos de libertad encadenándote a personas o hábitos negativos. Recuerda la Palabra de Dios y anímate:

“Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios” (Romanos 8:20-21).

Antes de iniciar tus actividades hoy, di con el salmista: “¡Ven pronto a mí, oh Dios! Tú eres mi socorro y mi libertador; ¡no te demores, Señor!” (Salmo 70:5).

Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado

ANGUSTIA Y LIBERACIÓN EN LA PLAYA

Portada Jovenes
En mi angustia invoqué al Señor;
clamé a mi Dios, y él me escuchó desde su templo;
¡mi clamor llegó a sus oídos! 
(Salmo 18:6).

A lo largo de la historia, muchos cristianos han repetido las palabras del texto de hoy.

Dios escucha los clamores de sus hijos y los libra de sus angustias. Mi tía Altagracia es una cristiana humilde y entregada. Una vez fue con su hija y sus nietos a pasar un día en la playa. El día transcurrió como de costumbre en esos casos: nadar, jugar, descansar y comer.

Cuando llegó la hora de volver a casa, mi tía comenzó a caminar hacia el automóvil con sus nietos. Entonces, Marcelito comenzó a sufrir un ataque de asma, su enfermedad crónica.

Mi tía le gritó a su hija:

-¡Flor, apúrate, Marcelito ya comenzó con su ataque de asma! ¿Dónde está su medicina?

Mi prima fue corriendo al automóvil, había olvidado la medicina y era necesario apresurarse para llegar a casa. Mientras buscaba frenéticamente la llave, observó que los labios de Marcelito comenzaban a ponerse azules. El problema era grave. Era necesario llegar pronto a la casa. Pero la llave no aparecía. Aterrada, comprendió que la había perdido en la playa. Otra mirada a Marcelito fue suficiente para que el pánico se apoderara de ella.

Corrieron hacia la playa, pero cuando llegaron encontraron que la marea había cubierto totalmente la arena. Mi tía comprendió que la vida de su nieto estaba en serio peligro.

Cada instante podía significar la vida y la muerte. Urgía hallar la llave, pero el agua le llegaba a la rodilla en el lugar donde habían pasado todo el día. ¿Cómo encontrar la llave en aquel mar? Imposible. Las olas lo habían revuelto todo y la arena hervía literalmente debajo de sus pies.

Entonces mi tía hizo lo que dice nuestro texto de hoy. Clamó a Dios. Le habló en tono familiar al Señor a quien conocía muy bien. De lo más hondo de su corazón suplicó al Dios a quien había dedicado su vida, y a quien presentara sus angustias y aflicciones: “Señor, Dios mío, necesito esa llave. Dámela por favor”, dijo en una oración surgida de lo más hondo de su ser y purificada con las abundantes lágrimas que fluían de sus ojos. Luego se inclinó, metió las manos al agua, las hundió lo más que pudo, tomó un puñado de arena y levantó las manos. Cuando las abrió, la llave apareció ante sus ojos.

Busca al Señor todos los días para conocerlo. Luego clama a él cuando lo necesites y te escuchará.

Lecturas Devocionales para Jóvenes
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez


EL QUE SIEMBRA MALEZAS

Portada Menores
Lugar: Estados Unidos

Palabra de Dios: Oseas 10:12

Durante muchos años, el señor Ramos había cultivado en tierras alquiladas. Había desarrollado un buen sistema, y todo su trabajo duro y su planificación estaban rindiendo sus frutos. Su pequeña granja había ganado reconocimiento, y otros agricultores de la zona, a menudo, lo buscaban para pedirle consejos.

Un día, el señor Ramos recibió una carta del dueño del campo que él alquilaba. “Lamento informarle que no podré renovar el contrato este año. Tiene treinta días para salir de mi campo. Gracias por su cooperación”. Averiguando un poco, el señor Ramos se enteró de que el hijo del dueño estaba por casarse y quería el campo para él.

El señor Ramos se sentía un poco chasqueado. Hizo varias contraofertas, pero el dueño no aceptaba ninguna. Los días pasaban rápidamente, y pronto sería hora de que el señor Ramos abandonara la propiedad. “¡Esto es injusto!” pensó. “Tengo uno de los mejores establecimientos de la zona. ¡Ya le voy a mostrar!”

El señor Ramos juntó semillas de todo tipo de malezas y tarde, una noche, salió al campo. “Se va a arrepentir de haberme echado”, pensó con una mueca burlona. “Espera nomás a que estas semillas empiecen a brotar”.

A la mañana siguiente, oyó que alguien golpeaba la puerta. Se sorprendió, y se avergonzó un poco cuando vio que el dueño del campo lo esperaba afuera.

-Señor Ramos -le explicó el hombre-. He cambiado de idea. Estaré feliz de renovar el contrato de arrendamiento.

Al señor Ramos se le cayó el alma a los pies cuando se dio cuenta de lo que había hecho. Sabía demasiado bien que cosecharía lo que había sembrado.

Esto es lo que dice la Biblia: ” Siembren para ustedes justicia! ¡Cosechen el fruto del amor, y pónganse a labrar el barbecho! ¡Ya es tiempo de buscar al Señor!, hasta que él venga y les envíe lluvias de justicia”.

Lecturas Devocionales para Menores
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson

BRILLA PARA DIOS

Portada Pequeños
Tu oración: Gracias Dios, porque me perdonas y con tu amor puedo brillar para otros.

Versículo para hoy: «Pondré mi esperanza en Dios mi salvador». Miqueas 7: 7.

MIQUEAS vivía en una pequeña aldea. Dios le pidió que diera un mensaje muy importante. Miqueas tenía que decirles a las personas de su aldea que Dios los amaba.

Las personas de la aldea se habían olvidado tanto de Dios que se trataban mal unos a otros, no se querían, se golpeaban, se hablaban mal y no compartían sus cosas.

Un día Miqueas le dio un mensaje a la gente de su aldea, les dijo que alguien muy especial iba a nacer en Belén. Miqueas hablaba del bebé Jesús. Les dijo que Dios los amaba mucho y que los perdonaría si ya no se trataban mal.
                                            
Lecturas devocionales para Pequeños
Amigos de Jesús
Por Cesia Alvarado Zemleduch

viernes, 13 de diciembre de 2013

LA PREPARACION PARA LA VENIDA DE JESUS

Portada Desde el corazon
Aguardando la esperanza bienaventurada
y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios
y Salvador Jesucristo.
Tito 2:13.

Jesús viene pronto; y a nosotros que creemos esta verdad solemne nos toca dar la advertencia al mundo. Debemos mostrar, por nuestra vestimenta, nuestra conversación y nuestras acciones, que nuestra mente está concentrada en algo superior a los negocios y los placeres de esta corta vida. No somos más que peregrinos y extranjeros aquí, y debiéramos dar alguna evidencia de que estamos listos y esperando la aparición de nuestro divino Señor. Que el mundo vea que usted va en camino a una patria mejor, querido lector, a una herencia inmortal que no pasará; que no puede darse el lujo de dedicar su vida a las cosas de este mundo, sino que su preocupación es prepararse para el hogar que lo aguarda en el Reino de Dios.

¿Cómo haremos esta preparación? Colocando nuestros apetitos y pasiones en sujeción a la voluntad de Dios y mostrando en nuestra vida los frutos de la santidad. Debemos hacer justicia, amar misericordia y humillarnos ante nuestro Dios. Hemos de dejar que Cristo entre en nuestro corazón y en nuestro hogar.

Debemos cultivar el amor, la simpatía y la cortesía genuina unos con otros…

Nuestra vida debe consagrarse al bien y a la felicidad de otros, como hizo nuestro Salvador. Este es el gozo de los ángeles, y la obra en la que se ocupan.

El espíritu de amor sacrificado de Cristo es el espíritu que permea el cielo y la fuente de su felicidad. Y si hemos de ser idóneos para unirnos a la sociedad de las huestes angélicas, debe ser el nuestro. A medida que el amor de Cristo llena nuestro corazón y controla nuestra vida, el egoísmo y el amor a lo fácil serán vencidos; será de nuestro agrado servir a los demás y hacer la voluntad de nuestro Señor, a quien esperamos ver pronto…

Debemos hacer lo correcto porque es correcto, y no para evitar el castigo o por temor a una gran calamidad que pueda sobrevenirnos. Yo deseo hacer lo correcto por el placer que me da la justicia. Puede encontrarse felicidad en hacer el bien aquí; tanta satisfacción en hacer la voluntad de Dios; tanto placer en recibir su bendición. Entonces mostremos que somos hombres y mujeres de criterio sano, que no elegimos nuestra porción en este mundo, sino en el mundo venidero. Mantengámonos en nuestro puesto, fieles en el cumplimiento de todo deber, con nuestra vida oculta con Cristo en Dios, para que cuando el Pastor de los pastores aparezca, recibamos una corona imperecedera - Signs of the Times, 10 de noviembre de 1887. 

Meditaciones Matutinas para adultos
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White