“El principio de la sabiduría
es
el temor de Jehová”.
Proverbios 1:7.
Fue próspera
la juventud de Salomón porque estuvo en relación con el Cielo, dependió de Dios
e hizo de él su fortaleza. “En los primeros tiempos de la vida de Salomón se
ven también los resultados del método educativo de Dios. Salomón hizo en su
juventud la misma decisión que David.
Antes que
cualquier bien terrenal, pidió a Dios un corazón sabio y entendido. Y el Señor
no sólo le dio lo que le pedía, sino lo que no había pedido: riquezas y
honores. El poder de su inteligencia, la amplitud de su conocimiento y la
gloria de su reinado se hicieron famosos en todo el mundo” (Elena de White, La
educación, p. 44).
Para entender
la sabiduría del cielo y conocer la voluntad de Dios necesitamos tener sed de
su amor. En la misión de educar a nuestros hijos, necesitamos mucho de Dios
para no sentirnos solas. Amamos a nuestra familia más que a nada en este mundo,
somos capaces hasta de dar nuestra vida por ella. Deseamos su salud, seguridad,
felicidad y prosperidad como el mismo Señor las desea para nosotras. Este es un
desafío grande y diario al que no podemos enfrentarnos sin su ayuda, porque la
batalla estaría perdida. Nuestro mejor aliado tiene que ser el Señor, quien
está deseoso de transformarnos porque nos hemos convertido en referentes y
modelos de vida para nuestros hijos. La sabiduría del Cielo y el respeto a la
voluntad de Dios nos ayudarán a despojarnos de falsos ideales a fin de ayudar a
nuestros hijos a fortalecer sus talentos y herramientas para conducirse en la
vida.
Tenemos que
despojarnos del sentimiento de crítica constante para ayudarlos a que vean en
Jesús su máximo ejemplo. Nuestro trabajo es estar atentas, despiertas y ser
conscientes de lo que ocurre a su alrededor para saberlos conducir y guiar. No
nos desalentemos. El Señor nos asegura: “He aquí yo derramaré mi espíritu sobre
vosotros, y os haré saber mis palabras” (Proverbios 1:23).
Muchas veces
tardamos en admitir nuestra negligencia, pero nunca es tarde para comenzar.
Estamos a tiempo, hoy es el segundo día del año y un momento oportuno para
crecer, porque queremos transformarnos en madres que lleven a sus hijos a los
pies de Jesús.
María del
Pilar Calle de Hengen, Uruguay
Meditaciones
Matutinas para la mujer
“DE MUJER A MUJER”
Recopilado por: Pilar Calle de Henger
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