Más buscad primeramente el reino
de Dios
y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
Mateo 6:33.
Corrían las
horas y lios días, y la mirábamos maravillados porque no podíamos creer que nos
habíamos convertido en padres. Entonces supimos que, de alguna manera, éramos
personas especiales. Deseábamos darle lo mejor a nuestra pequeña porque ahora
teníamos por quien y para quien vivir. ¡Qué tremenda responsabilidad! Solamente
nos sería posible buscando en la sabiduría del Cielo toda la luz que
necesitamos para nuestra vida y la de nuestra hija.
¿Cómo acceder
a esa sabiduría? Únicamente acercándonos humildemente al Señor. Así descubrimos
que no hay nada más reconfortante que empezar el día con Dios.
Este es el
primer día del año y, como todo lo nuevo, lo miramos y tocamos con cuidado. Los
días pasarán con sus preocupaciones, problemas y desafíos, y es en este punto
donde debemos trabajar por nuestro hogar y nuestros hijos con el mismo esmero
que Dios tiene para nuestra vida.
Como dice el
texto de hoy, si ponemos nuestra vida en las manos de Dios, no tendremos de qué
temer. Los hechos y las cosas vendrán para nuestro socorro y bendición.
Ser madres nos
hace entrar en un terreno totalmente desconocido, inexplorado, lleno de
dificultades e inseguridades, pero rebosante de esperanza.
Detente un
minuto en este día para darte un tiempo y escuchar lo que Dios tiene para
decirte con relación a tu familia. Aprende a vivir, no a desear vivir, porque
estamos en esta vida para labrar la felicidad de los nuestros. De nada serviría
que todo nos saliera perfecto, sin problemas, sin luchas, sin retos ni
desafíos. Si nuestra vida fuera perfecta, ¿a qué nos dedicaríamos? ¿Dónde
depositaríamos nuestra esperanza?
Decidamos ser
auténticas y coherentes, crezcamos espiritualmente, disfrutemos de nuestra
familia y de la vida familiar, respetemos a nuestro cónyuge y a nuestros hijos,
perdonemos sus errores y ofensas, ayudémoslos a ir al cielo. Bendigamos a
nuestra familia en todo momento. Empecemos este año con Dios en nuestro
corazón. Si ya lo decidimos y flaqueamos, volvamos a empezar. Vivamos con
alegría, disfrutando de la vida y el hogar que Dios nos regala.
María del Pilar Calle de Hengen,
Uruguay
Meditaciones Matutinas para la mujer
“DE MUJER A MUJER”
Recopilado por: Pilar Calle de Henger
Recopilado por: Pilar Calle de Henger
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