Y dijo: “Hagamos al ser humano
a
nuestra imagen y semejanza”.
Génesis 1:26.
Generalmente,
los seres humanos somos extraños. Cuando tenemos todo a nuestro favor, tomamos
decisiones que nos complican, a veces, de un modo fatal.
Hay
situaciones que me dejan (hasta el día hoy) perplejo. Por ejemplo, un médico
fumando. Sabe que es pésimo, tiene plena conciencia de todos los riesgos que
corre y continúa fumando, por increíble que parezca.
Mucho más
extraño es lo que sucedió con el primer hombre. Él tenía todo para ser feliz:
el jardín del Edén era el lugar perfecto, y Eva era la compañía perfecta.
Además, contaba con la presencia y la compañía perfecta de un Dios perfecto,
que lo había creado y lo amaba más allá de todo entendimiento. Pues a pesar de
toda esta perfección en la mano, el señor Adán eligió desobedecer a Dios y
comer del fruto prohibido.
Por más que lo
piense e intente entenderlo, no consigo encontrar ningún motivo medianamente
lógico para la decisión tomada. De las consecuencias de la decisión no necesito
hablarte, ya que las sufres conmigo cada día.
Y aquí estamos
nosotros, comenzando un nuevo año. Seguramente no estarás en el jardín del
Edén, no sé si tendrás a tu Eva (o a tu Adán) al lado, pero te puedo asegurar
que puedes compartir algo con Adán: la presencia perfecta de un Dios perfecto a
tu lado. Él te ama tanto como amaba a Adán. Él desea darte tantas victorias
como deseaba darle a Adán. Él está tan interesado en ti como lo estaba en Adán.
Aunque me
puedas mostrar muchos aspectos en los que tu vida no es perfecta, te diré
siempre lo mismo: nuestro Dios es perfecto y él tiene el poder. Por eso, elige
este año conocerlo más, estar en mayor comunión con él, amarlo más…
Puedes
quedarte tranquilo. El interés de Dios no se renueva cada año, como nuestras
promesas; es absolutamente constante. No cambia, no tiene sombra de variación.
Él te ama de la misma manera desde el mismo minuto en que naciste.
En esta
Tierra, nunca estarás tan cerca de él que no puedas acercarte un poco más, ni
tan lejos que él no consiga abrazarte. Él te espera hoy como te esperó ayer. Te
esperará durante todo este año como te esperó el año pasado.
Sus brazos
están abiertos, y tienen un lugar igual a la forma de tu corazón.
MEDITACIONES
MATINALES JÓVENES 2014
365 vidas
Por: Milton Bentancor
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