Abel también presentó al Señor
lo
mejor de su rebaño, es decir,
los primogénitos con su grasa.
Y el Señor miró
con agrado
a Abel y a su ofrenda.
Génesis 4:4.
La historia de
Abel es la primera de una serie lamentablemente extensa, en la que siempre el
justo muere a manos del desobediente.
Abel no
merecía morir. Abel se había portado bien y había obedecido fielmente a Dios;
pero nada de eso lo salvó de la mano mortal de su hermano.
No pienses que
por ser obediente, tomar un baño los viernes de tarde y ponerte una corbata los
sábados de mañana, estarás absolutamente fuera de peligro. No pienses que por
portarte bien, no ir a ciertos lugares y no comer ciertas comidas, tienes un
certificado de “ intocabilidad”. La historia de Abel debería enseñarnos esto:
los justos también sufren y también mueren.
Dios no te
prometió un mundo sin espinas. Él dijo que en medio del valle de la sombra de
muerte estará contigo. Te podrás lastimar, pero tendrás la promesa de su
compañía en todo momento.
La historia de
Abel me recuerda la décima plaga de Egipto. El ángel del Señor iba a pasar por
la tierra de Egipto cumpliendo con la mortal orden divina.
La única
manera de salvar al hijo mayor de la familia era pintar con sangre de cordero
el dintel de la puerta. No importaba cuán bueno o cuán malo fuera.
No importaba
si iba a la iglesia o no, si cantaba en el coro de jóvenes o no, si fumaba o
no. Lo único que el ángel iba a respetar era la sangre en el dintel. El
“currículum espiritual” de la posible víctima no tenía importancia.
Muchas veces,
“los pequeños santos modernos” creen que son tan perfectos que no precisan de
la sangre del Cordero en el dintel de sus corazones. Pero, cuando eres
consciente de tu verdadera condición, llevas ante el altar de Dios lo que él
quiere recibir, y no lo que tú tienes ganas de darle.
Puede ser que
a los ojos de algunos estés haciendo una insensatez, pero si es lo que Dios
pidió, obedécelo: es lo mejor para ti.
Vive el día de
hoy llevándole a Dios las ofrendas de gratitud que él desea.
MEDITACIONES
MATINALES JÓVENES 2014
365 vidas
Por: Milton Bentancor
No hay comentarios.:
Publicar un comentario