miércoles, 11 de septiembre de 2013

LLENA LO QUE ESTÁ VACÍO


El temor del Señor conduce a la vida; da un sueño tranquilo y evita los problemas. 
Proverbios 19:23

Hay gente que cree haber perdido el sentido de la vida. Aseguran sentir un gran vacío existencial que les quita las fuerzas y los deseos de vivir. Arguyen que las metas y los proyectos que no han podido alcanzar son los responsables de la condición en que está su vida. Cuando se pierde el interés y el gozo de vivir, corremos un grave peligro. Los sentimientos que preceden a esta condición son de impotencia, incapacidad, derrota y desaliento. La persona se hace vulnerable y es muy posible que caiga en un estado de postración física, emocional y espiritual, en el cual ya nada importa. Con el desánimo a cuestas, algunos no saben a dónde ir, ni qué hacer.

La vida es uno de los dones más preciados que Dios nos ha dado. Cuando nos la proveyó, también puso dentro de nosotros la capacidad de gozar, de amar, de luchar, de buscar lo mejor y lo superior. No somos seres incapacitados e inútiles para quienes basta únicamente con respirar. La breve vida de Jesús en esta tierra fue rica y trascendente. Durante su vida no hubo lugar para la conmiseración, aunque lo maltrataron. El servicio abnegado ocupaba la mayor parte de su tiempo, pues él sabía que tenía una misión que cumplir. Por eso declaró: “El que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás; así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:26-28).

En este mundo consumista y competitivo podríamos fácilmente perder de vista los motivos correctos para vivir. La búsqueda de riquezas, prestigio, posición social, finalmente puede llevarnos al vacío existencial. La Biblia contiene una buena amonestación al respecto: “Puedes ponerte a la sombra de la sabiduría o a la sombra del dinero, pero la sabiduría tiene la ventaja de dar vida a quien la posee” (Eclesiastés 7:12).

Amiga, ruega para que en este día el Señor te llene de sabiduría, y de esa forma consigas llenar todo vacío de tu corazón con motivos correctos y santificados.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado

ÉL ME ENSEÑÓ CÓMO ES JESÚS


Yo les digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra (Mateo 5:39).

Podemos aprender un poco mejor este difícil mandato mediante una historia reciente de las actividades misioneras en zonas remotas. John Selwyn, quien fuera obispo de una misión en Indonesia, en el Pacífico Sur, había sido un famoso boxeador en sus días de estudiante en el Colegio de Eaton y la Universidad de Cambridge.

Un día el obispo tuvo que reprender a un isleño que sufría un ataque de mal genio.

Enojado por lo que Selwyn dijo, el isleño cerró los puños y le propinó al obispo un tremendo puñetazo en el rostro. Este, que todavía estaba bastante fuerte, podría haber dejado fuera de combate al isleño con un gancho de izquierda, pero no lo hizo. En cambio se quedó mirando el rostro de su atacante con serenidad. El agresor estaba tan avergonzado, que escapó a la selva.

El incidente pasó casi inadvertido. Pocos años después, cuando Selwyn había regresado a Inglaterra, el hombre que antes lo golpeara fue a ver al obispo que había tomado el lugar de Selwyn para confesar su fe y ser bautizado. Cuando se le preguntó qué nombre deseaba tener como cristiano, dijo: “Quiero llamarme John Selwyn, porque él me enseñó cómo es Jesús”.

El caso de David, cómo perdonó la vida a Saúl, es más conocido. Mediante su ejemplo podemos aprender más de este principio de devolver el mal o los insultos con bendiciones.

Sin duda recuerdas lo que pasó en una cueva. Según la forma de pensar en aquellos tiempos, Dios había puesto a Saúl en manos de David. Pudo haberlo matado, según la ley de la guerra. Pero no fue así. Aunque solo cortó el borde del manto del rey, ese sencillo acto le pareció reprobable y se sintió culpable por ello (1 Samuel 24:4-16). En otra ocasión, David y uno de sus comandantes entraron hasta el mismo corazón del campamento y llegaron hasta donde el rey dormía. Pudieron matarlo, pero David no lo permitió (1 Samuel 26:8-25).

¡Qué hermosa actitud tuvo David hacia el hombre que trataba de matarlo! Cuán diferente sería la calidad de nuestras relaciones si permitiéramos que fuera Dios quien nos vindicara ante nuestros enemigos. Si alguien te ha hecho daño, sigue el consejo de Jesús. Perdona, olvida y, si es necesario, vuelve la otra mejilla. Serás un héroe o una heroína de Dios.


Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez

RASTROS EN LA SELVA SEGUNDA PARTE


Lugar: Filipinas

Palabra de Dios: 2 Pedro 3:9

No tuvimos problemas en seguir los rastros dejados por nuestro maestro. Pero, una media hora más tarde, nos dimos cuenta de que algo andaba mal. Ya no nos llegaba la luz del sol, por lo espeso de las hojas que estaban encima de nosotros, y hacía rato que no veíamos ninguna señal. Debíamos haber pasado por alto alguna, a lo largo del camino.

Aunque nos dábamos cuenta de que estábamos yendo en la dirección equivocada, Jason y yo seguimos avanzando por la selva, hasta que llegamos a una pendiente muy pronunciada, que bajaba. Jason se ofreció a ir adelante y explorar el camino. Yo miraba cómo se abría paso con cuidado, hasta que los pastos lo escondieron de mi vista.

Segundos más tarde, lo oí trepando de vuelta y gritando:

-¡Corre!

“¡Corre!” es la única palabra que dijo, pero yo no me detuve a hacer preguntas. Corrí detrás de él tan rápido como me llevaban las piernas. Seguí corriendo y corriendo, sin saber por qué, y demasiado asustada como para preguntar. Corrimos por la selva durante largo rato, evitando la vegetación y tratando de desandar nuestros pasos.

Afortunadamente, encontramos la señal que no habíamos visto, y pronto estábamos nuevamente en el camino correcto.

Cuando finalmente salimos a un claro, el señor Boughman nos estaba esperando. Aunque había estado preocupado por nosotros, no nos retó por habernos demorado tanto. Él estaba contento porque estábamos de regreso y a salvo.

¿Sabes? A veces, cuando seguimos las señales, las guías que Dios nos ha dado en su Palabra, nos desviamos del camino correcto. Si seguimos en la dirección equivocada, podemos metemos en grandes problemas. Pero, la buena noticia es que si reconocemos nuestro error y nos volvemos a Dios, él siempre está listo y dispuesto a recibimos otra vez. La Biblia dice: “El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan”

Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson

HEGAI, UN ASESOR DE IMAGEN


Tu oración: Dios, hoy quiero ser como Ester y ser amable con las personas.

Versículo para hoy: «Procuren ustedes que su luz brille delante de la gente». Mateo 5: 16.

EL REY ASUERO le dijo a Hegai que Ester seria la nueva reina. Al asesor de imagen le parecía que Ester era hermosa, ella lo trataba muy bien, conversaba con él y cuando le pedía algún servicio, Ester siempre pedía las cosas con amabilidad.

Hegai se dio cuenta que Ester era una joven diferente, así que le preparo los mejores tratamientos de belleza. Ninguna reina lo había tratado tan bien como Ester. Y deseaba que ella estuviera bella cuando se presentara ante el rey.

Por eso Hegai le daba jabones especiales y los mejores alimentos para que tuviera una piel hermosa, además le dio siete doncellas para que cuidaran de ella todo el tiempo.

Hegai no sabía que Ester pertenecía al pueblo de Dios, pero Ester mostro a su amigo estilista que una amiga de Dios es buena y amable con todos.

LECTURAS DEVOCIONALES PARA PEQUEÑOS
AMIGOS DE JESÚS
Por: Cesia Alvarado Zemleduch

martes, 10 de septiembre de 2013

VICTORIOSO SOBRE LA TENTACIÓN


¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios? Génesis 39:9.

Cuando vino la prueba, cuando la mujer ejerció sus artificios para conducirlo a la iniquidad, José preservó su integridad. Ni las palabras agradables ni las ofertas engañosas causaron que se apartara ni un ápice de lo correcto. Todo cayó en oídos sordos. La Ley de Dios estaba apertrechada su corazón. Le dijo a la atrevida hechicera: “¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?”

La mujer finalmente fracasó en su intento de hacer pecar a José. Satanás fue derrotado. Y entonces José advirtió que los labios que podían alabarlo también podían mentir. La esposa de Potifar buscó venganza, al acusarlo. Por causa de no querer pecar contra alguien que había confiado en él, se vio privado del honor que había ganado merecidamente por la gracia de Dios, y que lo había llevado a relacionarse con los grandes hombres de Egipto.

Esta humillación súbita desde la posición de un siervo digno de confianza y de honores a la de un criminal sentenciado lo habría abrumado, si no hubiera sido por la mano de Dios que lo sostuvo. Pero su confianza en Dios era inamovible. El amor a Dios mantuvo su alma en una paz perfecta. El cielo estaba muy cerca del fértil valle de Egipto, porque allí había un joven que guardaba los caminos del Señor. La presencia de Jesús estuvo con él en la prisión, instruyéndolo, fortaleciéndolo y sosteniendo su mente y su alma, para que la luz del cielo refulgiera.

José había sido probado por el afecto y la preferencia de su padre; por la enemistad, la envidia y el odio de sus hermanos; por la estima y la confianza de su amo, y por su elevada responsabilidad. Fue probado por la seducción de los encantos femeninos, por la adulación de sus labios y su amor ilícito. Pero la pureza firme de José no le permitió escuchar la voz del tentador. La Ley de Dios era su deleite, y él no se apartaría de sus preceptos...

Incluso cuando estaba en prisión, a José se le permitió cierta libertad, y tuvo la oportunidad de compartir la luz con sus compañeros de cárcel. La prisión fue para él una escuela... En cada fase de su administración veía la superioridad de la Ley de Dios, y por su experiencia y observación estaba aprendiendo a ser justo y misericordioso, representando así el carácter de Dios.

Habría de colocarse autoridad en las manos de José y, a través de él, Dios habría de revelarse como el gobernador de los cielos y la tierra. Pero, habría de aprender en la adversidad: la escuela en la que Dios ha designado que sus hijos aprendan – Youth’s Instructor, 11 de marzo de 1897.

Tomado de  Meditaciones Matutinas para adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

ESPERA HASTA QUE DIOS TE HABLE


A ti clamo, oh Dios, porque tú me respondes; inclina a mí tu oído, y escucha mi oración. 
Salmo 17: 6

Somos muchas las mujeres que desearíamos experimentar de una forma más palpable la presencia de Dios con nosotras. Quizás nos gustaría que se manifestara mediante alguna señal extraordinaria, como lo hizo ante Gedeón cuando pidió que fuera visible la voluntad divina en un vellón de lana (Jueces 6: 36-38). Tal vez nos gustaría escuchar la voz del Señor que nos llama, como en el caso del pequeño Samuel. No obstante, aunque tenemos la seguridad de que Dios está con nosotras, posiblemente nunca tendremos una experiencia similar.

Gozar de la presencia divina es privilegio de toda hija de Dios. Disfrutar su compañía y recibir sus consejos es posible para las mujeres a las que nos ha tocado vivir en esta época. El Señor se nos manifiesta por medio de su Palabra. Cuando sostienes en tu mano el sagrado libro y lees, puedes escuchar la voz de Dios y conocer su voluntad. Cada vez que leas la Biblia, hazlo con devoción y quedase a la espera; alguna palabra o frase repercutirá en tu mente y entonces escucharás a Dios hablar a tu corazón.

La oración es el medio por excelencia, provisto por nuestro Padre celestial, para atender la voz y el clamor de sus hijos. Él nos dice: «Clama a mi y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes» (Jeremías 33: 3). Cuando Dios nos responde en medio de una oración, nuestra mente puede quedar impresionada y recibir claridad para saber cómo hacer frente a una situación que nos preocupa.

Los sonidos y las imágenes de la naturaleza son otra forma extraordinaria para sentir la presencia de Dios. El canto de las aves, el susurró del viento entre los árboles, el sonido del agua del arroyo, son susurros de la voz de Dios que habla a nuestra mente ya nuestro corazón. Podemos oírlo decir: «Yo soy el que más te cuida, y también a tu familia. No tengas temor frente a las vicisitudes de la vida. Ten confianza, yo estoy contigo».

Recuerda, querida hermana, la Palabra de Dios, la oración y la naturaleza, son la provisión divina para que vivas en constante comunicación con él.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado

PERDONAR NO ES OLVIDAR


Al primero lo llamó Manasés, porque dijo: «Dios ha hecho que me olvide de todos mis problemas, y de mi casa paterna» (Génesis 41: 51).

Olvidar no es lo mismo que perdonar. Si te pones a pensar, te darás cuenta de que nadie puede perdonar aquello que ha olvidado. De hecho, cuando las heridas que otros nos han hecho son profundas y nos han lastimado, cuando el dolor del recuerdo perdura en la memoria, es cuando enfrentamos realmente la crisis del perdón. Este hace posible que sanemos la memoria.

En algunas circunstancias es bueno olvidar las heridas que otros nos han hecho. Si estas son triviales y poco profundas, debemos olvidarlas y dejar que se sanen solas. No podemos andar por la vida como ropavejeros, cargando un saco de recuerdos dolorosos y sin mayor significado. Hay, sin embargo, heridas más profundas y graves. Necesitan que se les’ aplique un tratamiento para atenderlas oportunamente. De otra manera se infectarán y envenenarán todo nuestro ser.

Una vez que hemos perdonado es posible olvidar. ¿Qué significa esto? La historia de José es un buen ejemplo.

Sus hermanos lo vendieron como esclavo injusta y traidoramente. Génesis 41: 51 dice que Dios hizo olvidar a José los problemas y la, casa de su padre donde había sufrido tanto. ¿Olvidó José el odio y las palabras crueles de sus hermanos, el día que le quitaron el manto de colores, lo insultaron de distintas maneras y lo lanzaron cruelmente al foso? ¿Acaso fue cuando se sentaron a comer y lo abandonaron para que muriera de hambre? ¿Y cuando regatearon el precio para venderlo como esclavo, la agonía y el terror que se apoderó de él mientras cada uno de. sus hermanos se negó a escuchar su clamor para que lo liberaran? En realidad no olvidó. Cuando volvió a ver a sus hermanos muchos años después recordó a cada uno por su nombre, el orden en el que habían nacido y quiénes habían sido más crueles con él. Entonces, ¿en qué sentido olvidó? En el sentido de que renunció a la venganza, en el sentido de que amaba a sus hermanos como si no le hubieran hecho daño. Es decir, olvidó el dolor y la ira asociados con la herida. José había sanado y por lo tanto pudo olvidar.

Ya que vivimos en un mundo tan cruel, es posible que alguien te haya herido. Sería bueno que tú también empezaras hoy a perdonar para que puedas olvidar y sanar. Con la ayuda de Dios puedes lograrlo. Decídete.

Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez