viernes, 30 de agosto de 2013

EL CALVARIO


Pero al fin vinieron dos testigos falsos, que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo. 
Mateo 26:60, 61.

Esta era la única acusación que podía presentarse contra Cristo. Pero estas palabras habían sido declaradas y aplicadas mal. Cristo había dicho: “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré... Mas él hablaba del templo de su cuerpo” (Juan 2:19-21).

Los sacerdotes y los gobernantes, con muchos otros, lo desafiaban con esta declaración falsa. Cuando pendía de la cruz, fue repetida en son de burla por los escribas y los fariseos y apoyada por la multitud. “Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo” (Mateo 27:40). Pero, aunque se las citaba mal, las palabras de Cristo se estaban cumpliendo. Se les daba publicidad, y se hacían más impresionantes por las proclamaciones de sus enemigos...

Los que con mofa dijeron: “Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios” (vers. 43), no pensaron que su testimonio repercutiría a través de los siglos. Pero aunque fueron dichas en son de burla, nunca hubo palabras tan ciertas. Llevaron a los hombres a buscar en las Escrituras por sí mismos. Hombres sabios oyeron, investigaron, reflexionaron y oraron. Hubo quienes no descansaron hasta que, por la comparación de un pasaje de la Escritura con otro, vieron el significado de la misión de Cristo. Vieron que Aquel cuya tierna misericordia abarca todo el mundo proveía perdón gratuito...

Nunca antes hubo un conocimiento tan general de Jesús como cuando fue colgado de la cruz. Fue levantado de la tierra para atraer a todos hacia sí. En el corazón de muchos de los que presenciaron la crucifixión y oyeron las palabras de Cristo resplandeció la luz de la verdad. Con Juan, proclamarían: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29)...

Esta escena ocurrió a la vista del cielo y de la tierra. Los ángeles contemplaron la burla inmisericorde y el odio manifestado contra Jesús por quienes debían haberlo reconocido como el Mesías...

Nuevamente se escuchó el clamor, como de uno en agonía mortal: “Consumado es” (Juan 19:30). “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró” (Lucas 23:46). Cristo, la Majestad del cielo, el Rey de gloria, estaba muerto – Review and Herald, 28 de diciembre de 1897; ver un texto similar en El Deseado de todas las gentes, pp. 653, 696, 697.

Tomado de  Meditaciones Matutinas para adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

¿LISTA PARA DAR EJEMPLO?


Deben enseñar lo bueno y aconsejar a las jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos, a ser sensatas y puras. Tito 2:3-5
Cuando era niña, vivía con mis padres en una pequeña propiedad que contaba con una gran diversidad de árboles frutales. El consejo de mi padre siempre era el mismo: “No corten una fruta hasta que esté madura”. Confieso que algunas veces ignoré esa indicación y tomé alguna fruta antes de tiempo; en esos casos el sabor por lo general era agrio, quizá un tanto amargo. Por el contrario, ¡qué delicia era saborear una fruta que había llegado a su plena madurez!

Hay una etapa de la vida que llamamos “madurez” y de la que muchas mujeres intentamos escapar. Quizá es porque tenemos un concepto falso de lo que es la madurez. Las que estamos próximas a llegar a esa etapa, no debemos esperar su llegada envueltas en miedos, amarguras e improductividad. Quizá pensemos y creamos que lo mejor de la vida es la juventud, que ya se ha ido, y que es poco o nada lo que podemos hacer y ser… pero no es así. Antes al contrario, amiga mía, la madurez nos coloca en una posición muy especial con respecto a las adolescentes y jovencitas que están comenzando a sufrir un proceso de maduración.

Una mujer madura debiera ser como una fruta cortada a tiempo: ¡Deliciosa!

Jamás debemos esperar ni vivir la madurez revestidas de amargura. Alcanzar la madurez física, espiritual y emocional, nos capacita para presentarnos ante las demás como “maestras del bien”, que tanta falta hacen en el mundo. Una sociedad que marcha sin dirección, sin conocer la diferencia entre el bien y el mal, sin distinguir la mano derecha de la izquierda, necesita gente madura que la guíe.

Querida mujer madura, este es nuestro campo de acción.

Aprovecha y comparte tus experiencias para aconsejar. Aprovecha tus errores para prevenir, tus aciertos para crear optimismo, tus fracasos para infundir nuevos ánimos. Por último, emplea tus años para transmitir salud. Ser como frutas maduras implica cordura, humildad, inteligencia, conocimiento, así como ejercer una influencia positiva ante nuestras hermanas que vienen detrás de nosotras en la maravillosa senda de la vida.

 Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado

LA BUENA SUERTE DE FREDDIE


El mejor de ellos es más enmarañado que una zarza; el más recto, más torcido que un espino. Pero ya viene el día de su confusión; ¡ya se acerca el día de tu castigo anunciado por tus centinelas! (Miqueas 7:4).

Hay una historia muy reveladora de lo que Dios quiere hacer con nosotros. La cuenta Leo R. Van Dolson en Un llamado al reavivamiento. Un bebé llamado Freddie fue entregado a una agencia de adopción, pero como había nacido sin brazos se lo colocó en la lista de los difíciles de adoptar. Francés y Edwin Pearson llegaron a la agencia en busca de un niño. La señora Pearson le echó una mirada llena de orgullo a su marido, de porte atlético, y dijo que sería buen padre para un varoncito.

Los Pearson admitieron que no tenían mucho dinero, pero la esposa insistió, diciendo:

-Tenemos mucho amor… ¡Lo hemos ahorrado!

La trabajadora social entrevistó concienzudamente a la pareja y, finalmente, les dijo que había disponible un niño de trece meses. Los Pearson estaban entusiasmados. Entonces sacó la fotografía de Freddie, y les dijo:

-Es un chiquillo maravilloso, pero nació sin brazos.

Los Pearson estudiaron detenidamente la fotografía.

-Podría jugar fútbol -sugirió la señora Pearson.

-Los brazos no son tan importantes. Se las podrá ingeniar sin ellos. Si le faltara la cabeza sería otro asunto. Le podemos enseñar un montón de cosas -añadió el señor Pearson.

-¿Les parece que podrían acogerlo, entonces? -preguntó la representante de la agencia.

-¿Podríamos? ¡Podríamos! -respondieron los Pearson-, ¡Lo necesitamos!

Así fue como la feliz pareja acogió a Freddie en su hogar y sus corazones.

Dios nos necesita. Seis mil años de degradación nos han desfigurado, estropeado y deformado. ¡Pero Dios nos necesita todavía! Quiere recibirnos para sanarnos completamente.

Dios discute con nosotros como en los días de Miqueas: “Pueblo mío, ¿qué te he hecho?

¡Dime en qué te he ofendido!” (Miq. 6:3). La tragedia es que millones preferirán quedar deformes y torcidos como el espino y la zarza, negándose a ir a Cristo para que los adopte y los sane verdaderamente en el seno de su familia. Dios quiere ayudarnos y salvarnos más de lo que nosotros jamás podremos comprender. ¿Ya escuchaste y aceptaste su llamado? Si no, apresúrate, porque el tiempo apremia. No necesitas buena suerte, como Freddie, sino fe en Jesucristo.

Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez

BODA REAL


Lugar: Japón

Palabra de Dios: Mateo 4:10, RVR

La fiesta de casamiento se llevó a cabo en abril de 2003. Todo era perfecto, hasta el más mínimo detalle: la comida, las bebidas, la decoración, la música… Todos estaban de acuerdo en que la fiesta era digna de la realeza. Y no era de asombrarse, ya que el novio no era otro sino el príncipe Satohito, del clan Arisugawa; o así pretendía él, por lo menos.

Ciento cincuenta y tres invitados asistieron a la fiesta, y cada uno llevó un gran regalo en dinero. Querían felicitar al príncipe y desearle bien. Los regalos sumaron 6,9 millones de yenes (cerca de 67.000 dólares).

Pero, algo no estaba bien. “¿Alguna vez oíste hablar de este príncipe?”

La gente hacía esta pregunta una y otra vez, hasta que alguien decidió investigar su linaje real. Para sorpresa de ellos, descubrieron que el clan Arisugawa había desaparecido en 1924. No tenía descendientes vivos, lo que significaba que el “Príncipe Satohito” era falso, un estafador que quería quedarse con dinero ajeno. Afortunadamente, lo atraparon a tiempo, antes de que él y sus cómplices huyeran.

¿Alguien pretendiendo ser un príncipe? Eso es lo que Satanás ha estado haciendo desde la caída de Adán y de Eva en el Jardín del Edén.

Él se llama a sí mismo príncipe de este mundo, gobernante sobre todos los que viven en la tierra. Hasta llevó a Jesús a una montaña alta, mostrándole toda la riqueza y el esplendor del mundo; y le dijo que le daría todo si se arrodillaba y lo adoraba.

¿Cómo respondió Jesús? “Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás”. Dios es el verdadero gobernante de este mundo. Satanás es un falsificador, un estafador que quiere atraparte. No cedas a sus engaños, sino “al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás”

Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del Mundo

Por Helen Lee Robinson

ELISEO, EL PROFETA DE LOS MILAGROS


Tu oración: Dios, gracias por el pastor de mi iglesia, bendícele en su ministerio y cuida de su familia.

Versículo para hoy: «Le había pedido que le contara todas las maravillas que Eliseo había realizado». 2 Reyes 8: 4.

CUANDO ELISEO estaba removiendo la tierra con su arado para sembrar, paso Elías y al verle lo invito a servir a Dios.

Eliseo dejo el arado y decidió servir a Dios.

En su ministerio, Eliseo ayudo a los pobladores de una ciudad con el agua que hacía que sus cosechas se secaran y les dio agua limpia. También ayudo a una viuda que tenía una deuda e hizo un milagro llenándole muchas vasijas con aceite para venderlo y pagar la deuda.

Además hizo un milagro con una pareja que no podía tener hijos, le pidió a Dios que les permitiera tener un bebe, y así sucedió.

Alimento a muchos hombres con unos pocos panes de cebada. También ayudo a un grupo de estudiantes de la escuela de los profetas que estaban cortando madera a hacer flotar un hacha que había caído al río.

Dios hizo muchos más milagros a través del profeta Eliseo. Hoy no tenemos profetas pero tenemos un pastor en la iglesia que nos guía.


         LECTURAS DEVOCIONALES PARA PEQUEÑOS
AMIGOS DE JESÚS

Por: Cesia Alvarado Zemleduch

jueves, 29 de agosto de 2013

GETSEMANÍ


Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. 
Marcos 14:32.

Al dejar a los discípulos, y pedirles que oraran por ellos mismos y por él, seleccionó a tres, Pedro, Santiago y Juan, y se adentró más en la soledad del huerto. Estos tres discípulos habían estado con él en su transfiguración; habían visto a los visitantes celestiales, Moisés y Elías, que conversaban con Jesús, y este deseaba que estuvieran con él también en esta ocasión...

Cristo expresó su deseo de simpatía humana, y entonces se retiró de ellos a un tiro de piedra. Cayó sobre su rostro y oró: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa –pero entonces añade–; pero no sea como yo quiero, sino como tú” (Mateo 26:38).

Al concluir la hora, Jesús, sintiendo la necesidad de simpatía humana, se levantó del suelo y fue tambaleándose hasta el lugar donde había dejado a sus tres discípulos... Anhelaba escuchar de estos palabras que le trajeran algún alivio en su sufrimiento. Pero quedó chasqueado. No le brindaron la ayuda que ansiaba. En vez de esto, “los halló durmiendo” (vers. 40).

Justo antes de dirigir sus pasos al huerto, Jesús había dicho a sus discípulos: “Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche”; y estos le habían asegurado con certeza que nunca abandonarían a su Señor; que irían a la cárcel con él, y si era necesario sufrirían y morirían con él. Y el pobre Pedro, en su autosuficiencia, había añadido: “Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré” (vers. 31, 33). Pero los discípulos confiaban en sus propias fuerzas; no miraban al poderoso Ayudador, como Cristo les había aconsejado que hicieran... Incluso el ferviente Pedro, que pocas horas antes había declarado que moriría con su Señor, estaba durmiendo...

Nuevamente el Hijo de Dios quedó presa de una agonía sobrehumana, y exhausto y casi desmayándose, fue tambaleándose de vuelta al lugar de su primera lucha... Apenas momentos antes, Cristo había derramado su alma en cantos de alabanza en acentos firmes, como uno consciente de su calidad de Hijo de Dios... Ahora su voz les llegó en el tranquilo aire nocturno, no en tonos de triunfo, sino llena de angustia humana. Poco antes había estado sereno en su majestad; había sido como un poderoso cedro. Ahora, era una caña rota...

Aunque el pecado era la terrible cosa que había abierto las compuertas del dolor sobre el mundo, él se convertiría en la propiciación por una raza que había decidido pecar – Signs of the Times, 2 de diciembre de 1897; ver un texto similar en El Deseado de todas las gentes, pp. 637-641.

Tomado de  Meditaciones Matutinas para adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

SIN DOLOR NO HAY CRECIMIENTO


Él los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de nuestro Señor Jesucristo. 
1 Corintios 1:8

Aunque no hemos sido creadas para sufrir, reconocemos que el dolor puede llegar a nuestras existencias como consecuencia del pecado. No obstante, es en la escuela del dolor donde aprendemos las mayores lecciones de la vida. Ocasionalmente, cuando las aflicciones llaman a la puerta, experimentamos sentimientos y emociones devastadores que incluso podrían hacernos dudar de la bondad de Dios, y de los buenos planes que tiene para cada uno de sus hijos y de sus hijas.

El Señor no es el autor del dolor. Muchas veces somos afligidas y pasamos por pruebas de fuego que a la larga harán de nosotras mejores personas y mejores cristianas. “Ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada” (Santiago 1:3-4).

El gran consuelo consiste en saber que si Dios está con nosotras, cuando lleguen las pruebas, saldremos de ellas grandemente bendecidas y fortalecidas. La prueba de la fe en Dios es superada y nuestra vida enriquecida. ¿Acaso habrá mayor bendición que esa? Toda la gracia del Cielo está a nuestra disposición y podemos exclamar como el apóstol: “Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren” (2 Corintios 1:3-4).

La intención de Satanás es motivarnos a que neguemos la eficacia del poder de Dios y de sus promesas cuando la aflicción llega. En esos momentos, podemos llegar a sumergimos en un mar de dudas y correr el peligro de que esas dudas nos ahoguen. Podemos llegar a ser víctimas de la conmiseración y buscar inspirar lástima como nuestro único y mejor consuelo.

Amiga, en caso de que te encuentres acorralada por un sinfín de problemas y aflicciones, y de que estés buscando una salida sin encontrarla, recuerda que Dios está a tu lado. Confía en él, suplica que te dé fortaleza con todo el poder de tus sentidos y de tu corazón y finalmente, espera en él. Él actuará a tu favor y serás una mujer no solamente delicada como el pétalo de una flor, sino también fuerte y de decisiones firmes en el nombre del Señor.


Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado