viernes, 2 de agosto de 2013

¿OLVIDAR O PERDONAR?


Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo. Efesios 4:31-32

He oído en numerosas ocasiones la famosa frase: “Perdonar es olvidar”. Pero ¿será eso realmente posible? ¿Tenemos acaso el poder para desterrar de nuestra mente los recuerdos que nos atormentan y que podrían transformarse con el tiempo en rencores y resentimientos?

Considero que los recuerdos pueden permanecer en nuestras mentes para siempre.

Algunos no se podrán borrar ni con el más decidido de los intentos. Podremos hacer todo esfuerzo posible para eliminar de nuestra memoria las reminiscencias de incidentes y personas que nos han hecho daño, pero será una tarea frustrante.

Siempre estaremos inclinadas al recuerdo. ¡Es inevitable!

Lo que sí podemos hacer, aunque no resulta fácil, mediante el ejercicio de la voluntad y la ayuda de Dios, es cambiar las emociones y los sentimientos que experimentamos al traer al consciente hechos y personas desagradables. De no hacerlo, nos haremos daño a nosotras mismas.

Erradica de tu mente todos aquellos sentimientos que te coloquen en condición de víctima; estos te llevarán a sentir lástima de ti misma. El dolor moral o emocional se hará más intenso y el resultado final será el rencor y los resentimientos.

Para que puedas lograrlo, te será útil recordar que quienes te han hecho daño están prisioneros en un laberinto de egoísmo y de miseria que los empuja a perjudicar a otros para realzar sus existencias.

Cuando lleguemos a esa situación de limpieza mental, estaremos en la antesala del perdón. Ese es un acto que constituye una respuesta de amor dirigida a alguien que te ha herido. Equivale a poner todo el peso de una calumnia, o de una ofensa a los pies de Jesús. Es vaciar el alma de dolor, pena y amargura permitiendo que Dios cure tu herida.

Amiga, antes de iniciar las actividades de este día, inclínate ante la majestad de Cristo, agradece por el perdón inmerecido que te ha regalado, y luego te resultará más fácil orar y perdonar a quienes te han perjudicado. Recuerda que no fuimos hechas para odiar, sino para amar. Digamos, como el gran escritor Mark Twain: “Perdonar es la fragancia que la violeta exhala, cuando se levanta el zapato que la aplastó”.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado

EL ORDEN DE LAS PRIORIDADES


Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas. 
Mateo 6:24.

Jesucristo dejó bien claro que no podemos servir a dos señores. No podemos colocar a Cristo y a nosotros mismos en el centro de nuestras vidas. Es imposible. Los que aman a Dios con todo su corazón no pueden hacer otra cosa que buscar primero su gloria.

Cuando actúan así, las prioridades toman el orden adecuado en sus vidas.

En una de las exhortaciones más desafiantes, pero que brindan mayor seguridad, Jesús aconsejó a sus oyentes que no se preocuparan ni siquiera por sus necesidades físicas y materiales básicas. Entonces, propuso lo siguiente: “Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas” (Mateo 6:33). Cuando confiamos en Dios y lo amamos hasta el punto de colocarlo en el primer plano de nuestras prioridades, no tenemos de qué afligirnos. Esto no significa que nuestros problemas se van a desvanecer, sino que confiaremos en que nuestro Padre celestial satisfará, como lo ha prometido, las necesidades que nuestros esfuerzos no puedan compensar.

Muchos hoy se vuelven hacia el materialismo y otros mecanismos de escape en una interminable búsqueda por encontrar satisfacciones a su existencia. Por supuesto, a cualquier precio. Pasan el tiempo procurando “vivir la vida”, pero descubren que no consiguen lo mejor de la vida. Y así les transcurren los años de manera vertiginosa, en medio de la frustración y el descontento extremos.

Un hombre tenía una esposa cuyo desesperado deseo era acumular objetos materiales.

Lo molestaba constantemente para que él le consiguiera algo nuevo: un abrigo, otro automóvil, perlas, pieles, entre otras cosas. Finalmente compró unos lotes funerarios para él y su esposa. Cuando seleccionaban las lápidas, decidió cuáles serían sus epitafios. “La de mi esposa”, dijo al marmolista, “dirá: ‘Se murió por acumulación de objetos materiales’. Y sobre la mía escriba: ‘Él murió por conseguirlos’”.

La gente que aquel día se había reunido en el “monte de las bienaventuranzas” tuvo una demostración viviente de que no necesitaban “objetos materiales”. Dios proporciona a sus hijos todo lo necesario en el momento que lo necesitan. Lo único por lo cual debemos preocuparnos es que nuestros nombres estén escritos en el libro de la vida. Todo lo demás es secundario. ¿Aceptarás la propuesta que Dios tiene para tu vida?.

Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez

PERDIDO EN WISCONSIN

Lugar: Wisconsin, EE.UU.

Palabra de Dios: Lucas 19:10

Jeff estaba volviendo a casa en medio de la nieve, cuando vio algo por el rabillo del ojo. No, no podía ser. Desaceleró y volvió a mirar.

Sí, era lo que pensaba, pero ¿qué estaba haciendo aquí, en pleno invierno?

Cuando llegó a su casa, llamó al Departamento de Policía e informó lo que había visto.

-¿Es un chiste? -preguntó el policía que lo atendió.

Jeff tuvo que admitir que parecía muy raro. Cuanto más pensaba en ello, menos seguro estaba de lo que había visto. Quizá sus ojos lo habían engañado.

Pero, Jeff no fue el único que vio esto tan raro. A unos tres kilómetros de distancia, una mujer llamada Trish estaba mirando por la ventana de su cocina cuando vio algo que se movía. Se le agrandaron los ojos. No, no podía ser. Llamó a su esposo, y los dos miraron incrédulamente por la ventana.

-¿Qué debiéramos hacer? -preguntó Trish.

-Llamemos a la policía. Ellos sabrán qué hacer.

Más y más personas comenzaron a llamar. Durante varios días, el Departamento de Policía ignoró las llamadas telefónicas como si fuesen una broma. Después de todo, los canguros viven en Australia, no en Wisconsin; especialmente, con una temperatura tan baja.

Finalmente, la policía decidió investigar. Imaginen su sorpresa cuando encontraron al animal deambulando por la nieve. Nadie sabía de dónde provenía el canguro pero, probablemente, no habría sobrevivido mucho tiempo en el invierno de Wisconsin.

Nosotros también estamos perdidos, en un lugar al que no pertenecemos.

Alejándonos del camino recto, nos adentramos en territorio peligroso. Pero, la buena noticia es que “el Hijo del hombre [Jesús] vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. No queriendo que ninguno de nosotros se lastime, él nos busca. Y cuando nos encuentra, nos lleva a un lugar seguro.

Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson

UN CANTO DE VICTORIA

Tu oración: Querido Padre, hoy te alabo por tu gran amor y poder.

Versículo para hoy: «¡Voy a cantarle al Señor!, ¡voy a cantar al Dios de Israel!» 
Jueces 5:3.

LA JUEZA DEBORA estaba sentada bajo la sombra de una palmera, el aire hacia que ella mirara hacia el cielo y platicara con Dios.

Dios la amaba tanto y sabía que ella confiaba y era fiel. «Débora, llama a Barac y dile que reúna al ejercito de Israel, le pidió Dios a Débora. Barac fue rápidamente, pero le pidió a Débora que lo acompañara a luchar contra el enemigo. Débora le dijo a Barac: «¡Nosotros vamos a ganar! Y la victoria será para Dios», y así fue. Débora regreso a casa y con todo el pueblo canto y alabo a Dios..
               
LECTURAS DEVOCIONALES PARA PEQUEÑOS
AMIGOS DE JESÚS
Por: Cesia Alvarado Zemleduch

jueves, 1 de agosto de 2013

DIOS CUMPLIÓ SUS PROMESAS


Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo. Gálatas 4:4.

Cristo vino a este mundo para revelar al Padre, para darle a la humanidad un conocimiento verdadero de Dios. Vino a manifestar el amor de Dios. Sin un conocimiento de Dios, la humanidad estaría eternamente perdida... Aquel que hizo el mundo debe impartir vida y poder.

La promesa hecha en el Edén de que la simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente era la promesa del Hijo de Dios, cuyo poder era el único medio para cumplir el designio de Dios e impartir su conocimiento. Dios hizo la promesa a Abraham: “Serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Gén. 12:3). A Abraham se le reveló el propósito de Dios para la redención de la raza... Cristo declaró: “Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó” (Juan 8:56).

Jacob declaró: “No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y a él se congregarán los pueblos” (Génesis 49:10). Dios habló a Moisés cara a cara, como se habla con un amigo. La luz acerca del Salvador brilló sobre él. Le dijo al pueblo: “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis” (Deuteronomio 18:15).

Los sacrificios y las ofrendas contaron la historia del Salvador venidero, quien habría de ofrecerse por los pecados del mundo. Señalaban hacia un servicio mejor que el suyo, cuando Dios sería adorado en espíritu y en verdad, y en la belleza de la santidad.

En el servicio judío se representaba la expiación demandada por la Ley quebrantada. La víctima, un cordero sin mancha o defecto, representaba al Redentor del mundo, quien es tan santo y eficiente que puede quitar el pecado del mundo.

A David se le dio la promesa de que Cristo reinaría para siempre, y que su reino no tendría fin. Los hebreos vivían con expectación, anticipando al Mesías prometido. Muchos murieron en la fe, sin haber recibido las promesas; pero habiéndolas visto de lejos, creyeron y confesaron que eran extraños y peregrinos sobre la tierra – Youth’s Instructor, 13 de septiembre de 1900.

Tomado de  Meditaciones Matutinas para adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

¿ERES CONSCIENTE DE LO QUE DESEAS?


Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha. Salmo 16:11

Alguien dijo: “Quien sabe a dónde va, y qué desea, llega más rápido y mejor”.

Por supuesto que esta aseveración la podríamos aplicar a todos los aspectos de nuestra vida.

Conocer lo que uno desea es sencillamente tener un proyecto de vida que incluya acciones concretas para el logro de metas y objetivos a largo, medio y corto plazo. Significa tener un plan de ruta de vida en el cual estarán incluidos personas, lugares, acciones y, por supuesto, lo más importante: Dios. Él le dará seguridad al caminante, y lo guiará por toda la ruta hasta llegar a la eternidad.

Nuestro mundo está lleno de gente sin metas ni objetivos en la vida. Son como vagabundos que caminan como errantes solitarios, y probablemente su andar es torpe y su existencia intrascendente. Pero ese no es el plan de Dios para nuestro paso por este mundo. La estancia terrenal es un ciclo que comienza el día de nuestro nacimiento y concluye con el sueño de la muerte. Desde la niñez hasta la senectud, pasando por la juventud y la edad adulta, la vida presenta sus propias demandas y desafíos que debemos enfrentar con la dotación de recursos físicos, mentales y emocionales que Dios nos ha dado a cada uno.

Amiga, no importa en qué etapa de la vida te encuentres, enfréntate a ella aceptando los retos con alegría y optimismo. Si tienes un trabajo bien remunerado, no trabajes únicamente por el dinero, hazlo por el placer que conlleva hacer lo que te gusta.

Si te relacionas con otras personas, acércate a ellas con sinceridad y procura aprender de ellas. No hay dos personas iguales. Apóyate en otros para lograr tus metas y asimismo provee para el desarrollo de los demás. Haz que tu mundo sea cada día mejor y sin duda también lo será para quienes te rodean.

No pases por alto la voz de Dios, que habla a tus sentidos y a tu corazón.

Cuando te sientas inspirada a realizar una tarea o algún proyecto, no te detengas, saca fuerza de tu interior y busca hacer la voluntad de Dios. “El Señor dice: ‘Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti’ ” (Salmo 32:8).

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado

ENCUENTRO EN EL ESTACIONAMIENTO DE LA IGLESIA


Tres veces le rogué al Señor que me la quitara; pero él me dijo: “Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad”. 
2 Corintios 12:8, 9.

Joni Eareckson Tada relata al principio de su libro A Place For Healing [Un lugar de sanación] el encuentro que en cierta ocasión tuvo en el estacionamiento de una iglesia. Joni es una escritora cristiana que quedó tetrapléjica (paralizada de las cuatro extremidades) como resultado de un accidente a la edad de 17 años. Ella ha dedicado su vida al ministerio en favor de personas discapacitadas. Joni nos cuenta cómo un joven muy ferviente, llamado David, se acercó a ella, se arrodilló al lado de su silla de ruedas, y le preguntó: “Joni, ¿estás segura de que no hay un pecado sin confesar en tu vida? Tengo la convicción de que Dios quiere sanarte”.

La respuesta de Joni estuvo llena de sabiduría. Le recordó a David la historia del paralítico que llevaron sus amigos a ver a Jesús y cómo ellos abrieron un agujero en el techo y lo bajaron hasta su presencia (lee Lucas 5:18-20). Joni le dijo que Cristo decidió curar al paralítico cuando vio la fe de sus amigos, no la del paralítico. Con gracia y la habilidad de una maestra en el arte del debate, presentó su argumento final: “¿No te parece, David, que es posible que al que le falta fe es a ti?”

La idea de que Dios quiere sanar a todos, aunque correcta, es incompleta y puede ser el origen de algunos malentendidos. Dios quiere sanar a todos, pero no es su plan sanar a todos aquí y ahora. ¿Por qué? No creo que podamos entender aquí y ahora todas las razones, pero es posible que el sufrimiento sea necesario para la salvación nuestra o de otros.

Jesús dijo que algunos tendrán que perder la mano, o el pie o el ojo para poder salvarse (Mateo 5:29, 30). En el caso de otros, es posible que su sufrimiento cumpla algún propósito relacionado con la salvación de alguien más. La falta de un milagro no es evidencia de falta de fe de nuestra parte, o de nuestros amigos.

Si Dios no ha contestado tu oración milagrosamente, no sientas rechazo. Estás en compañía de ilustres personajes como Juan el Bautista, Pablo y Jesús, a quienes Dios no rescató milagrosamente. Te invito esta mañana a que confíes incondicionalmente en él.

Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez