viernes, 6 de diciembre de 2013

¡TE LO HE DICHO MIL VECES!

Portada Mujeres
Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón 
y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. 
Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando.
Incúlcaselas continuamente a tus hijos. 
Háblales de ellas cuando estés en tu casa 
y cuando vayas por el camino,
cuando te acuestes y cuando te levantes. 
Deuteronomio 6:5-7

¿Cuántas veces has escuchado la frase: “¡Te lo he dicho miles de veces!”? Esta es una de las expresiones favoritas de muchas madres cuando sienten que están a punto de perder la paciencia, o quizá cuando enfrentan la renuencia con la que un hijo acata una orden, o recibe una indicación.

En realidad, esa frase tan común y en apariencia inocente, encierra diferentes connotaciones negativas. Quien es confrontado con dicha expresión recibe algunos mensajes que podrían calar con el tiempo en su personalidad. En resumidas cuentas:

¡El joven es descalificado! Inculcan en el niño sentimientos de que vale poco y de que no es capaz de hacer bien una indicación que se le ha dado en repetidas ocasiones. Elena de White nos lo advierte: “Los niños tienen la percepción rápida, y disciernen los tonos pacientes y amorosos en contraste con las órdenes impacientes y apasionadas, que desecan el raudal del amor y del afecto en los corazones infantiles” (El hogar cristiano, cap. 39, p. 217).

Recuerda que la rudeza de las palabras con que una madre se expresa podría dar la idea de que es una persona impaciente, nerviosa, perfeccionista e intolerante.

Por otro lado, una madre que tenga una apropiada relación con Cristo, no provocará a sus hijos mediante su irritabilidad, falta de amor o de simpatía. No les enviará mensajes de impaciencia porque habrá adquirido paciencia en su relación diaria con el Señor.

Un concepto básico de la psicología afirma que mediante la repetición es como aprenden los niños. Por lo tanto, se hace necesario que repitamos con insistencia amorosa lo que se pretende enseñarles. Pero esa repetición ha de ser paciente en la forma y en el tono de la voz. Esa idea la refuerza la Palabra de Dios, cuando el mismo Señor afirma: “Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:7).

Querida madre, la próxima vez que te sientas tentada a hacer algún reclamo a tus hijos con impaciencia, respira hondo, exhala y luego pídele al Señor con humildad que te permita hablarles con amor y paciencia.

Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado

¿QUÉ LE PEDIRÁS A DIOS?

Portada Jovenes

Yo te ruego que le des a tu siervo discernimiento 
para gobernar a tu pueblo y para distinguir entre el bien y el mal. De lo contrario, ¿quién podrá gobernar a este gran pueblo tuyo?
(1 Reyes 3:9).

No recuerdo la fecha exacta, pero si con bastante claridad el mensaje que recibí en mi teléfono celular varios años atrás: “Te ganaste una Ford Lobo del año y además quinientos mil pesos. Llama al teléfono…” Como te podrás imaginar, el mensaje me emocionó bastante. De inmediato, me imaginé conduciendo un precioso vehículo nuevo y empecé a pensar cómo gastaría el dinero (¿o mejor debía ahorrarlos?). Solo había un problema:

¡Yo no había participado en ningún sorteo! Las empresas que yo había contratado tampoco habían hecho una rifa. Con más calma, me di a la tarea de examinar con mayor detenimiento el mensaje. No me llevó mucho tiempo descubrir que era una estratagema para obtener información personal y después usarla para fines poco éticos.

Salomón, sin embargo, sí recibió una oferta genuina de Dios: “Pídeme lo que quieras” (1 Reyes 3:5). El joven monarca, que entonces ya era muy inteligente, pidió a Dios sabiduría para gobernar al pueblo que se le había encargado. El Señor se sintió tan contento por la petición de Salomón que no solo le dio más sabiduría de la que alguien tuvo antes o después de él, sino que también le dio riquezas y fama.

Salomón se hizo tan famoso y rico que “todo el mundo procuraba visitarlo para oír la sabiduría que Dios le había dado” (1 Reyes 10:24). Fue el más grande filósofo. Pero también escritor, músico, botánico, zoólogo, ornitólogo, herpetólogo e ictiólogo (lee 1 Reyes 4:29-34).

No ha existido ni existirá nadie con el genio de Salomón.

Albert Einstein es considerado uno de los intelectos más prolíficos en la historia de la humanidad. En 1905, cuando trabajaba como examinador de tercera clase en una oficina de patentes en Suiza, y su tesis no había sido aprobada todavía, en su tiempo libre escribió cuatro artículos que transformaron la ciencia de su tiempo. El primero demostró que la luz puede ser concebida a la vez como partículas y como ondas. El segundo probó la existencia de los átomos y las moléculas. El tercero, sobre la teoría de la relatividad, demostró que el espacio y el tiempo no son absolutos. El cuarto destacó la equivalencia que existe entre masa y energía que describe la ecuación E=mc2. ¡No está nada mal para unos meses de trabajo!

Pero Salomón todavía fue más grande. Pide hoy a Dios sabiduría para resolver los múltiples desafíos que tienes por delante. 

Lecturas Devocionales para Jóvenes
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez

BOLSAS Y MÁS BOLSAS

Portada Menores

Lugar: Estados Unidos

Palabra de Dios: Marcos 11:24

Mary estaba sobre sus rodillas orando, cuando una clienta entró en su comercio de venta de alimentos saludables. La mujer enseguida la vio arrodillada sobre el duro piso de cerámicos.

-¿Qué está haciendo? -le preguntó, con una mirada de perplejidad.

Poniéndose de pie, Mary le contestó alegremente:

-Oh, solo estaba agradeciendo a Dios por ocuparse de un pequeño problema que tengo.

-Y ¿cuál es ese problema? -preguntó la mujer, con desdén en la voz.

-Se nos acabaron las bolsas para dar a los clientes con la mercadería.

-Y ¿Dios se ocupó de eso por usted?

-Todavía no; pero lo hará.

La mujer sacudió la cabeza, incrédulamente. Qué tontería. ¿Cómo podía la gente creer eso? Se dio vuelta, y comenzó a mirar los productos en las góndolas. En ese momento, una mujer entró en la tienda, trayendo un montón de bolsas plásticas que había guardado. Luego, otra dama entró con tres bolsas llenas de bolsas plásticas.

La clienta miró, mientras las mujeres dejaban las bolsas en la caja y se iban.

-Usted llamó a estas personas ¿no es cierto? -dijo.

Mary sacudió la cabeza; pero la clienta, obviamente, no le creía.

Pero, Dios no había terminado todavía. Unos minutos más tarde, apareció un hombre con una bolsa grande, llena de bolsitas de compras.

-Señor, ¿Mary lo llamó a usted? -quiso saber la clienta. La respuesta fue que no.

-Su Dios debe estar ocupándose de usted -dijo finalmente la clienta.

Sí, Dios había contestado la oración de Mary. “Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán”.

Lecturas Devocionales para Menores
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson

CONCURSO DE BELLEZA

Portada Pequeños

Tu oración: Padre, te doy gracias por hacerme bonito y especial.

Versículo para hoy: «Voy a clamar al Dios altísimo, al Dios que en todo me ayuda». 
Salmos 57: 2.

MARDOQUEO crió a su prima Ester que era huérfana. Ella creció hasta llegar a ser una joven muy hermosa. Un día, el rey Asuero mandó un anuncio para todas las señoritas del país. Se iba buscar la mujer más hermosa para que fuera la reina.

Ester estuvo entre las señoritas más hermosas del país.

Ellas fueron llevadas al palacio real, mientras se decidía quien de ellas sería la reina. La gente del rey amaba a Ester porque era buena.

Su primo Mardoqueo iba a preguntar por ella a la gente del rey, quería asegurarse de que ella estuviera bien.

Finalmente, llego el momento en que Ester tenía que presentarse ante el rey. Ella le pregunto al encargado que debía hacer.

Y él le indico todo lo que tenía que hacer. Cuando el rey vio a Ester, le pareció la señorita más hermosa de todas las que estaban en el palacio. El rey coronó a Ester como su reina. Hizo un gran banquete y pronunció el día como festivo.

A cada uno de nosotros Dios nos hizo muy especiales. Ante los ojos de Dios todos somos hermosos.

Lecturas devocionales para Pequeños
Amigos de Jesús
Por: Cesia Alvarado Zemleduch

jueves, 5 de diciembre de 2013

COMO EN LOS DÍAS DE NOÉ

Portada Desde el corazon
Y vio Jehová que la maldad de los hombres
era mucha en la tierra. 
Génesis 6:5.

Los habitantes del mundo en estos tiempos están representados por los moradores de la tierra en el tiempo del Diluvio. La maldad de los antediluvianos fue expresada claramente: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6:5). Dios se cansó de este pueblo, cuyos pensamientos solo se concentraban en placeres pecaminosos e indulgencia. No buscaban el consejo de Dios, que los había creado, ni les importaba hacer su voluntad. La reprensión de Dios había caído sobre ellos porque seguían la imaginación de su propio corazón, y había violencia en la tierra. “Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra” (6:6)…

Jesús se refirió a esto en sus enseñanzas. “Más como en los días de Noé - dijo -, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37)…

A los habitantes del mundo antediluviano se les había dado la advertencia antes de su derrota, pero no le prestaron atención. Se negaron a escuchar las palabras de Noé; se burlaron de su mensaje. En esa generación vivían personas justas. Antes de la destrucción del mundo antediluviano, Enoc llevó su testimonio resueltamente. Y en visión profética vio la condición del mundo en el presente. Dijo: “He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él. Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho” (Judas 1:14-16)…

Dios requiere de un fervor vivo en este tiempo. Puede ser que los ministros tengan poco conocimiento académico, pero si hacen lo mejor que puedan con sus talentos; si obran según la oportunidad que se presenta; si expresan sus declaraciones en el lenguaje más claro y sencillo; si andan con tacto y humildad, buscando la sabiduría celestial; si trabajan para Dios de corazón, motivados por el amor a Cristo y a las almas por las cuales él murió, serán escuchados por los que tienen habilidad y talentos superiores. La sencillez de las verdades que presentan tendrá cierto encanto - Review and Herald, 1 de noviembre de 1906.
  
Meditaciones Matutinas para adultos
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

TODAS NECESITAMOS GENTE CERCA

Portada Mujeres
El Señor está cerca de quienes lo invocan,
de quienes lo invocan en verdad. 
Cumple los deseos de quienes le temen; 
atiende a su clamor y los salva. 
Salmo 145:18

Dentro de la gama de necesidades básicas del ser humano, se encuentra la intimidad con nuestros seres queridos. Todos, incluso los más dados a la soledad, deseamos en algún momento de nuestras vidas relacionarnos con nuestros semejantes, encontrar en ellos apoyo y consuelo, y volcar en ellos nuestra capacidad de amor y de ayudar.

El Creador ha dotado a los seres humanos del anhelo de compañía íntima.

Desde el principio dijo: “No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada” (Génesis 2:18). Adán y Eva tenían una relación íntima entre ellos y también con su Creador. Dice Elena de White: “Con frecuencia, cuando caminaban por el jardín ‘al aire del día’, oían la voz de Dios y gozaban de la comunicación personal con el Eterno” (La educación, cap. 2, p. 20).

Fue el pecado el detonante que motivó la separación del hombre de Dios y, por ende, de sus semejantes. A pesar de todo ello, Dios anhela ser nuestro compañero inseparable, especialmente de aquellos que han sido abandonados o despreciados por sus allegados y conocidos. Al desarrollar una intimidad con Dios, estaremos asimismo en condiciones de brindar intimidad a quienes la necesitan y anhelan.

Sin embargo, hay algunos factores externos que podríamos llamar “ladrones de intimidad”. Uno de ellos lo constituyen las innumerables ocupaciones que no nos dejan tiempo para estar con Dios y con los nuestros. Las relaciones íntimas se construyen sobre una base de tiempo compartido. En una relación íntima, se intercambian emociones y sentimientos; aunque muchos, debido a la crianza o al temperamento, tengamos dificultades para hacerlo.

Hoy es un buen día para que nos acerquemos a todos aquellos que creemos que se han ido distanciando poco a poco de nosotras. El mejor lugar para comenzar es nuestro propio hogar. El ánimo apagado del padre, del esposo, del hijo o del hermano solitario, no ha de pasarnos desapercibido; quizá anhela el tierno abrazo de una madre, o de una amiga. ¿Saldrás a su encuentro con los brazos abiertos?

Sobre todo, aparta tiempo para intimar con Dios. Esta es una necesidad que no vas a poder satisfacer con nada ni con nadie, únicamente con él. En su compañía encontrarás consuelo y consejo; ¡él te dará su paz y su fortaleza!

Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado

SOY TU SERVIDOR Y VASALLO

Portada Jovenes
Acaz envió entonces mensajeros a Tiglat Piléser, 
rey de Asiría, con este mensaje: 
“Ya que soy tu servidor y vasallo, ven y líbrame 
del poder del rey de Siria y del rey de Israel, 
que se han puesto en mi contra” 
(2 Reyes 16:7).

Durante su ministerio, a Isaías le tocó ser testigo de la invasión de Judá por Asiria y de la destrucción de Israel y su capital Samaría, pero su fe en Dios nunca vaciló. Asiria podía ser un imperio muy poderoso y cruel, pero el profeta había visto el poder del Señor en el templo.

En contraste con la fe de Isaías estaba la debilidad de Acaz. Cuando se vio amenazado por las maquinaciones de los reyes de Siria y de Israel, envió a pedir ayuda a Tiglat Piléser, rey de Asirla, diciéndole: “Ya que soy tu servidor y vasallo [literalmente, 'hijo'] ven y líbrame” (2 Reyes 16:7).

No comprenderemos esta terrible acción hasta que la veamos en el contexto bíblico. En la teología bíblica, los reyes hijos de David eran considerados hijos y siervos de Dios en virtud del pacto que él había hecho con David (lee 2 Samuel 7:14). Esto quiere decir que el Señor les garantizaba su protección. Acaz, sin embargo, no tuvo fe en Dios y prefirió hacerse “hijo” y “siervo” del rey de Asiría. Eran términos significativos en el lenguaje diplomático de aquel tiempo. Acaz se hacía literalmente un súbdito de Tiglat Piléser y rechazaba, por falta de fe, la promesa divina de protección. El rompimiento del pacto con Dios fue caro para Judá. Desde ese momento en adelante, hasta el fin de la dinastía, los reyes davídicos pagaron tributo a poderes extranjeros.

¿Por qué hizo eso Acaz? Porque no comprendía la grandeza de Dios. Se había deslumbrado con el poder de los Asiríos y el de sus enemigos, pero sin dedicar tiempo a conocer la grandeza y el poder de Dios. No estaba preparado para enfrentar las amenazas del enemigo porque no sabía quién era su Señor.

El pueblo de Dios volverá a enfrentarse a una crisis similar. Apocalipsis dice que los habitantes de la tierra dirán en el tiempo del fin: “¿Quién como la bestia? ¿Quién puede combatirla?” (Apocalipsis 13:4). Pero olvidarán que la verdadera pregunta será: ¿Quién como el Cordero? “¿Quién podrá mantenerse en pie?” (Apocalipsis 6:15-17).

Aquellos que hayan aprendido a vivir en la presencia de Dios no se dejarán intimidar por poderes extraños. Al contrario, sabrán que Dios es más poderoso y pueden confiar en él.


Lecturas Devocionales para Jóvenes
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez