UN AMIGO PARA EL PURO DE CORAZÓN
Bienaventurados los de limpio
corazón, porque ellos verán a Dios. Mateo 5:8.
Los de limpio corazón verán a Dios. Aunque todos consideren a Cristo
como juez, los puros de corazón lo verán como un amigo, porque Cristo dijo: “Ya
no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he
llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer”
(Juan 15:15). Los limpios de corazón verán a Cristo como un amigo y un hermano
mayor. Quienes buscan constantemente a Cristo para obtener su consejo, que oran
sinceramente por su Espíritu Santo, se apenarán si una nube los oculta de su
vista...
El mundo cristiano, en este tiempo, se inclina a aceptar las sofisterías
de Satanás en lugar de la Palabra de Dios. Muchos se han separado de Dios por causa
de palabras malsanas, y no les interesa contemplar a Dios ni incluirlo en sus
pensamientos. Su deseo de ver a Dios no es mayor que el de Adán cuando se
escondió ante su Padre celestial que se acercaba...
Hemos de mirar a Jesús como nuestra única esperanza para ser librados de
nuestros pecados, porque en él no hay pecado. Él se hizo pecado por nosotros para
poder llevar nuestra culpa, presentándose ante el Padre como culpable en lugar
de nosotros, en tanto que nosotros, que creemos en él como un Salvador personal,
podamos ser contados por limpios de la influencia contaminante del pecado. Por
medio de la justicia imputada de Cristo se nos considera sin culpa.
Cristo ha dado a cada ser humano la evidencia de que él es el único que
puede llevar el sufrimiento, la pena y el pecado humanos. Los que declaran que
Cristo es su sustituto y garante, si aferran sus almas impotentes de Cristo,
podrán sostenerse como viendo al Invisible. La bendición: “Bienaventurados los
de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”, les pertenece.
Cuando usted sea engañado y caiga en pecado, no se desanime. No se tarde
ni sufra en la incredulidad desesperada, sino presente su caso inmediatamente a
Jesús...
Cristo recorrió la senda donde Adán fracasó, y redimió su penosa
derrota. Fue perfeccionado por el sufrimiento y es capaz de socorrer a todos los
que sean tentados, y de abrir una vía de escape para que sean capaces de
soportar la tentación... Sabe cómo simpatizar con cada ser humano, porque ha
unido su interés con los intereses de aquellos a quienes vino a salvar. ¡Qué
Sumo Sacerdote maravilloso es Jesús! Podemos rendir la carga de nuestra alma
sobre él –Signs of the Times, 3 de octubre de 1895.
Tomado de Meditaciones Matutinas para
adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White