sábado, 2 de noviembre de 2013

¡YO TE SERVIRÉ!

Portada PequeñosTu oración: Querido Padre. Hoy deseo ser un buen hermano y ser amable con mi hermano menor.

Versículos para hoy: «Jefté era un valiente guerrero de la región de Galaad». Jueces 11:1.

«¡VETE DE AQUI NIÑO! ¡No queremos que juegues con nosotros!», le dijeron los hermanos más pequeños a Jefté.

«Papito, ¿por qué mis hermanos no quieren que juegue con ellos?», preguntó Jefté a su papá.

Galaad amaba mucho a su hijo, le dolía que sus hijos menores no amaran a Jefté.

El tiempo pasó y Jefté se hizo un joven, los hermanos menores no lo querían y le pidieron que se  fuera de la casa.

Para Jefté era mejor irse. Hizo amigos que tampoco eran queridos por su familia. Jefté se convirtió en un defensor para los más débiles. Dios vio que Jefté era un muchacho que le gustaba ayudar a otros, Dios le dio la misión de guiar a su pueblo y ayudarlo en la lucha contra los enemigos.

Dios estaba contento de la fidelidad y el amor de Jefté hacia él.

LECTURAS DEVOCIONALES PARA PEQUEÑOS
AMIGOS DE JESÚS
Por: Cesia Alvarado Zemleduch

viernes, 1 de noviembre de 2013

LOS ESCOGIDOS DE DIOS

Portada Desde el corazon
Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. Deuteronomio 7:6.

Estas palabras fueron habladas por Cristo, encubierto en una columna de nube, y fueron dadas a Moisés para el pueblo escogido de Dios. El Señor no ha dejado el mundo sin testimonio. Él tiene a su leal pueblo escogido. Ellos no hacen de este mundo su hogar, sino que están aquí para testificar de Dios, y en tanto dure el tiempo de prueba, estos mensajeros fieles llevarán un testimonio vivo…

Por medio del poderoso pico de la verdad, Dios ha separado un pueblo de la cantera del mundo y los ha traído a su taller. Aquí, el Gran Artífice puede tallarlos bien con hachuela y cincel, y pulirlos para un lugar en su Reino. Ya no serán como la masa de la cual fueron tomados. Se sostienen como nobles columnas, a fin de ser utilizados para la gloria de Dios.

La gloria futura de los hijos e hijas adoptados de Dios no se discierne ahora.

El pueblo de Dios recibe burlas y rechazo por parte del mundo. Pero tienen la simpatía de un mundo mejor que este; en efecto, uno celestial…

La Palabra de Dios, tal como se la redactó, es la base de nuestra fe. Esa Palabra es la palabra segura de la profecía, y demanda una fe implícita de todos los que aseguran creerla. Es autoritativa, y contiene en sí misma la prueba de su origen divino…

¿Qué somos los que reclamamos ser unos con Cristo? “Somos colaboradores con Dios”. Entre el verdadero creyente y el incrédulo siempre habrá el mismo conflicto que hubo entre Cristo y los que lo rechazaron. Quienes son partícipes con Cristo en sus sufrimientos también serán partícipes con él de su gloria. Pero los que evaden la cruz aquí, niegan a Aquel que los ha comprado a un precio infinito, y en el día del juicio ellos serán negados. Muchos, muchos, están tergiversando y negando a Cristo por su norma inferior de cristianismo.

Quienes creen verdaderamente en Cristo mostrarán su fe por medio de una vida bien organizada y una conversación santa. Al obrar afiliados con Cristo, mostrarán que han sido adoptados en la familia del cielo. De los tales Dios dice: “Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados” (Isaías  57:15) - Signs of the Times, 2 de junio de 1898. 

Tomado de  Meditaciones Matutinas para adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

PARA CONOCER LA VOLUNTAD DE DIOS

Portada Mujeres
Los malvados acechan a los justos con la intención de matarlos, pero el Señor no los dejará caer en sus manos ni permitirá que los condenen en el juicio. Pero tú, espera en el Señor, y vive según su voluntad, que él te exaltará para que heredes la tierra. Salmo 37:32-34

Estoy segura de que todas nosotras, en alguna ocasión, hemos orado pidiéndole a Dios que nos permitiera conocer su voluntad, con la convicción de que, si actuábamos en armonía con él, nuestros caminos serian del todo seguros. Sin embargo, un problema común es que quizá no sepamos cómo hacerlo.

Mi querida hermana, el Señor no está lejos de nosotras, y son muchos los recursos que ha puesto a nuestra disposición para que conozcamos los planes que él tiene para nuestras vidas. Con el fin de descubrirlos debemos, en primer lugar, desarrollar un íntimo compañerismo con Jesús. Asimismo, la constancia en la oración nos mantendrá en unión con Dios.

Por otro lado, contamos con una guía del todo segura en la Palabra del Señor, manifestada en cada versículo de la Biblia. Debemos desarrollar una confianza plena en ella. El salmista señaló, al referirse a los justos: “La ley de Dios está en su corazón, y sus pies jamás resbalan” (Salmo 37:31). La ruta que conduce al cielo está señalada en cada palabra y frase de las Escrituras. ¡Sigamos sus indicaciones!

El Señor también se manifiesta en el diario acontecer mediante sucesos y circunstancias inesperadas o insólitas. El apóstol Pablo nos asegura que “Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman” (Romanos 8:28). Cuando permitamos que su voluntad actúe en nosotras, experimentaremos su paz. La ansiedad, la confusión y el temor son el resultado de caminar a solas. La paz de Dios es un regalo para cada una de sus hijas; asimismo es el resultado de una vida consagrada y de obediencia. El profeta Isaías dijo: “Si hubieras prestado atención a mis mandamientos, tu paz habría sido como un río” (Isaías 48:18).

Por último, ¡qué agradable es reconocer la obra del Espíritu Santo en la vida!

Ya que “todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios” (Romanos 8:14). Amiga, busca hoy conocer con sincera devoción la voluntad de Dios. Escucha su voz y te aseguro que tendrás un excelente día.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado

TESTIGOS DE LA VICTORIA DE CRISTO

Portada Jovenes
Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras (1 Corintios 15:3, 4).

La resurrección de Jesucristo es el acontecimiento más grande que han contemplado los ojos humanos. Por causa de lo que sucedió el día en que Jesús resucitó de los muertos, para todos los que duermen en él, hoy descender al sepulcro es solamente un viaje de ida y vuelta, poco más que un trámite. La seguridad de nuestra vida eterna descansa en la resurrección de Cristo. La evidencia más convincente de su resurrección es el testimonio del creyente con respecto a la presencia y el poder de un Cristo resucitado en su propia vida.

Aunque ninguno de los evangelistas hace una lista de las diez apariciones de Cristo después de su resurrección, con el propósito de tener el cuadro completo, aquí te las presento:

1. Juan 20:11-18. Aparición a María junto a la tumba.

2. Mateo 28:8-10. Aparición a María Magdalena y a la otra María en el camino de regreso para informar de la tumba vacía a los discípulos.

3. Lucas 24:34; 1 Corintios 15:5. Aparición a Pedro antes de presentarse ante los otros discípulos.

4. Lucas 24:13-35. Aparición a dos discípulos en el camino a Emaús.

5. Juan 20:19-23. Aparición a diez discípulos en el aposento alto el domingo de tarde.
Tomás estuvo ausente.

6. Juan 20:26-29. Aparición a los discípulos, incluyendo a Tomás, en el aposento alto una semana más tarde.

7. Juan 21:1-14. Aparición a siete discípulos un tiempo más tarde, cuando pescaban en el mar de Galilea.

8. Mateo 28:16-20; 1 Corintios 15:6. Aparición a los discípulos y a quinientos hermanos más en un monte en Galilea.

9.1 Corintios 15:7. Se apareció a Jacobo.

10. Lucas 24: 50-51; Hechos 1: 2-9. Aparición a los diez discípulos mientras caminaba con ellos de Jerusalén a Betania, y luego ascendió al cielo.

Esto significa que hubo numerosos testigos de la victoria de Jesús sobre el pecado, la muerte y el sepulcro. El glorioso hecho es que obtuvo la victoria para nosotros. Satanás es un enemigo derrotado. No temas. Todo está bajo control. Todas las batallas están ganadas, Incluyendo la final. Por lo tanto, es hora de confiar en Jesús.

Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez

PIES APESTOSOS

Portada MenoresLugar: Vermont, EE.UU.

Palabra de Dios: Juan 13:14,15

Para marzo de 2004, solo quedaban nueve finalistas. El evento era el concurso de zapatillas malolientes, auspiciado cada año por una compañía llamada Odor-Eaters [Comilón de olor]. Al final, Daegan, de diez años, fue el vencedor, portando orgulloso sus gastadas zapatillas.

Como ganador, recibió una zapatilla dorada, junto con quinientos dólares en bonos de la caja de ahorros, cien dólares para comprar zapatillas nuevas y algunos productos de la empresa patrocinadora.

El concurso anual de zapatillas malolientes se ha llevado a cabo durante unos treinta años. Si tienes pies apestosos, quizá quieras participar en esta competencia. Se juzgan las zapatillas por su apariencia, condiciones generales… y sí, por el olor. ¿Puedes imaginarte ser juez en esta competencia, y tener que meter la nariz en un montón de zapatillas apestosas? No sé tú, pero a mí no me gusta para nada el olor de pies pestilentes.

Quizás, en eso pensaban los discípulos de Jesús cuando se reunieron en el aposento alto para la Pascua. Probablemente, todos ellos tenían pies sucios y malolientes; especialmente, después de haber caminado todo el día por el camino polvoriento y por las calles de las aldeas en las que la gente tiraba toda la basura y las aguas servidas.

Sería lindo tener los pies limpios; pero eso era trabajo de un siervo. Y ¿dónde estaba el siervo, después de todo? ¿Acaso nadie había arreglado para que un siervo hiciera ese trabajo?

Jesús se levantó y se acomodó la toalla en la cintura. Después de poner agua en un cuenco, comenzó a lavar los pies de sus discípulos.

Los discípulos eran demasiado orgullosos como para agacharse tanto; pero allí estaba Jesús, haciendo el trabajo de un siervo. Cuando terminó, les habló. “Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a ¡os otros. Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes”

No seas demasiado orgulloso como para servir a los demás. Recuerda el ejemplo de Jesús, el Creador del universo, agachándose a lavar los pies olorosos de sus discípulos.

Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson

EL GUERRERO VALIENTE

Portada PequeñosTu oración: Querido Padre, enséñame a hacer tu voluntad, como tu amigo Gedeón.

Versículo para hoy: «¡El Señor está contigo, hombre fuerte y valiente!» Jueces 6: 12.

«¡UFF, cuanto trigo hay que limpiar!», expreso Gedeón, mientras azotaba las espigas de trigo contra el suelo. «Tengo que esconder estos granos para que no vengan a robarme los madianitas, ya nos han quitado todo, casa, alimentos y ganado. ¿Por qué Dios nos ha abandonado?», se preguntó Gedeón.

«Ve a luchar con los madianitas, Gedeón». «¿Quién eres?», pregunto asustado Gedeón. «Soy Dios. Gedeón, haz lo que te pido».

Gedeón no podía creer que Dios le hablaba cara a cara. Gedeón le pidió varias señales para saber que realmente era Dios quien le hablaba. Y claro que Gedeón con miedo, pero seguro que Dios lo protegía, fue con muy pocos hombres a pelear contra los madianitas. ¿Y qué crees que paso? ¡Sí! Ganaron. Gedeón fue juez del pueblo de Israel por mucho tiempo y recordaba cada día que Dios era quien lo amaba y a quien debía adorar.

LECTURAS DEVOCIONALES PARA PEQUEÑOS
AMIGOS DE JESÚS
Por: Cesia Alvarado Zemleduch

jueves, 31 de octubre de 2013

UNA ORDEN DIVINA

Portada Desde el corazon
Velad, pues, en todo tiempo orando. Lucas 21:36.

En el lenguaje solemne de este pasaje, se señala un deber que se encuentra en la senda cotidiana de toda persona, joven o adulta. Es el deber de velar; y nuestro destino en el tiempo y la eternidad dependen de nuestra fidelidad en esto.

Vivimos en un momento importante. Cuando se proclamó el mensaje en 1844: “Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado” (Apocalipsis 14:7), el anuncio sacudió en lo más profundo a toda alma. Una solemnidad profunda reposaba sobre todos los que lo oían. Cuán dispuestos estábamos a mostrar nuestra fe por nuestras obras, y a que nuestras palabras y acciones hicieran una impresión favorable en el mundo…

Hoy los ángeles observan el desarrollo del carácter, y pronto nuestra vida tendrá que pasar ante Dios para ser revisada. Pronto seremos pesados en las balanzas del Santuario, y la sentencia será registrada bajo nuestros nombres.

Y recibiremos el don culminante de la vida eterna o seremos castigados con destrucción eterna por la presencia del Señor. Podemos estar reacios a hacernos un autoexamen cuidadoso para ver cuál es nuestra condición espiritual y si nuestros corazones están siendo apropiadamente impresionados por el mensaje probatorio de la verdad; pero eso no tendrá efecto sobre la obra del juicio. Rendirá sus decisiones de igual modo…

“Velad, pues, en todo tiempo orando”. Hay gran necesidad de orar no solo por nosotros mismos, sino también por causa de nuestra influencia sobre otros. Nuestra influencia tiene un gran alcance. Podemos pensar que se reduce a nuestros propios hogares; que solo los miembros de nuestra familia conocen lo que somos y hacemos. En algunos casos, pareciera que así es; pero, en cierto modo, la influencia de la vida de hogar trasciende el hogar…

Si hemos de participar de la recompensa gloriosa prometida al vencedor, hemos de pelear la buena batalla de la fe. Esto es lo que hizo el apóstol Pablo.

Y él dice: “Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día” (2 Timoteo 4:8). Seamos de los que son “ricos en buenas obras… atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna” (1 Timoteo 6:18, 19) - Signs of the Times, 7 de enero de 1886.
  
Tomado de  Meditaciones Matutinas para adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White