jueves, 3 de octubre de 2013

EL ORIGEN DE LA IMPACIENCIA


Hermanos, tengan paciencia hasta la venida del Señor. Miren cómo espera el agricultor a que la tierra dé su precioso fruto y con qué paciencia aguarda las temporadas de lluvia. Santiago 5:7

Todos, sin importar la edad o el sexo, sufrimos de impaciencia. La impaciencia consiste en la incapacidad para esperar sin cierto grado de angustia que lo que deseamos ocurra en el momento que muchas veces nuestro egoísmo ha determinado.

Si tenemos que hacer fila para abordar el autobús, hacer una transacción bancaria, pagar algún producto que hemos adquirido, deseamos ser los primeros en recibir atención, ¿cierto?

Parece que la impaciencia viene adosada a nuestra personalidad desde el día en que nacemos. Los bebés muestran su impaciencia con llanto cuando el alimento esperado no llega rápido a sus bocas. Luego, ya de adultos, también exigimos disfrutar de nuestros “derechos” con prontitud. Así que pasamos de ser hijos exigentes a convertirnos en padres demandantes.

Si trasladamos este defecto de carácter a nuestra relación con Dios, nos damos cuenta de que sucede lo mismo: con demasiada frecuencia somos impacientes con el Señor. Pero, ¿de dónde surge nuestra impaciencia respecto a Dios? En primera instancia, de una fe débil. El salmista dijo en medio de un doloroso suspiro: “A ti clamo, Señor; ven pronto a mí. ¡Atiende a mi voz cuando a ti clamo!” (Salmo 141:1).

¡Vaya que exigía prontitud y atención inmediata!

En segundo lugar, nuestra impaciencia se debe a que estamos acostumbradas a medir el tiempo de Dios con nuestro propio reloj. No nos damos cuenta de que el tiempo de Dios no tiene principio ni fin, por tanto no se puede medir según parámetros humanos. Dios se encuentra y permanece en la eternidad, no está sujeto al ritmo de las manillas del reloj que colgamos en las paredes de nuestra casa.

En tercer lugar, las respuestas de Dios llegan al final de un proceso que se efectúa en nuestras vidas. Muchas veces pensamos que si Dios nos ama, debe complacernos y darnos lo que le pedimos tan pronto como sea posible. Dios no solamente desea bendecirnos, sino que primero desea enseñarnos, moldearnos, transformarnos. La respuesta llega cuando todo esto ha sucedido en lo más íntimo de nuestro ser.

Si esperas una respuesta de parte de Dios, sé paciente. Esa actitud te ayudará a recordar que Dios no te ha olvidado. Él te dará lo que necesitas de acuerdo a la multitud de sus misericordias.

 LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER
ALIENTO PARA CADA DÍA
Por Erna  Alvarado

POR QUÉ PERSIGUIERON A GALILEO


Entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor (Mateo 20:26).

Tú sabes que hay una conspiración contra la verdad. Desde Caín, que persiguió a Abel, el odio contra la verdad ha sido continuo y con frecuencia quienes creen en ella son perseguidos.

La leyenda dice que Galileo Galilei fue perseguido porque defendía la teoría copernicana de que la Tierra gira alrededor del Sol. Se ordenó a Galileo que se presentara ante la Inquisición en Roma y, sí no iba voluntariamente, se lo llevaría encadenado a las prisiones de ese alto tribunal. Galileo, que ya tenía setenta años, fue interrogado largamente y amenazado con la tortura. Al no tener defensa, adoptó la única opción razonable que le quedaba y el 22 de junio de 1633 recitó, de rodillas, la abjuración prescrita en la gran sala del convento dominicano de Santa María Sopra Minera: “Con el deseo de disipar de la mente de Vuestras Eminencias y de todo verdadero cristiano esta vehemente sospecha arrojada sobre mí, con corazón sincero y fe verdadera, abjuro, condeno y rechazo los errores y herejías mencionados, y en general, toda herejía y secta contraria a la Santa Iglesia”.

Pero en realidad fue el mismo Galileo el que más hizo para que lo persiguieran. La misión de su vida, según sus propias palabras, era “lograr alguna fama”. Orador y panfletista inflamado, cuando estudiaba en la Universidad de Pisa lo llamaban “El pendenciero”. Publicó un poema satírico burlándose de los profesores que asistían al aula vestidos con la toga.

Se atribuyó en Venecia la invención del telescopio y fue ingrato e injusto con Kepler. Cuando Einstein se refirió a este hecho dijo: “Esto, ¡ay¡ es vanidad. Se la encuentra en muchos científicos”.

La Iglesia Católica lo toleraba. El Vaticano elogió la investigación de Galileo con el telescopio y lo honró con un día de ceremonias en el Colegio Romano. El papa era su amigo y el cardenal Bellarmino aceptó que, si la teoría copernicana era correcta, “tendríamos que proceder con gran circunspección para explicar los pasajes de la Escritura que parecen enseñar lo contrario”.

Pero Galileo estaba desbocado. Se burlaba de los jesuitas y de toda autoridad que no concordaba con él. Se puede decir que por su falta de humildad, prudencia y sabiduría, encendió los fuegos de la persecución en su contra.

Galileo carecía de humildad. Presenta tú la verdad con humildad y no despiertes por tu imprudencia la animosidad de los demás contra ti o contra la verdad que buscas defender.

 MEDITACIONES MATINALES JÓVENES 2013
¿SABÍAS QUE…?
Por: Félix H. Cortez

UN SITIO RESBALOSO


Lugar: Michigan, EE. UU.

Palabra de Dios: Proverbios 16:25

Los empleados de alto rango de la compañía Frito-Lay chapoteaban por el estacionamiento, ignorando que algo fuera de lo común estaba ocurriendo. Era el invierno de 1973, y estaban acostumbrados a caminar en medio de la lluvia, la nieve y la nieve medio derretida desde y hasta sus autos.

La empresa de papas fritas estaba junto a un río, que se había congelado. Ese invierno, algunas personas notaron allí un charco inmenso y resbaladizo que se había formado encima del hielo. ¿Qué podía ser? Cuando los ecologistas lo estudiaron, descubrieron que el charco estaba formado en un ciento por ciento por aceite vegetal.

¿Qué hacía el aceite vegetal en el medio del río? Más investigaciones revelaron que un tanque de depósito de la compañía de papas fritas tenía una pérdida. Casi cuarenta mil litros de aceite, que la empresa usaba para freír las papas, se habían derramado en el río. El aceite se había desparramado por el estacionamiento de la empresa durante semanas, y sobre eso habían estado caminando los empleados.

A veces, quizás estés “chapoteando” sobre cosas que no son muy deseables. No sobre un estacionamiento aceitoso, sino sobre cosas malas para tu cuerpo, para tu mente, para tu caminar espiritual con Dios. Por ejemplo, tal vez estés tentado a adoptar un hábito malo, o quizá te encuentres mirando algo que no deberías mirar. A veces, ni siquiera te das cuenta de que estás caminando sobre algo indeseable.

Un proverbio dice: “Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte’’. No te engañes andando en cosas que no deberías andar, aunque a ti te parezcan buenas. Busca el consejo de Dios, y pídele que te mantenga en un camino limpio.

 LECTURAS DEVOCIONALES PARA MENORES
EN ALGÚN LUGAR DEL MUNDO
Por: Helen Lee Robinson

MARÍA, UNA MAMÁ ESPECIAL


Tu oración: Padre celestial, te doy las gracias porque enviaste a tu Hijo Jesús.

Versículo para hoy: «Que Dios haga conmigo como me has dicho». Lucas 1: 38.

EN UN PERIODICO leemos acerca de hechos que suceden en nuestra ciudad y en el mundo. Hoy te voy a leer la historia de una hija de Dios que recibió una noticia maravillosa.

María estaba limpiando su casa, estaba feliz porque pronto seria su boda, ¡de pronto una luz muy fuerte ilumino su habitación!, era un ángel de Dios, María se arrodillo, tenía miedo, ¡un ángel estaba en su casa!

El ángel le dijo que no tuviera miedo, porque ella sería la mama del Hijo de Dios. María tendría el privilegio de abrazar y cuidar del precioso Hijo de Dios.

Después que el ángel se fue, María sonreía mientras miraba las flores y decía: «¡Seré la mamá del Hijo de Dios!» Ese día María le dio gracias a Dios por la maravillosa noticia que había recibido.

LECTURAS DEVOCIONALES PARA PEQUEÑOS
AMIGOS DE JESÚS
Por: Cesia Alvarado Zemleduch

miércoles, 2 de octubre de 2013

LA LEY ETERNA DE DIOS


Guardaré tu ley siempre, para siempre y eternamente. Salmo 119:44.

Cuán maravillosa es la Ley de Dios en su sencillez, extensión y perfección…

No hay misterio en la ley de Dios. El intelecto más débil puede captar esos principios para regular su vida y formar su carácter de acuerdo con el Modelo divino…

El sacrificio infinito de Cristo, hecho para magnificar y exaltar la Ley, testifica de que ni una tilde ni una jota de esa ley dejará de tener validez sobre el transgresor. Cristo vino a pagar la deuda en la que había incurrido el pecador por la transgresión, y a enseñar al hombre mediante su propio ejemplo a guardar la Ley de Dios: Cristo dijo: “Yo he guardado los mandamientos de mi Padre” (Juan 15.10). Al considerar todos los hechos que establecen tan claramente los reclamos de la Ley de Dios, con el cielo y la vida eterna a la vista para inspirar esperanza e inducir el esfuerzo, es inconcebible que tantos profesos servidores de Dios puedan descartar su ley y enseñar a los pecadores que sus preceptos no tienen validez para ellos. ¡Qué engaño fatal! Satanás inventó esta herejía primero, y con ella atrajo a Eva al pecado. Los resultados tristes de tal transgresión están ante nosotros…

Cristo vino a enseñarnos el camino de la salvación. Y cuando los servicios desdibujados de la antigua dispensación ya no tenían valor alguno, cuando el símbolo encontró su realización en la muerte de Cristo, entonces podríamos esperar que si la ley de los Diez Mandamientos ya no era vigente, Cristo habría declarado su abrogación. Si las Escrituras del Antiguo Testamento ya no debían ser tenidas como una guía para los cristianos, él lo habría hecho saber…

Los santos profetas han predicho cómo Cristo nacería; los eventos de su vida; su misión, y su muerte y resurrección. En el Antiguo Testamento encontramos el evangelio de un Salvador que viene. En el Nuevo Testamento tenemos el evangelio de un Salvador revelado como la profecía lo había predicho…

No hay discordia entre las enseñanzas de Cristo en el Antiguo Testamento y sus enseñanzas en el Nuevo Testamento…

En el último mensaje a su iglesia, vía Patmos, el Salvador resucitado pronuncia una bendición sobre los que guardan la Ley de su Padre: “Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad” (Apocalípsis 22:14, RVA) – Review and Herald, 14 de septiembre de 1886; también se encuentra en A fin de conocerle, p. 296.

 MEDITACIONES MATINALES PARA ADULTOS 2013
DESDE EL CORAZÓN
Por: Elena G. de White

EVITANDO LA AUTOCOMPASIÓN


El Señor da vista a los ciegos, el Señor sostiene a los agobiados, el Señor ama a los justos. 
Salmo 146:7

La claustrofobia produce un temor extremo en algunas personas cuando se encuentran en espacios cerrados y pequeños, como un elevador o un cuartito.

Los síntomas más frecuentes son sudoración intensa, aceleración del ritmo cardíaco, fuertes temblores y una necesidad imperiosa de huir. Esta ansiedad es tan paralizadora, que puede causar que los afectados no actúen con propiedad en su trabajo, en el hogar, e incluso su vida social se puede ver perjudicada. Gracias a los avances de la medicina, en la actualidad existe un tratamiento para dicho mal, que puede permitir al afectado llevar una vida normal.

Hay otro encierro que también resulta aterrador y que podría causar estragos en nuestra vida: la autocompasión. ¿Cómo escapar de ella? Los síntomas más frecuentes de este mal espiritual y también psicológico pueden tener su origen en una infancia marcada por abusos, sufrimientos y dolor; sucesos que han dejado traumas sin superar. La persona encerrada en su autocompasión cree que no tiene valor; que la vida ha sido injusta con ella; le dan vergüenza sus actos y cree que siempre está expuesta al ridículo.

Esto me hace recordar a la mujer samaritana que acudió al pozo de Jacob en busca de agua. Cuánta vergüenza y dolor había en su vida. Aislada de todos y de todo, se encerraba en su miseria y no sabía qué hacer. Disfrutaba de unos pocos momentos de libertad cuando acudía al pozo por agua, esperando tal vez que algo cambiara su triste realidad. Y el milagro se produjo. La voz liberadora de Jesús la impactó; la voz suave y amorosa del Maestro sensibilizó las fibras de su alma y de su corazón. Por primera vez pudo disfrutar del aire fresco de la tarde. Se dio cuenta de que había personas que vivían en peores condiciones que ella y, dejando su cántaro, les llevó las buenas nuevas de salvación. ¡Aquel poder liberador era Cristo, el Maestro, el Mesías esperado!

Amiga, si necesitas la ayuda divina, coloca tu dolor a los pies del Maestro y permite que el bálsamo de su amor te sane. Abre tu vida y deja entrar la luz del Espíritu Santo a tu corazón. Al hacerlo serás una mujer realmente libre.

 LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER
ALIENTO PARA CADA DÍA
Por Erna  Alvarado

LA TRAICIÓN MÁS INFAME


Jesús le preguntó: “Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del hombre?” (Lucas 22:48).

La traición es una de las acciones más infames. Jesús mismo sufrió una terrible traición a manos de uno de sus propios discípulos. La siguiente historia puede ayudarte a percibir las nefastas consecuencias de una traición.

A mediados del siglo IX, un joven de nombre Miguel III ascendió al trono del Imperio Bizantino. Como era un muchacho inexperto, sintió la necesidad de tener un consejero en quien pudiera confiar. Inmediatamente pensó en Basilio, su mejor amigo. Basilio no tenía experiencia alguna en la política y el gobierno (era el jefe de los establos reales), pero había demostrado una y otra vez su lealtad y gratitud hacia Miguel.

Los dos hombres se habían conocido años antes, cuando Miguel visitaba los establos.

En cierta ocasión, un caballo salvaje se asustó y comenzó a galopar fuera de control, poniendo en gravísimo peligro la vida del príncipe. Pero Basilio, joven jinete de Macedonia, salvó la vida de Miguel al controlar al caballo desbocado.

La fuerza y el valor del muchacho impresionaron de tal modo a Miguel que inmediatamente lo ascendió a jefe de los establos imperiales. Colmó a su siervo de obsequios y favores; así que terminaron siendo grandes amigos. Cuando fue ascendido a emperador y necesitó un consejero de confianza, inmediatamente pensó en Basilio y lo nombró administrador y consejero principal.

Basilio aprendió con rapidez. Pronto se convirtió en un brillante consejero y comenzó a ganar influencia, riqueza, poder y alianzas en el senado y el ejército. Con el paso del tiempo, el verdadero carácter de Basilio salió a relucir. Convenció al emperador de que destituyera a su tío Bardas, el que le había ayudado a acceder al trono y era comandante del ejército.

Luego Basilio mismo lo asesinó a puñaladas.

La historia es triste y dolorosa. Basilio convenció a Miguel de que lo nombrara comandante en jefe del ejército. Llegó un momento en que tenía más riquezas y más poder que el propio emperador. Un día Miguel se despertó rodeado de soldados. Basilio contempló impávido cómo lo asesinaban. Después de autoproclamarse emperador, cabalgó por las calles de Bizancio llevando en la punta de su lanza la cabeza de su antiguo amigo.

La lealtad es una de las virtudes más excelsas de un ser humano. Nadie que traicione a otro puede aspirar a ser recordado con honor. Que la lealtad a Dios, a tu familia, a tus amigos, a tu iglesia, sea una de las características más destacadas de tu carácter.

 MEDITACIONES MATINALES JÓVENES 2013
¿SABÍAS QUE…?
Por: Félix H. Cortez