sábado, 7 de septiembre de 2013

LADRÓN ENMASCARADO


Lugar: Inglaterra

Palabra de Dios: Eclesiastés 12:13,14

Rápido! ¡Deme todo el dinero! -ordenó Clive Bunyan, entrando en un negocio en el pequeño pueblo de Clayton, cerca de Scarborough, Inglaterra.

El dependiente no tenía elección. Abrió la caja, y le dio al hombre enmascarado 157 libras (el equivalente a unos 210 dólares).

Sin decir una sola palabra, el ladrón tomó el dinero y salió corriendo de la tienda, hacia su motocicleta estacionada afuera. Como ya estaba usando un casco como máscara, todo lo que tuvo que hacer fue subirse a la moto y huir. Todo había salido exactamente como Clive lo había ideado. Él estaba seguro de que nadie lo había reconocido.

Pero, en eso se equivocaba. Clive había olvidado algo acerca de su casco: en el frente, su casco tenía escrito, en grandes letras “Clive Bunyan – Conductor”. No pasó mucho tiempo antes de que la policía lo arrestara por su delito.

La Biblia cuenta la historia de otro hombre que robó algo que no le pertenecía. Luego de la caída de Jericó, Dios ordenó a los israelitas que quemaran todo lo que había en la ciudad y no tomaran nada para sí.

Pero, no había nadie allí; nadie lo sabría. O, por lo menos, así lo pensó una persona.

Tomando un poco de plata, de oro y un hermoso manto babilónico, Acán fue apresuradamente hasta su carpa y enterró su tesoro prohibido. Acán, quizá, consiguió algo de riqueza, pero al final perdió su vida por causa de ella.

Tomar algo que no te pertenece está mal, sin importar si alguien lo descubrirá o no. Y nada en este mundo vale el precio del pecado.

La Biblia dice: “…Teme, pues, a Dios y cumple sus mandamientos, porque esto es todo para el hombre. Pues Dios juzgará toda obra, buena o mala, aun la realizada en secreto”.

Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson

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