domingo, 27 de octubre de 2013

No hagas que alguien tropiece

Jovenes

No hagan tropezar a nadie, ni a judíos, ni a gentiles ni a la iglesia de Dios. Hagan como yo, que procuro agradar a todos en todo. No busco mis propios intereses sino los de los demás, para que sean salvos (1 Corintios 10:32, 33).


 Siempre ha habido asuntos que tienen la capacidad de dividir a los miembros de una iglesia o de una comunidad. Muchos de esos asuntos ni siquiera están relacionados con la ley o la doctrina, sino con divergencias en discernimiento espiritual, convicciones y prácticas que son el resultado de diferencias de contexto, de educación o de convenciones humanas. Es decir, dos personas que aman a Dios pueden ver un mismo problema de maneras completamente diferentes.

En la época de Pablo, uno de estos asuntos era el de comer o no carne que se hubiera sacrificado a los dioses paganos (Romanos 14-15; 1 Corintios 8-10). No era necesariamente que algunos cristianos fueran a templos paganos para comer, sino que la carne que se vendía en el mercado a veces había sido sacrificada a los ídolos. Unos argumentaban que comprar esa carne era participar en la adoración a los ídolos; otros decían que no, que la compraban en el mercado, no en el templo, y que por el hecho de adquirirla no participaban en la adoración.

¿Qué hacer entonces? Encontrarás que en la iglesia puede haber problemas similares con los estilos de música en la adoración, el arreglo personal entre otros. Estos conflictos muchas veces generan intolerancia y división. El apóstol Pablo nos da tres consejos valiosísimos en las cartas que escribió.

Primero, no juzguemos a otros (Romanos 14:3,4). Vence la tentación de considerar a los que piensan diferente a ti como poco espirituales, especialmente en asuntos que no son muy claros en la Biblia.

Segundo, no hagas que alguien más tropiece (Romanos 14:13; 1 Corintios 8:9). Si tus prácticas no están fundamentadas en los principios correctos, perjudicarán a otros. El amor a los demás es la verdadera evidencia de que Cristo vive en ti.

Tercero, no des lugar a que se hable mal del bien que practicas (Romanos 14:16). Puede ser que te hayas convencido de que algo que practicas no es malo en sí mismo, pero otros, incluso los no creyentes, lo consideren malo. No permitas que por tus acciones hablen mal del evangelio. Glorifica a Dios en todo lo que hagas.

Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix Cortez

Derecho a la cárcel


Menores
Lugar: California, EE.UU.


Palabra de Dios: Isaías 3:11,10

Esteban y sus dos amigos hicieron algo tonto. Sabían que estaba mal, pero igualmente fueron y trataron de abrir una camioneta estacionada. Mientras estaban tratando de abrir la puerta, el dueño los vio.

-¡Hey! ¿Qué están haciendo? -les gritó, corriendo tras ellos.

Esteban y sus amigos salieron corriendo inmediatamente. Corrieron calle abajo, mirando para atrás varias veces, para ver si alguien los seguía de cerca. Pronto oyeron las sirenas de la policía, y se dieron cuenta de que estaban en problemas.

-¡Rápido! ¡Salten la cerca! -gritó Esteban, deteniéndose para recobrar el aliento.

Los tres saltaron lo más rápido que pudieron y siguieron corriendo.

Pero, pronto se dieron cuenta de hacia dónde los llevaba el camino: derechito a la cárcel. Al saltar, se habían metido en la prisión de San Quintín.

Las autoridades atraparon a Esteban y sus amigos enseguida, y los acusaron de meterse en propiedad estatal, así como de intento de robo de auto. Aprendieron por las malas que hacer algo m al nunca es bueno; y que siempre nos mete en problemas. Eso es lo que advierte la Biblia: “ y de! malvado, pues le irá mal! ¡Según la obra de sus manos se le pagará!”

Por el otro lado, si somos fieles en hacer lo bueno, el resultado final será mucho más agradable. La Biblia alienta: “Díganle al justo que le irá bien, pues gozará del fruto de sus acciones”.

Pide hoy a Dios que te ayude a permanecer en el camino correcto; que te ayude a ser bueno, para que al final todo te resulte bien.

Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinso

Un guerrero de Dios

Pequeños
Tu oración: Querido Padre, te alabo por tu poder, hoy guía mis pequeños pasos.

Versículo para hoy: «Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque yo, tu Señor y Dios estaré contigo dondequiera que vayas». Josué 1: 9.

JOSUE ordeno al pueblo avanzar hacia la tierra que Dios les había prometido, cruzaron el río Jordán, vieron una gran ciudad con murallas muy altas llamada Jericó, era una ciudad fuerte y poderosa.

Pero Dios tenía planes para Josué y su pueblo que tanto amaba.

Dios había dado instrucciones de lo que debían hacer. Josué reunió al ejército de Israel y le ordeno que solo marchara alrededor de la ciudad, llevando el área de Dios y tocando las trompetas.

Primero iban los guerreros, después los sacerdotes con el área de Dios y al último el ejército.

Todo este ejército estaba marchando alrededor de la ciudad.

Los soldados que cuidaban la ciudad no sabían que significaba toda esa marcha. Pero el pueblo de Dios marcho por seis días y el día siete Josué le dio la orden de marchar siete veces, al oír las trompetas, el pueblo grito y las murallas de la ciudad cayeron.

LECTURAS DEVOCIONALES PARA PEQUEÑOS
AMIGOS DE JESÚS
Por: Cesia Alvarado Zemleduch

viernes, 25 de octubre de 2013

ENGAÑOS EN LOS ÚLTIMOS DÍAS


Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios. 1 Timoteo 4:1.

Previo a las últimas etapas de la obra de la apostasía habrá una confusión de la fe. No habrá ideas claras y definidas acerca del misterio de Dios. Una verdad tras otra será corrompida… Hay muchos que niegan la preexistencia de Cristo y, por lo tanto, niegan su divinidad; no lo aceptan como Salvador personal.

Esto es una negación total de Cristo. Él era el Hijo unigénito de Dios, quien era uno con el Padre desde el mismo comienzo. Los mundos fueron hechos por él.

Al negar la encarnación milagrosa de Cristo, muchos se apartan de otras verdades de origen celestial y aceptan fábulas de invención satánica. Pierden el discernimiento espiritual y practican lo que la agencia de Satanás les trae y graba en su mente…

El espiritismo está a punto de esclavizar al mundo. Hay muchos que piensan que el espiritismo se sostiene por medio de trucos y fraude; pero esto se encuentra lejos de la verdad. Un poder sobrehumano está obrando en diversas formas, y pocos tienen idea alguna sobre cuáles serán las manifestaciones del espiritismo en el futuro. La base del éxito del espiritismo ha sido colocada sobre las declaraciones hechas en los púlpitos de nuestro país: los ministros han proclamado falsedades originadas por el archiengañador como si fueran doctrinas bíblicas. La doctrina de la vida después de la muerte, de los espíritus de los muertos en comunión con los vivos, no tiene fundamento en las Escrituras, y no obstante se afirma que esta teoría es verdad. Por medio de esta doctrina falsa se ha abierto el camino para que los espíritus de demonios engañen a las personas haciéndose pasar por los muertos. Agentes satánicos se personifican como muertos, y así aprisionan las almas. Satanás tiene una religión; él tiene una sinagoga y adoradores devotos…

Las señales y los prodigios del espiritismo se tornarán cada vez más notorias a medida que el mundo cristiano profeso rechaza la verdad revelada claramente en la Palabra de Dios, se niega a ser guiado por un “así dice el Señor” y acepta, en su lugar las doctrinas y los mandamientos de los hombres…

La confederación del mal no perdurará. El Señor dice: “A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo. Entonces él será por santuario” (Isaias 8:13, 14) - Signs of the Times, 28 de mayo de 1894.

Tomado de  Meditaciones Matutinas para adultos 2013
"Desde el corazón"
Por Elena G. de White

LOS DÍAS NUBLADOS


Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Romanos 8:34-35

El cielo estaba gris. La lluvia habla caído intensamente durante dos días sin parar. Llegué al aeropuerto y miré hacia las nubes; pensé que el despegue del avión no iba a ser fácil, y así sucedió. La aeronave se estremecía por completo mientras trataba de superar el manto de nubes. De pronto, el cielo se iluminó.

¡Estaba despejado y azul! El sol brillaba con todo su esplendor. Me sentí tranquila y di gracias a Dios porque había estado conmigo. Confieso que volar es una experiencia que me agrada muy poco.

Aquella mañana aprendí una lección fundamental, sencilla aunque profunda, y es que el sol nunca deja de brillar; solo que a veces las nubes grises impiden que lo veamos. Es verdad también que los problemas de la vida son semejantes a negros nubarrones que nos impiden ver la luz de la esperanza.

De cuando en vez, todos los seres humanos pasamos por tribulaciones y pruebas, y no podemos ver que más allá de dichas tensiones nos espera un futuro glorioso. Cuando subí al avión, lo hice a pesar de mi temor a las turbulencias, ya que deseaba llegar a mi destino lo antes posible. El apóstol Santiago, cuando tocó este tema, escribió en su Carta: “Considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia” (Santiago 1:2).

Dios desea terminar su obra en nosotras. Anhela llevarnos a su hogar, que es también el nuestro. Mientras la nube de problemas se disipa, repitamos llenas de fe y de confianza: “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas” (Salmo 46:1-2).

Amiga, ¿cómo está tu cielo hoy? Si el sol brilla, disfrútalo al máximo en compañía de Dios y de tus seres amados. Pero si permanece gris y no puedes ver la luz, espera y confía. El Señor abrirá pronto tu cielo y la luz de su gracia te alumbrará.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
“Aliento para cada día”
Por Erna Alvarado

NO AMES AL MUNDO


No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre (1 Juan 2:15).

Hace varios años tuve la oportunidad de visitar los monasterios de Meteora, en Grecia.

Están construidos en la cima de riscos rodeados de precipicios prácticamente inaccesibles.

Ahora existen ascensores, pero durante mucho tiempo la única manera de subir era mediante cestos colgados de cuerdas que medían decenas de metros. Quedé muy impresionado al ver cuevas en las paredes de montañas elevadas habitadas todavía por eremitas, aislados totalmente del resto del mundo.

El ascetismo no se originó en el cristianismo. Los filósofos griegos, especialmente los seguidores de Pitágoras y Platón y los estoicos, llevaban vidas frugales. Los cínicos llegaron a mayores extremos en la negación de sí mismos. También los sacerdotes de Serapis en Egipto, donde surgió el monaquismo cristiano, llevaban una vida monástica.

El ascetismo surgió, por un lado, del deseo de dominar la naturaleza humana pecaminosa y huir de la corrupción del mundo y, por el otro, de obtener méritos y una santidad extraordinaria. El primer eremita fue Pablo de Tebas (250 d.C.), de quien la tradición dice que vivió solo en una cueva durante 113 años, hasta que Antonio Abad reveló su existencia al mundo. Antonio mismo, padre del monaquismo cristianismo (aproximadamente 251-356 d.C.), vivió solo en el desierto durante 35 años. Simeón el Estilita fue uno de los más impresionantes (390-459 d.C.). Se enterró hasta el cuello durante varios meses para dominar su cuerpo pecaminoso. Después se instaló en lo alto de una columna de treinta metros de altura, donde permaneció durante 36 años, hasta su muerte. Allí hacía ejercicios muy dolorosos.

Dicen que una vez tocó sus pies con la frente 1.244 veces sin parar.

El error capital del monaquismo es creer que el pecado está en el mundo, no en el corazón humano. Dios no nos pide que abandonemos el mundo, sino que no amemos su pecado y su corrupción. Cristo amó al mundo y vino a vivir en él, pero no participó del pecado del mundo. Jesús también nos ha dicho que somos la sal de la tierra y, por lo tanto, tenemos que esparcir el sabor del evangelio al relacionarnos con, y amar a, los que están a nuestro alrededor. ¿Das testimonio al mundo de que Cristo vive en ti?

Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías qué..? Relatos y anécdotas para jóvenes

Por Félix Cortez

UNA GRAN DEUDA


Lugar: Rusia

Palabra de Dios: 1 Juan 4:10

Pedro estaba sentado en su habitación, con una arruga de preocupación en la frente. Él estaba a cargo del dinero allí, en el fuerte, y sabía que el dinero que había en la caja fuerte no se correspondía con lo que los libros decían que debía haber. El problema era que alguien vendría a revisar los registros financieros.

Sacudiendo la cabeza, Pedro gimió. Él había comenzado algunos malos hábitos y había terminado apostando todo. Como necesitaba dinero, había sacado “prestado” dinero de la caja fuerte. Unos billetes aquí, otros allá… Al calcular cuánto había tomado en realidad, se sintió angustiado. “¡Una gran deuda! ¿Quién podrá pagarla?”, escribió en un pedazo de papel. Finalmente, después de horas de agonizar sobre su dilema, se quedó dormido.

Esa noche, Nicolás I, zar de Rusia, decidió visitar el fuerte de incógnito.

Se sacó su uniforme real y se vistió el uniforme de un oficial de menor rango. Cuando vio una vela encendida en la habitación, entró y encontró a Pedro profundamente dormido, sobre la mesa.

El zar vio el trozo de papel y se dio cuenta de lo que pasaba. Él podría haber dicho: “Se lo merece. Que pague por su error”. Pero, no lo hizo. En lugar de ello, escribió una sola palabra sobre el papel:

“Nicolás”.

Pedro se despertó en la mitad de la noche, pensando que solo le quedaba una opción: se quitaría la vida. Pero, entonces vio que su papel tenía algo más escrito. Después de sus palabras: “¡Una gran deuda!

¿Quién podrá pagarla?”, decía “Nicolás”. A la mañana siguiente, llegó un mensajero desde el palacio real, con suficiente dinero como para cubrir la deuda.

Nosotros también tenemos una gran deuda que otro ha pagado por nosotros. La Biblia dice: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados”. Él pagó el precio. ¡Una gran deuda! ¿Quién podrá pagarla? La respuesta es: Jesús.

Lecturas Devocionales para Menores 2013
En algún lugar del Mundo
Por Helen Lee Robinson