jueves, 2 de enero de 2014

LA ESTRATEGIA

menores 4
Me has dirigido con tus consejos y al final me recibirás con honores. Salmo 73: 24.

«¡Quiero ganar! ¡Quiero ganar!», era lo único en lo que pensaba José mientras corría. Quería demostrarle a su nuevo entrenador lo que era capaz de hacer. Estaba decidido a lograrlo, pero los demás competidores lo iban dejando atrás uno tras otro. Cuando cruzó la meta, algunos le llevaban una vuelta completa de ventaja. José no entendía lo que había ocurrido. Al disparo de salida, había despegado velozmente, y a los pocos segundos ya había adelantado incluso a los corredores más veloces. Pero no había sido capaz de mantener aquella velocidad durante todo el recorrido. Eso ya le había ocurrido en la escuela, y lo estaba viviendo de nuevo en la secundaria.

Avergonzado, José se dirigió al vestuario para ducharse, vestirse y marcharse antes de que sus compañeros de equipo regresaran de la pista. Casi lo logró, pero cuando se echó la mochila al hombro para irse se encontró de frente con el entrenador, precisamente la persona con quien menos quería encontrarse.

—Hola, José —le dijo el entrenador poniéndole la mano en el hombro—.

Me ha impresionado tu velocidad de hoy.

—¡¿Mi velocidad?! —dijo José extrañado—. Si he sido el último en cruzar la meta.

—Sí, pero tienes una excelente arrancada —dijo el entrenador.

—Menudo consuelo… —murmuró José entre dientes— Pero en la primera vuelta comienzo a quedarme rezagado.

—¿No te gustan las carreras de velocidad? —preguntó el entrenador.

—¿Las carreras de velocidad? —repitió José.

—Sí—insistió el entrenador—. No todos tienen las mismas cualidades, por eso no todos sirven para las carreras de larga distancia. Tú podrías ser un excelente corredor de carreras de velocidad. Piénsalo.

—Es posible que tenga razón —respondió José con una sonrisa—. Tal vez he estado practicando el deporte equivocado todo este tiempo. ¿Cómo se ha dado cuenta?

El entrenador sonrió y, alborotando el cabello del joven, le dijo:

—Ese es mi trabajo.

Jesús, tu Entrenador, sabe qué es lo mejor para ti. Su trabajo es saberlo. Solo debes preguntarle qué camino debes tomar, y él te dará la respuesta.

LECTURAS DEVOCIONALES PARA MENORES 2014
EN LA CIMA
Por: Kay D. Rizzo

EL MENSAJE DE DIOS

PEQUEÑOS 2

Lo que Jesús dice sobre la Biblia

Ese mensaje es de Dios. 1 Tesalonicenses 2: 13, TLA.

¿Sabes qué es esto? Es una carta. La persona que la escribió no pudo venir, así que decidió enviar un mensaje. Sería maravilloso poder hablarle personalmente, pero no es posible. Qué bueno es que podemos enviarnos cartas.

En el jardín del Edén Dios hablaba personalmente con Adán y Eva, pero después de que desobedecieron, el pecado los separó de Dios. Ya no pudieron hablarse más cara a cara. Pero Dios quería expresarles su amor y enseñarles su plan para salvar al mundo. Entonces, hizo que algunas personas escribieran la Biblia.

Estas personas no escribieron lo que quisieron. Dios les dijo lo que debían escribir. A algunos les dio sueños o visiones, como una película. A otros, les dio ideas para que las escribieran. La Biblia es especial.

[Muestre el libro de historias.] Este es un libro de historias. La Biblia también lo es, pero contiene historias diferentes. [Muestre la revista.]

Esta revista nos da consejos, pero la Biblia es más que historias y consejos. Está llena de lo que Dios quiere decirnos. Por eso la llamamos la Palabra de Dios.

Querido Dios, ayúdame a escuchar tus palabras. Amén.

MEDITACIONES MATINALES PARA NIÑOS PEQUEÑOS
¿QUÉ DICE JESÚS?
Por: Rosanne C. Tetz

miércoles, 1 de enero de 2014

PIEDRAS DEL RECUERDO

DEVOCIÓN MATUTINA ADULTOS FONDO PORTADA 2014
Y Josué erigió en Gilgai las doce piedras
que habían traído del Jordán.
Y habló a los hijos de Israel, diciendo:
Cuando mañana preguntaren vuestros hijos a sus padres, y dijeren: ¿Qué significan estas piedras?
declararéis a vuestros hijos, diciendo:
Israel pasó en seco por este Jordán.
Josué 4:20-22.

¡Esas no eran solo algunas viejas piedras cualesquiera! Cada una tenía un significado especial. Eran piedras del recuerdo; piedras de la historia.

Las rocas en sí eran bastante comunes, parecidas a millones de otras en las colinas de Palestina. Pero, estas doce señalaban algo: recordaban la conducción de Dios en la experiencia de Israel.

La Biblia es un libro histórico, basado en una serie de acontecimientos que comienzan con la Creación y la entrada del pecado, y pasan por el pacto de Dios con Abraham, el Éxodo, la cautividad y la restauración de Israel, la encarnación y el nacimiento virginal de Jesús, su vida sin pecado y su muerte en la cruz, la resurrección y la segunda venida.

De modo que la Biblia es un libro que recuerda la conducción milagrosa que Dios tuvo con su pueblo.

Cuando las iglesias pierden de vista la trascendencia de esas remembranzas, están en problemas. A la deriva de su amarre en puerto seguro, han perdido el rumbo. En el ámbito judeocristiano, la pérdida del rumbo comienza con el olvido del pasado; más específicamente, con el olvido de la conducción de Dios en el pasado.

Cuando ocurre esto, los cristianos pierden su sentido de identidad. Y, tras la falta de identidad, sucede la extinción de la misión y el propósito. Después de todo, si no sabemos quiénes somos en relación con el plan de Dios, ¿qué tenemos para contar al mundo?

La historia cristiana está plagada de cuerpos religiosos que han olvidado de dónde provienen y, como resultado, no tienen un rumbo para el futuro. Y ese olvido es una tentación muy real para el adventismo.

No fue por casualidad que Elena de White, ya anciana, haya alertado a sus lectores sobre el tema. “Como he participado en todo paso de avance hasta nuestra condición presente -escribió- al repasar la historia pasada puedo decir: ‘¡Alabado sea Dios!’ Al ver lo que el Señor ha hecho, me lleno de admiración y de confianza en Cristo como director. No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada” (NB 216).

Como veremos en nuestro viaje a través de la historia del adventismo este año, nuestra iglesia tiene sus propias piedras del recuerdo.

Si las descuidamos, las consecuencias las padeceremos nosotros mismos.

Meditaciones Matutinas para adultos
A MENOS QUE OLVIDEMOS
Por: George R. Knight

COMENCEMOS CON DIOS

DEVOCIÓN MATUTINA MUJER FONDO PORTADA 2014
Más buscad primeramente el reino de Dios
y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
Mateo 6:33.

Corrían las horas y lios días, y la mirábamos maravillados porque no podíamos creer que nos habíamos convertido en padres. Entonces supimos que, de alguna manera, éramos personas especiales. Deseábamos darle lo mejor a nuestra pequeña porque ahora teníamos por quien y para quien vivir. ¡Qué tremenda responsabilidad! Solamente nos sería posible buscando en la sabiduría del Cielo toda la luz que necesitamos para nuestra vida y la de nuestra hija.

¿Cómo acceder a esa sabiduría? Únicamente acercándonos humildemente al Señor. Así descubrimos que no hay nada más reconfortante que empezar el día con Dios.

Este es el primer día del año y, como todo lo nuevo, lo miramos y tocamos con cuidado. Los días pasarán con sus preocupaciones, problemas y desafíos, y es en este punto donde debemos trabajar por nuestro hogar y nuestros hijos con el mismo esmero que Dios tiene para nuestra vida.

Como dice el texto de hoy, si ponemos nuestra vida en las manos de Dios, no tendremos de qué temer. Los hechos y las cosas vendrán para nuestro socorro y bendición.

Ser madres nos hace entrar en un terreno totalmente desconocido, inexplorado, lleno de dificultades e inseguridades, pero rebosante de esperanza.

Detente un minuto en este día para darte un tiempo y escuchar lo que Dios tiene para decirte con relación a tu familia. Aprende a vivir, no a desear vivir, porque estamos en esta vida para labrar la felicidad de los nuestros. De nada serviría que todo nos saliera perfecto, sin problemas, sin luchas, sin retos ni desafíos. Si nuestra vida fuera perfecta, ¿a qué nos dedicaríamos? ¿Dónde depositaríamos nuestra esperanza?

Decidamos ser auténticas y coherentes, crezcamos espiritualmente, disfrutemos de nuestra familia y de la vida familiar, respetemos a nuestro cónyuge y a nuestros hijos, perdonemos sus errores y ofensas, ayudémoslos a ir al cielo. Bendigamos a nuestra familia en todo momento. Empecemos este año con Dios en nuestro corazón. Si ya lo decidimos y flaqueamos, volvamos a empezar. Vivamos con alegría, disfrutando de la vida y el hogar que Dios nos regala.

María del Pilar Calle de Hengen, Uruguay

Meditaciones Matutinas para la mujer
DE MUJER A MUJER
Recopilado por: Pilar Calle de Henger

ADÁN

DEVOCIÓN MATUTINA JÓVENES FONDO PORTADA 2014
Y dijo: “Hagamos al ser humano
a nuestra imagen y semejanza”.
Génesis 1:26.

Generalmente, los seres humanos somos extraños. Cuando tenemos todo a nuestro favor, tomamos decisiones que nos complican, a veces, de un modo fatal.

Hay situaciones que me dejan (hasta el día hoy) perplejo. Por ejemplo, un médico fumando. Sabe que es pésimo, tiene plena conciencia de todos los riesgos que corre y continúa fumando, por increíble que parezca.

Mucho más extraño es lo que sucedió con el primer hombre. Él tenía todo para ser feliz: el jardín del Edén era el lugar perfecto, y Eva era la compañía perfecta. Además, contaba con la presencia y la compañía perfecta de un Dios perfecto, que lo había creado y lo amaba más allá de todo entendimiento. Pues a pesar de toda esta perfección en la mano, el señor Adán eligió desobedecer a Dios y comer del fruto prohibido.

Por más que lo piense e intente entenderlo, no consigo encontrar ningún motivo medianamente lógico para la decisión tomada. De las consecuencias de la decisión no necesito hablarte, ya que las sufres conmigo cada día.

Y aquí estamos nosotros, comenzando un nuevo año. Seguramente no estarás en el jardín del Edén, no sé si tendrás a tu Eva (o a tu Adán) al lado, pero te puedo asegurar que puedes compartir algo con Adán: la presencia perfecta de un Dios perfecto a tu lado. Él te ama tanto como amaba a Adán. Él desea darte tantas victorias como deseaba darle a Adán. Él está tan interesado en ti como lo estaba en Adán.

Aunque me puedas mostrar muchos aspectos en los que tu vida no es perfecta, te diré siempre lo mismo: nuestro Dios es perfecto y él tiene el poder. Por eso, elige este año conocerlo más, estar en mayor comunión con él, amarlo más…

Puedes quedarte tranquilo. El interés de Dios no se renueva cada año, como nuestras promesas; es absolutamente constante. No cambia, no tiene sombra de variación. Él te ama de la misma manera desde el mismo minuto en que naciste.

En esta Tierra, nunca estarás tan cerca de él que no puedas acercarte un poco más, ni tan lejos que él no consiga abrazarte. Él te espera hoy como te esperó ayer. Te esperará durante todo este año como te esperó el año pasado.

Sus brazos están abiertos, y tienen un lugar igual a la forma de tu corazón.

MEDITACIONES MATINALES JÓVENES 2014
365 vidas
Por: Milton Bentancor

EN SUS MARCAS, LISTOS, ¡FUERA!

menores 4

Te enseñaré el camino que debes seguir.
Salmo 32: 8.

En sus marcas, listos, ¡fuera! El disparo de salida surca el viento, dando así comienzo a la carrera. La multitud anima a los corredores olímpicos, que dejan atrás la línea de salida y luchan por sus posiciones. El tramo que tienen por delante es largo y complicado. Los competidores deberán subir colinas y atravesar valles. Paso a paso y kilómetro a kilómetro, llegarán a la meta.

Para ganar una carrera de larga distancia hace falta más que simplemente saber correr. Hace falta talento, determinación, horas de entrenamiento, una alimentación equilibrada, e incluso un buen descanso. La diferencia entre el ganador y los demás corredores también tiene mucho que ver con la capacidad de su entrenador para motivarlo y enseñarle cómo ganar.

Cada corredor analiza con su entrenador sus propias carreras y las que han corrido otros campeones olímpicos. El entrenador desarrolla una estrategia para ganar, indicándole a su corredor en qué momentos debe ir al mismo paso de los demás corredores, y cuándo debe cambiar de ritmo. Para ello, analiza el estilo de los rivales. Aunque a primera vista parezca que el corredor va solo, no es así. El entrenador lo acompaña durante toda la carrera.

Comparte estrategias con él sobre la mejor manera de ganar, y lo anima en todo momento.

Yo también soy corredora, pero de las olimpíadas del Cielo, y tengo un Entrenador. Mi Entrenador y yo planificamos juntos la mejor manera de correr la carrera. El me ayuda a identificar las fallas que hacen que me rezague, y me dice qué debo hacer para ganar. Pone a mi disposición los mejores instrumentos de ayuda que existen y me enseña las fortalezas y debilidades de corredores del pasado como Moisés, Daniel, Sara o Rut. Me advierte sobre las engañosas tácticas de «mi gran rival». Mi Entrenador, Jesús, ha trazado una estrategia ganadora diseñada especialmente para mí. El es también tu Entrenador, y puede mostrarte el camino a seguir para ganar la carrera. Con toda seguridad venceremos si seguimos sus instrucciones.

Hoy nos encontramos posicionados en la línea de salida de un nuevo año. Estamos entrenando para las olimpíadas celestiales, y nuestro Entrenador está dándonos las instrucciones para que ganemos la carrera. Así que… en sus marcas, listos, ¡fuera!

LECTURAS DEVOCIONALES PARA MENORES 2014
EN LA CIMA

Por: Kay D. Rizzo

¡MIRATE!

PEQUEÑOS 2

Lo que Jesús dice sobre la Biblia

«Porque la palabra de Dios tiene vida y poder».
(Hebreos 4: 12).

¡Mira este espejo! ¿Ves todas esas manchas? ¿Qué pasa si pasamos la mano por el espejo? ¡Se mancha más!

Mirémonos ahora en el espejo. ¿A quién ves? ¿Tienes la cara limpia? ¿Estás bien peinado(a)? El espejo sirve para saber cómo nos vemos. El espejo sirve para que nos miremos en él, pero si el espejo está sudo, nosotros también nos veremos sucios.

[Muéstrele una Biblia.] ¿Sabes qué es esto? ¡Es una Biblia!

Hay diferentes maneras de mirar la Biblia. Podemos mirar la Biblia por fuera, y ver solo un libro,  así como miramos el espejo y vimos solo las manchas. O podemos mirar la Biblia por dentro y aprender cómo Dios nos ama y nos ayuda. La Biblia es como un espejo bien limpio que nos permite ver cómo somos por dentro.

Quiero mirar adentro de la Biblia para aprender más de Dios. ¿Te gustaría hacerlo conmigo? ¡Y quiero limpiar este espejo sucio para verme bien! ¿Me ayudas? [El niño rocía el espejo con el líquido limpiador y lo seca con papel o un pañito.]

Querido Jesús, gradas por la Biblia. Amén.

MEDITACIONES MATINALES PARA NIÑOS PEQUEÑOS
¿QUÉ DICE JESÚS?
Por: Rosanne C. Tetz